lunes, 31 de octubre de 2022
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Olores
31 de
octubre, lunes. Alguien dijo que lo que percibe el olfato incita
o repele. Es verdad. Aroma y peste son antónimos. Uno, atrae; lo otro, repele.
No siempre hemos seguido la dirección que llevábamos cuando nos encontramos
como un bofetón en la cara eso que sale de aquel lugar.…
Los olores influyen en nuestro
cuerpo y en nuestra mente. Mitigan, incitan, moldean, traumatizan, calman. Las
mezclas de sustancias químicas llegan, no siempre de manera voluntaria, hasta
la pituitaria del quien transita por la calle.
Piensen en una tarde cualquiera
si se pasa por la puerta de una perfumería… A veces, es tan potente, tiene
tanta intensidad que embriaga. Incluso hay personas con ciertas patologías que
se ven en dificultades respiratorias cuando las perciben lo que sale de allí
adentro.
Una noche de abril, una tarde
de mayo, una mañana de lluvia con la tierra mojada después que el agua lo haya
empapado todo…
Alguien dijo que Málaga es de
las pocas ciudades marineras donde no se percibe el olor a brea. Es verdad. Lo
que no aclaró es que Málaga vive de espaldas al mar. Llegan los barcos a
atracar casi en la misma calle Larios y sin embargo el olor se queda un poco
más allá, al otro lado de la plaza que, curiosamente, se llama, de la Marina.
Hay otros olores que atrapan.
Esas casi madrugadas de invierno cuando el vaho de la noche se levanta perezoso
y desde dentro sale el olor a café que invita a degustarlo. Es el cuerpo quien
lo pide y el olor quien atrae…Usted pude pedir: un cortado, un sombra, un largo, un corto, un manchado… Todos
llevan dentro algo que lo identifica: el olor.
Recuerdo una noche en
Marrakech. Fui incapaz de entrar en el zoco. Se mezclaban olores a cueros,
metales, especias, frutas maduras, encurtidos, carnes donde dormitaban las
moscas esperando al nuevo día, pasteles, gente sudorosa… Aquello no eran
olores, era eso otro que tiene el nombre tan feo.
Tengo otra experiencia –
perdonen que hable de mí – de contrastes. Volábamos – entonces aún era Unión
Soviética -con la Aeroflot de Jabarosk a Moscú. Las azafatas, atentísimas,
cordiales, encantadoras. Ocho horas de vuelo con constantes atenciones… Aquellas
mujeres estaban escamondadas, si se me permite la palabra. Trasbordamos a un
avión de la Austrian Airlines. El personal de a bordo con profesionalidad
similar. Solo tenía una diferencia: sus
ojos estaban ribeteados con rimmel y desprendían perfume de Coco Chanel…
domingo, 30 de octubre de 2022
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Una joya en el centro de Málaga
30 de
octubre, domingo. A la iglesia de los Santos Mártires se llega,
desde Carretería, por la calle Andrés Pérez; desde Compañía, por una calle
estrecha y lóbrega del mismo nombre que los patronos; desde calle Granada, por
Santa Lucía. Por las dos primeras no entra el sol nunca; por la última, a duras
penas y a según qué horas del día.
La parroquia de los Santos
Mártires es una de las cuatro que mandaron construir los Reyes Católicos, Isabel
y Fernando, después de la toma de Málaga en 1484. Las otras tres: la
Encarnación, posteriormente, catedral sobre la mezquita aljama, Santiago y San
Juan.
Está enclavada en medio de un
dédalo de calles de la Málaga musulmana que llegaba hasta la muralla que la
circundaba, o hasta las Ataranas. Al exterior se salía por puertas abiertas en
la misma muralla: Buenaventura, Puerta Nueva, Puerta del Mar… De noche todas se
cerraban y la ciudad quedaba a resguardo.
La iglesia se construyó – la
plaza que se abre ante ella se le dio el nombre de Plaza de los Mártires,
obviamente – con materiales de mampostería y ladrillos. Poco dinero y menos
posibilidades. Se libraron, en 1505 cien mil maravedíes que se hicieron
efectivos en 1515.
