Javier Souviron y Darío Silva (Masajista y jugador del Málaga C.F)
1 de diciembre, jueves. Ha escrito
Javier Souviron casi un libro de memorias. Bueno, se puede suprimir el casi. Nos
ha regalado un rosario de vivencias, de anécdotas, de curiosidades, que si
quieren se le puede poner el casi porque sabe a poco. Ha llevado al papel sensaciones.
Es una gozada…
El libro se llama El niño
que soñó con pisar la Rosaleda (Ediciones Algorfa, 2022). Lo ha presentado
al público en la sala de prensa Juan Cortés (sí que es otra historia) que se
quedó pequeña. Ver delante de uno a Gonzalo de los Santos, Fernando, Antonio
Álvarez, Movilla, Rafa… No sigo, había más, muchos más.
Ese libro es una gozada para
los que gustamos del fútbol y para los que el Málaga es ‘otra cosa’, ni les
digo. Está lleno de pinceladas algunas sabrosísimas. ¿Otras? Pues eso. La vida
es así y está llena de pequeñas puntadas, como las estrellas del cielo algunas
muy distantes, pero todas diferentes.
Me quedo sin saber ¿por qué expulsaron
a Fernando en Las Palmas y tuvo que ‘jugar’ de portero Esteban? ¿Doble tarjeta?
¿Tocó el balón con las manos fuera del área? Los que conocemos a Fernando nos
cuesta pensar en otra cosa…
Es muy sabroso lo de Darío. No
pone el nombre del entrenador, aunque yo sé que fue Peiró…
-
Míster le dijeron: Darío (Silva) sale por la
noches…
-
¿Y qué, quieres - respondió Joaquín – que lo sancione y me quede
sin un jugador para el domingo?
Javier Souviron ha vivido en,
desde, por, para… y sin el Málaga, porque se fue, como quien no quiere la cosa,
a darse a los demás en Angola, donde la necesidad pedía ayuda sin demora. Yo no
lo conozco personalmente, pero este tío es de otra pasta. Seguro
Unas letras aparte merece el
prólogo de Daniel Marín. “Dani” como firma, es un hombre – casi un niño, ya ven
– de los que se viste por los pies. La vida no le ha regalado nada, pero es una
de las personas más íntegras, más honestas y más generosas que he tenido el honor
de conocer. ¿Cómo se puede calificar al becario que se juega el puesto por
defender al amigo… y se va a la calle con una mano delante y otra detrás? Este
es el hombre que ha escrito el prólogo así que…
El libro tiene una prosa ágil,
amena, directa, diáfana… Una gozada.
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