lunes, 12 de diciembre de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Tarde de diciembre

 


12 de diciembre, lunes. He vuelto, mejor, volví que es tiempo pasado y porque fue ayer, y el pretérito perfecto es un pasado en un período de tiempo no acabado, por eso hay que usar lo que antes se llamaba pretérito indefinido. Bueno, eso nos lo enseñaba don Andrés que sabía gramática para dar y regalar y más métrica que nadie. Digo, que ayer, después de mucho tiempo, volví a Antequera.

Era una tarde de diciembre soleada. La mañana, algo ventosa. El hombre del tiempo dice que estamos en una espera entre la borrasca que se va y la que aún no ha llegado. Y yo les cuento que era una tarde preciosa. De esas que se guardan en la retina de los recuerdos.

Verán. El campo, festoneado por los trigos que comienzan a nacer y por la yerbecilla de las cunetas, por la que pugna por salir en las lindes, en los pedregales y quiere dejar constancia de su mando en plaza. En los charcos se reflejaban las nubes que pasan y van camino de alguna parte como yo que iba a Antequera.

El arroyo del Aljibe, por el puente del cortijo del Algarrobo, lleva un chorro de agua turbia; el de las Piedras, el que nace en los Prados de Eslava, a la sombra de El Torcal, también. Ese, como la avenida es más larga venía más cargado. Es una gozada ver que un arroyo saca agua, con los augurios tan malos que teníamos…

Frente al cortijo del Guirrete, las tierras de secano de Las Cuerdas ya verdeguean. Lo hacen con timidez como el muchacho cohibido que en los paseos del domingo por la tarde se acercaba a la muchacha y con voz entrecortada se atrevía a preguntar ¿molesto? Ella no tenía la voz necesaria para decirle, ¡qué va hombre, si llevaba tanto tiempo esperándote….!

Han sembrado con plantones de olivos tiernos los Llanos de La Malena – el nombre apocopado de Magdalena, convento que daba nombre a todo el contorno hasta la desamortización de Mendizábal en el siglo XIX – y ahora son campos de cultivo…

Antequera estaba como siempre, preciosa. Antequera - alguien dijo que es la Florencia de Andalucía- es una ciudad bellísima, cargada de arte donde apuntan como queriendo alcanzar las alturas y no lo consiguen nunca las torres de sus iglesias… El cielo, limpio de nubes, mostraba la intensidad de su celeste de pureza.   

 

 

 

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