En su origen fue una
combinación de los estilos gótico y mudéjar con arcos apuntados. Una nave
central, dos naves laterales y cubiertas por una techumbre de madera que se
mantuvo oculta hasta el siglo XVIII. Es una obra mixta que combina artesones y
motivos mudéjares.
La iglesia fue reforzándose y
enriqueciendo con motivos ornamentales a lo largo de sus más de quinientos años
de existencia. Ha sufrido avatares de toda clase: incendios, terremotos que
destruyeron la torre, la humedad de un arroyo subterráneo – el arroyo del
Calvario que baja por calle Granada hasta encontrarse con el Guadalmedina – que
recientemente se ha podido estudiar en una restauración extraordinaria. Se
culminaron con los desastres de la Guerra Civil que la convirtieron en almacén
de intendencia.
Su riqueza decorativa interior
es de gran belleza. En ella reciben veneración y culto los patronos de Málaga,
Ciriaco y Paula, y cofradías emblemáticas de la Semana Santa, entre otras,
Jesús de Pasión, Nuestro Padre Jesús Orando el Huerto, Jesús Atado a la
Columna. Entre la devoción popular destaca Santa Gema Galagari…
La parroquia de los Santos
Mártires recientemente remodelada ha recuperado parte del valor
histórico-artístico y monumental de Málaga.
sábado, 29 de octubre de 2022
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. España desconocida: Otoño en los Montes Universales
Montes Universales. Serranía de Cuenca
29 de
octubre, sábado. La naturaleza se ha echado sobre los hombros
un manto de oro. Líneas de choperas doradas marcan los cursos de los ríos y de
los afluentes que llevan hasta ellos sus aguas. Son otros caminos por senderos de
agua, diferentes, distintos a otros caminos.
El extremo sudoccidental de la
provincia de Teruel limita con Guadalajara, Cuenca y Valencia. Allí se asientan
los Montes Universales. En los atlas señalan la Muela de San Felipe y la Muela
de San Juan y la Sierra del Tremedal. Una manera de identificar a lugares que
tienen una personalidad definida.
La comarca, agreste; los
paisajes, bellísimos. Alternan zonas de bosques con las de pasto en este tiempo
agostado por su ciclo cumplido y por las heladas mañaneras. En su suelo nacen
ríos como el Cuervo que en Tragacete brota de la piedra; el Tajo, en Fuente
García. Es el más largo de la Península Ibérica. Pasa por Toledo y se rinde al
Atlántico por el mar de la Paja, en Lisboa; el Guadalaviar, que después se
llama Turia; el Cabriel; el Júcar…
Es una tierra de naturaleza
esplendida. Tierra de silencios largos, como las noches de sus inviernos
rigurosos y muy fríos. Pequeños pueblos deshabitados que no se ven desde la
lejanía sino solo cuando ya se está muy cerca de ellos. Albarracín fue la
capital de Señorío de su nombre. Tiene catedral y obispo que no reside allí y
casas construidas en adobes, como todas las del entorno, con entramados de
madera. Tiene un color propio. El sol del atardecer le concede la gracia de hacerlo
diferente a todos los demás.
Sus tierras, mayoritariamente,
son comunales. Los ayuntamientos emplean los recursos comunales del bosque para
dotarse de infraestructuras y equipamientos “mientras sus vecinos – dicen las
voces críticas – se marchan del pueblo por la falta de los más elementales
recursos”.
Las plantas - sabinas y encinas – de gran resistencia al
frío, lento crecimiento y larga vida alternan con el pino negral que crece en
alturas medias de los valles y ofrecen un paisaje propio. El hombre de la zona, adusto y riguroso,
consecuencia del clima en el que ha desarrollado su existencia ha conseguido
una arma en la gastronomía para subsistir contra la dureza del clima: gachas,
sopas de ajos, cordero a la pastora, truchas… Tierra de otoños cortos y dulces,
preludio de lo que vendrá después.
viernes, 28 de octubre de 2022
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Los niños del tren
28 de
octubre, viernes. Ha saltado la noticia. Hablan las televisiones
(lo cuentan y según qué cadena toman partido por una u otra senda), lo han
publicado los periódicos y lo dice la radio… Total, como diría aquel de algo
hay que hablar.
