"Lucías" (Suecia)
13 de diciembre, martes. Tendría
yo doce o trece años cuando supe por una traducción latina de la existencia de
una tierra en la región de Catania, en la isla de Sicilia que baña el
Mediterráneo, llamada Siracusa y de un ‘tirano’ que imponía su ley. Hoy, trece
de diciembre, el calendario dice que, además, coincide que es martes (“En trece
y martes ni te cases ni te embarques”), se ha celebrado en la iglesia católica
la festividad de Santa Lucía. La iglesia luterana y la iglesia ortodoxa también
la festejan.
Lucía era una chica al parecer
de una belleza excepcional y donde sus ojos tenían una importancia primordial
sobre el resto de las beldades de su anatomía. Su familia era rica y tuvo una
infancia feliz. Parece que su padre murió siendo ella muy niña y que luego su
madre enfermó y sanó milagrosamente. Pretendieron casarla con un pagano que la
denunció ante el cónsul de ser cristiana por lo que fue martirizada en la
persecución de Diocleciano.
Según qué línea, la griega o la
romana, cuentan cuando hablan de ella que fue privada de sus ojos y que la
decapitaron. Desde muy pronto, - murió en el 304 - se extendió su hálito de
santidad como protectora de las personas privadas de vista y de los pobres.
El nombre de Lucía significa
“lux”. La creencia popular afirma que por su festividad comienzan a crecer los
días, o sea que hay más luz. El refranero le ha dedicado un amplio
reconocimiento, con numerosas citas que exaltan el alargamiento de los días.
Es verdad que estamos muy cerca
del solsticio de invierno donde se acortan las noches y hay más horas de luz.
Dentro de unos días, solo un sorbo de tiempo, veremos como empiezan a alargarse
los atardeceres y vendrá más temprano la luz del alba. Florecerán los almendros
y comenzará el ciclo nuevo de la vida.
La festividad de Santa Lucía se
celebra en el mundo entero. En los países nórdicos tiene una connotación
especial. En Suecia la niñas - “Lucías” - se visten con túnicas blancas
y se coronan con siete velas encendidas sobre sus cabezas; los niños se tocan
con gorros que terminan en picos y los decoran con estrellas.
En España, al igual que
América, muchas localidades celebran la festividad de Santa Lucía, y numerosas
profesiones la tienen como patrona.
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