La cosa va de unos escolares,
casi ninguno se afeita todavía cada mañana, que viajaban hace unos días desde
un pueblo de Barcelona hasta León. Iban a hacer un curso intensivo de inglés. Solo
unos días. El tren había partido de la estación de Barcelona-Sants y el
interventor, durante el trayecto, ante la queja de algunos viajeros, llamó a la
Policía y los bajó en Palencia donde con los agentes esperaba un medio de
transporte proporcionado por Renfe que los llevaría por carretera a ellos
solitos.
Iban dos adultos – desconozco
si formadores, profesores, monitores… - acompañándolos que no se separaron en
ningún momento del ‘numeroso’ (22) grupo y que habían hecho caso omiso al
requerimiento del interventor del tren.
He oído cantidad de versiones.
Algunas tan pintorescas como que solo se lo notificaron una vez, que los
viajeros fueron muy quejicas o que los escolares iban jugando en las mesas de
sus asientos sin que eso supusiera, en ningún momento, molestias para el resto
de las personas que compartían el vagón. (Tal cual)
Las versiones de los padres –
me abstengo de exponerlas – algunas son peregrinas y justifican los
comportamientos de los niños (uno, por ejemplo, declaraba ante las cámaras de
una televisión “que en algo tienen que entretenerse en un viaje tan largo”). Me
gustaría saber cuál va ser el grado del aprovechamiento del hijo en la
experiencia de aprender un idioma como el inglés y en León, pero eso,
obviamente, son otros ‘lópeces’.
Alguien que sabe de lo habla
dice que hace mucho tiempo que a los padres se les han ido sus hijos de las
manos. No sé qué opinar al respecto. Puede haber algo de certeza. El refranero es
muy sabio y dice que “cuando el río suena agua o piedras lleva”. Hay otro
refrán que puede ser también apropiado para la ocasión: “De aquellos polvos,
estos lodos”. Que cada uno ponga la mano en su pecho y piense qué parte de
responsabilidad le corresponde. Desde luego lo que tengo muy claro es que el
interventor del tren no tomó la decisión porque tenía ganas de complicarse la
vida.
jueves, 27 de octubre de 2022
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Juegos perdidos
Plaza Fuentarriba. Álora (Málaga)
27 de
octubre, jueves. El niño compartía con otros niños, en las horas
que precedían a la entrada de la escuela, los juegos que, cíclicamente,
llegaban cada temporada. Eran juegos simples, rudimentarios… Casi siempre
nacían de la necesidad.
Llegaban el ‘pincho’, las ‘bolas’ – en otros sitios las llaman canicas – pero el niño y sus
amigos siembre las llamaron ‘bolas’,
a los toreros. Cuando la cosa subía
de tono se jugaba “al laya”, a “certina
la lerta”, o con un aro de cinc de un cubo viejo o el fleje de una barrica
de arencas se hacía una rueda que, empujada con un artilugio de alambre recio,
servía para “dar” un paseo que no era
más que ir y volver corriendo desde la Plaza a la Cancula.
En la plaza quedaba sin
asfaltar un trozo. Estaba delante de la Droguería de El Pintor. Era terrizo. El niño no sabía que aquello era parte del
solar del antiguo convento de las monjas derribado en la guerra. Pero todo
estaba muy lejos entonces: la guerra, las monjas, el convento, el mundo del que
hablaban los mayores y que el niño no entendía…
Cuando llovía la tierra se
reblandecía. Estaba propia para lanzar una lima vieja o un clavo grande - el
pincho – que iba apropiándose de otros trozos de tierra arrebatados a los
compañeros de juego. Era peligroso pero el niño, y los otros niños tampoco eran
conocedores, que el clavo disparado podía ser un proyectil. Los niños nunca son
conscientes de los peligros que los rodean.
Las bolas eran de barro cocido.
Algunos niños tenían bolas de bronce que provenían de cojinetes de vehículos
desguazados. Las bolas de bronce cuando golpeaban con fuerza sobre las otras de
barro las solían romper. Los niños entonces sentían la rabia y la impotencia de
quien sabiéndose superior abusada de su poder contra los más débiles.
El niño miraba el reloj de la
torre del ayuntamiento y antes que la aguja grande marcase las tres, con los
otros niños con los que compartía juegos, se iban calle abajo camino de la
escuela, sabedores de que durante dos horas las libertad se encerraba entre cuatro
paredes que en su testero principal tenía dos fotografías de señores
importantes y en el centro un Crucifijo. Sobre la mesa del maestro, algún libro
viejo y la cabeza de cerámica de un chinito donde se recogía el dinero para las
Misiones…
miércoles, 26 de octubre de 2022
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. ... Y sin papeles
Paloma torcaz en vuelo
26 de octubre, miércoles. Dice el periódico que
comenzaron a llegar el domingo. Dice que, en la Cornisa Cantábrica, el viento
era tan fuerte que les impedía el avance y se volvieron. Dice que desde ayer
martes – las condiciones climatológicas adversas habían amainado y les permitía
el vuelo por el Pirineo Navarro y que como quien no quiere la cosa pudieron
entrar sobre trecientas mil, paloma más o menos, porque hablamos de las
torcaces que vienen a pasar el otoño.
La noticia informa que desde
hace unos días se habían detectado movimientos de estas aves en Bélgica y en
los Países Bajos y que se preparaban, agrupándose en bandadas, para iniciar un
camino largo hasta la Península Ibérica, donde van a pasar los meses de frío
durante la invernada.
Igual movimiento se ha
detectado en Alemania y en Francia. Estas, las que vienen del centro de Europa,
cruzan la enorme llanura, salvan el Macizo Central francés y luego, los
Pirineos. Tanto en Irún, en la costa, (continúan por Tolosa y Otzaurte) como más al interior en el Pirineo navarro
supone una fiesta para cazadores y para las personas que siguen sus movimientos.
En nuestra tierra la paloma
torcaz vive en los bosques, en los jardines de las grandes ciudades – es normal
verlas en el Parque del Retiro o en la Casa de Campo de Madrid – en las orillas
de los ríos de la Meseta, en las llanuras de Castilla, en Sierra Morena o en
las Dehesas de Extremadura.
Se ausenta de los lugares extremadamente
fríos y se bajan hacia las tierras más cálidas del sur. Aquí se alimentan de
frutos secos: bellotas, higos pasados, castañas, restos de frutas en las ramas,
brotes de hierba nacida con la otoñada o cualquier tipo de semilla que
encuentra por los campos.
Es huidiza – solo se confía
donde no se ve perseguida – tiene más envergadura que la paloma normal, su plumaje
es negro azulado con pinceladas blancas en el cuello y en las alas que se
divisan al volar o cuando se tienen muy cercanas. Su vuelo es potente, asciende
en espiral y luego se deja caer, planeando y aprovechando las corrientes de la
térmicas.
Tiene diferencias con la paloma
zurita de color más azulado y con la turca, más pequeña y acanelada. Existe la
creencia popular de identificar un nido de torcaces en un balcón con la fortuna
que llega a la casa.
martes, 25 de octubre de 2022
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Cosecha
25 de
octubre, martes. Dicen que el otoño, o lo que debe venir después
del verano – porque esto de otoño con calor y sin agua que riegue los campos,
pues como que no – es el tiempo para recoger la cosecha y sentarse al calor de
la chimenea a esperar las noches largas del invierno. No me refiero a esas cosechas.
De un tiempo a esta parte ver
cualquier cadena de televisión tiene más de suplicio, de voluntad de sacrificio,
de mortificación que de evasión o información. Hay una cosecha enorme de gente
que vende – es un decir, claro – su propia estulticia. No tienen nada más que
nimiedad. Si uno se para por un momento a escuchar, que no es lo mismo que oír,
lo que sale esas pantallas, hace bueno aquello de “apaga y vámonos”.
Hay también una cosecha
excelente de gente que uno tiene la desfortuna,
si se me permite el bodrio, de encontrarse cualquier día. Es esa gente que no
aporta nada. Es más, su conversación es tan insulsa y carente de interés que
uno desea que pase el mal momento cuanto antes. Siempre está el monotema:
política, mal del gobierno, de alguien, o de los árbitros que favorecen a tal o
cual equipo. Exhiben su mediocridad de pensamiento, …
Hay otra gente que se escucha a
sí misma. Nunca se ha parado a pensar lo desagradable que es una conversación
donde no se intercambian pareceres. Casi siempre solo ellos. No permiten un
intercambio de ideas. Puede ser que como carecen de ellas…
Otros fastidian con avaricia.
Con la mano en el bolsillo de pantalón –hace que suenen las monedas sueltas o
buscan el tintineo de llaves que producen un ruido metálico. Si suena el
teléfono móvil interrumpen la conversación para atenderlo si pedir disculpas. Algunos,
por si fuera poco, se aproximan tanto que la cercanía se convierte en agobio. A
veces, incluso llega el aliento o los puntos casi imperceptibles de saliva.
Hay otro puñado que sabe de
todo. Se permite opinar sin que a uno le interese qué puñetas piensa de tal o
cual materia y en el colmo de la impertinencia incluso se permiten imponer su
criterio sin que nadie se lo haya pedido. Saben más que nadie. No admiten que
uno pueda tener otra visión, u otra manera de pensar. Como dice el refrán: “con
su pan se lo coman”.
lunes, 24 de octubre de 2022
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El otoño no llega
24 de
octubre, lunes. No hay otro tema de conversación. No llueve. La
tierra está reseca. No refresca por las noches Los pozos bajan el nivel
freático y cada día el agua está más honda. Dice el hombre del tiempo que viene
una borrasca profunda por el Atlántico. Le ha dado nombre bellísimo de mujer:
Beatriz. Dice, también que es una de las grandes borrascas que van a regar toda
la Península Ibérica. Entre la gente sencilla anida más el deseo que la
credulidad.
En el café tempranero, en las
tertulias de varios que se encuentran por la calle…, no hay otro tema de
conversación. Es más, se llega incluso a la aseveración. “Estamos condenados,
dicen algunos”. Otros, creen que el hombre lleva mucho tiempo haciendo mal las
cosas y ahora paga las consecuencias.
Hay un temor generalizado ante lo
incierto del futuro. Los pantanos bajan y bajan su nivel de agua y volver a
verlos llenos tiene más de deseo que de realidad. La política hidráulica se
abandonó hace mucho tiempo. Es más, algunos hasta se permiten satanizar lo que
ya está hecho. Condenan a los pantanos que sepultaron pueblos enteros.
Obviamente, no condenan a los que no solucionan que ahora se mueran los pueblos
porque se les va la gente…
La otoñada se ha retrasado. Es más, no ha llegado. Hay quien ha comenzado
la siembra de los cereales de ciclos largos con más fe que esperanza en que la
semilla germine. La tierra no tiene humedad. “Esta siembra, comentaba uno, va a
ser para los pájaros…”
Esta mañana he visto el primer
reznero. Son pájaros de plumaje blanco, zancudos que se mueven mal en tierra y
tienen una manera de volar acompasada y lenta. Estaba en la linde de la huerta,
cerca, del vallado de granados. Debe ser un pájaro despistado. A los rezneros
en la marisma le llaman ‘espurgabueyes’ porque viven de los parásitos que cría
el ganado y por aquí ha quedado poca ganadería extensiva…
El pájaro cuando me vio levantó
el vuelo. Fue un vuelo corto, solo unos cuantos metros más allá y volvió a
posarse en tierra. Era muy temprano para pensar que estuviese echando un rengue.
Estos pájaros cuando llegan las últimas horas de la tarde, esas en que el sol
dorado le pone un tiente especial, bajan para buscar cobijo en la alameda del
Hoyo del Conde.
domingo, 23 de octubre de 2022
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Relativo
23 de
octubre, domingo. Dicen que la Estadística es la más falsa de las
Ciencias Exactas. Tiene la culpa, el pollo. Algunos se ahítan y otros ni lo ven
y luego vienen con la milonga que los dos comieron – es un decir – pollo, a una
proporción de cincuenta por ciento cada uno, en una extrañísima salsa importada
de no se sabe de dónde vino.
Dicen que hay millonarios – en
euros - que esos son millonarios de
verdad y a los que según unos les van a favorecer cuando le bajan los
impuestos; según, otros dicen que no, que eso no es así, porque a los
millonarios de verdad no se les ve el pelo y la cuenta corriente la tienen en
paraísos fiscales.
Claro que para hablar de
paraíso uno se remonta a aquello del jardín entre ríos con frutas exóticas de
las que ni conocemos ni sus sabores ni sus nombres. Solo trascendió el de una y
resulta que era una modestita manzana que fue la que se cargó el invento que se
tenían montado.
Hace unos días estuve en una
boda. Un amigo se empeñó en ahitarnos a base de comer y a un plato seguía otro
y otro y aquello era como cuando se leen las encuestas que dicen que hay más
votantes a favor que gente encuestada porque es una manera de convencer a la
parroquia. ¿Se come? ¿Nos alimentamos? Es gula envuelta en esos oropeles de
nombres muy raros que ahora se han inventado en algunas cartas. La imaginación
no tiene límites y total al final siempre se piden unos entrantes, un pescado o
una carne…
Donde está la clavada en los
restaurantes es en el vino. Ahí la relatividad se echa a un lado. Como sea un restaurante
de medio pelo hacia arriba, menos el sacristán de la bodega por allí desfila
medio mundo, haciendo unas reverencias, con unas pamplinas de escenificación
que alucinas. Cuando llega la cuenta, eso ya no es tan relativo. La ‘humera’ se
disipa de momento.
Estamos en una sociedad de
apariencias. La estadística aparenta lo que no es, la belleza es tan relativa
como para hacer creer a algunos que están hasta bonitos cuando llevan hasta el
cielo de la boca pintorreado…
En fin, lo dejó muy claro don
Ramón de Campoamor. “En este mundo traidor / nada es verdad ni mentira / todo
es según el color / del cristal con que se mira”.
sábado, 22 de octubre de 2022
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Otoño en Albarracín
22 de
octubre, sábado. Al anochecer Albarracín se torna misterioso y
enigmático. Se confunde con las sombras que avanzan y lo invaden todo.
El silencio es el compañero
para pasear por sus calles estrechas, empinadas y largas. Resuenan los pasos y
el eco reverbera en las paredes cercanas. En un recodo, junto a la Casa de la
Juliana el viajero se detiene bajo un farol solitario y olvidado con huellas de
primeros del siglo pasado. O sea, añejo y vetusto.
Por un momento se ha acordado
de los gatos cimarrones que a estas horas andarán de caza por los tejados y ha
pensado qué será de ellos y dónde se cobijarán, si ahora que es otoño y ya hace
frío, cuando llegue la extremosidad en las noches de invierno y los carámbanos
pendan de los aleros.
Desde la plaza, tres
direcciones de la ciudad se extienden como tentáculos de un cefalópodo
imaginario y monstruoso, llegando más allá a través del espacio y del tiempo
hasta las murallas que la defendían cuando era un Señorío independiente.
Mañana cuando amanezca, volverán
(en verano sí, ahora que comienzan los hielos ya vienen menos) grupos de
expedicionarios organizados con horario preestablecido y menús contratados.
Llegarán desde Zaragoza, Teruel o Cuenca. En una taberna cualquiera, de una
calle cualquiera, una muchacha joven y grácil servirá unos tacos de cecina de
vaca y unos vinos al grupo liberado, por un momento, de tutelas oprimentes.
Abajo el Guadalaviar que ha
nacido solo un poco más allá, en una quebrada de la Serranía, que por aquí se
llaman Serranía de Albarracín, atiborrados de sauces, olmos y frenos en sus
orillas, con los esqueletos de sus ramas despojadas de hojas circundan la
ciudad, casi totalmente, bordeando el cerro sobre el que se asienta la ciudad.
El puente romano retrotrae a
tiempos pretéritos. Albarracín conserva su fisonomía medieval: casas colgantes,
rincones únicos – donde parece que los tejados se superponen – y el misterio
escondido tras los muros de abobe. Albarracín es de esas ciudades que a uno se
le antojan irrepetibles.
El paisaje de la Serranía en
otoño es dulce, dorado, de oro viejo que sabe del arcón del tiempo. Sabinares,
pinos, enebros, rebollares, encinas, robles ponen el contrapunto de naturaleza
a la generosa creación de la fantasía del hombre que por aquí – todo Teruel es
un acopio de bellezas desconocidas -
tomó las maneras del arte mudéjar.
viernes, 21 de octubre de 2022
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El encanto espera en la esquina
En
el entronque de las calles Cantarranas y Algarrobo, hay un jardín colgante – no
es como los de Babilonia – pero tiene su belleza que lo hace único. Ocupa la fachada
que sirve para que las dos se den la mano y cuenta con la aprobación de viandantes
y vecinos. En la acera de enfrente, una figura en bronce recoge el homenaje a
la faenera…
La
calle Cantarranas comienza en la de Carmona. Termina
en el Arroyo Hondo. En el siglo XVII tomó ese nombre y con él figura en el
Repartimiento de 1639. Al reformarse por el Ayuntamiento el abastecimiento de
aguas a las fuentes púbicas se la dotó de un servicio, a modo de grifo
automático situado en la confluencia con la de Chozuelas. En el siglo XVI tomó
el nombre de Gonzalo Pérez de Armijo, vecino principal que vivía en ella. En
1935 llegó a llamarse “Libertad”. Casi en su final, en la parte izquierda
arranca uno de los dos ramales, que forman la ‘y’ de la calle Málaga; por su
parte derecha, en la mediación se accede a la Avenida don Juan Calderón.
En ella vivió durante años
una figura emblemática y muy querida en la localidad Manuel Álvarez, “Manolo, el mutilado’ hombre de excepcional
bondad que sufrió las consecuencias horribles de la guerra postrado en una
cama. Vecinos de ella: Frasquito José
Pérez, tallista del trono antiguo del Santo Entierro, la pintora acuarelista,
Ana María Garrido y el historiador Lucas González (nadie sabe más que él del
futbol de Álora) con varias publicaciones sobre el Fútbol local o la figuras de
Abindarráez y Jarifa..
La calle Algarrobo – larga y
profunda como un suspiro escapado- se
sitúa entre Cantarranas y Málaga, por la derecha; Plaza Fuentarriba, y calle de
la Parra, por la izquierda. Comienza en la calle Carmona y concluye en la de
Benito Suárez. Por la izquierda se le incorpora la calle Zapata. En el siglo
XVI se llamó de Alonso Gallego. Estaba unida por una travesía, hoy
desaparecida, de nombre Juan Acedo, con la calle Cantarranas. En la fachada del
número 40 existe una hornacina donde se venera un Cristo Crucificado. La piedad
popular adorna el altar callejero protegido por un cristal y verja de hierro. De
noche se ilumina con luz eléctrica y siempre se halla con flores, artificiales
y naturales.
Su desnivel hace que la
acera izquierda conste de muy pocas viviendas y tenga frente a la acera derecha
los muros traseros de la de la Parra. Otra originalidad más de esta calle
única.
miércoles, 19 de octubre de 2022
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Jose Mari
Dani Marín, Paco Rengel, José María Martín Urbano
20 de octubre,
jueves. “La Semana Santa es maravillosamente igual – me dijiste – cada año”. Estábamos ante ese
trono bellísimo del Coronado de Espinas, Estudiantes,
para ser más breve, mientras voces jóvenes cantaban el “Gaudeamus, igitur…”
Era un Lunes Santo. Nos
habíamos encontrado, sin programarlo en la calle, porque tú José María que
sabías tanto de la Semana Santa o más que de Baloncesto, conocías como nadie
los lugares en los que hay que estar en los momentos oportunos. Los dos, sin
saber o sabiéndolo, habíamos coincidido en Méndez Núñez entre Uncibay y Tejón y
Rodríguez…
Málaga entonces apuntaba a
azahar en los naranjos y olía a incienso en la calle. Ahora, esta tarde que
dice el calendario que es otoño, pero hace tiempo de verano, tú, sin avisar te
nos has ido cuando las choperas se visten de oro viejo.
Todos los periódicos, los deportivos
y los otros, dicen que tú José María Martín Urbano eras con Alfonso Queipo de
Llano uno de los padre del Baloncesto en Málaga. Paco Rengel lo contó como
nadie lo ha contado desde entonces. (Eso no lo dicen los periódicos, pero lo
digo yo). Fue precisamente Paco quien me llevó hasta ti. Y entre Paco, Alfonso
y tú trajisteis a las Semanas de Cultura de Los Llanos en Álora a aquellas
figuras del Unicaja (ya estaba hecha la fusión con Maristas) para que los niños
tuvieran de cerca a la élite del Baloncesto…
Tú eras un hombre de procesiones, o sea de Pasión, de Pollinica, de los Santos Patronos y aunque la Semana Santa sea maravillosamente igual cada año, tú, José María, como Alfonso y Paco no lo erais. Rompíais moldes. Yo te conocía, lejanamente, de cuando eras el maestro más joven de la Aneja de la Normal y yo aterrizaba por allí. Luego, la Escuela Hogar de Coín, y tu amistad entrañable con Paco…
Recuerdo que en un viaje
vuestro: Paco, Rosi, Maribel y tú. Paco me llamó desde Salamanca y me
preguntaba por no recuerdo ahora que punto de interés que andabais buscando.
Ahora pienso también mucho en Maribel… ¡Dios mío, Dios mío!
Por cierto, he llamado a Rosi.
Le he dicho que hoy, por otras circunstancias, no he podido estar contigo en le
Gastronómico. Estamos rotos todos. Paco Valverde y Dani Marín han publicado
palabras entrañables, Ramón Varea dice que habéis estado hablando de tu Jesús
de Pasión… El teléfono no para. Una nota común: consternación. No es momento de
Gaudeamos pero sí de decirte que nos has hecho una faena, amigo.
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Esperanza
En solidaridad con todas las mujeres que luchan contra el cáncer de mama.
19 de octubre,
miércoles. El dolor tiene muchas caras. Se presenta cuando no se
espera. Tiene camino propio. Un día llega a la puerta y, en ocasiones, viene
con un ropaje para pasar una temporada larga. Es una visita indeseada y uno no
puede sacudírsela.
Esta mañana, cuando abrí el
ordenador, me encontré un mensaje de una amiga entrañable. Anunciaba que hoy se
pide un momento de recuerdo y apoyo para las mujeres que sufren la tremenda
enfermedad. Unas aún luchan denodadamente; otras, la vencieron. Hubo quien no
pudo llegar a meta…
La mujer es el ser más sublime
de la Creación. No crean que lo digo por seguir una frase hecha. Dice la Biblia
– o sea el Gran Libro que nos hace ver las cosas de otra manera – que Dios fue
quien se sacó de su manga todo este tinglado. A veces cuesta entenderlo. Lo llaman Mundo y de no ser regido por alguien
como Él, esta orquesta no funcionaría.
A lo que iba. Dios, cuando se
las andaba por aquello que llamaron Paraíso vio que Adán… Y fue y se dijo: “No es bueno que el hombre esté solo”. Y
lo durmió y de su costilla sacó a Eva… y le dio una compañera.
Pero la cosa no quedó ahí.
Cuenta que un día se percató cómo andaba el patio con la herencia de aquel día
de degustación de la manzana y se dijo que mandaría a su hijo para apañar un
arreglo y decidió buscarle una madre. Él tenía la capacidad de decidir que ser
gozaría de ese privilegio y, entonces, porque así lo quiso, optó por la mujer.
No fue exactamente como lo he contado, pero a ¿qué queda bonito?
La mujer desde los comienzos ha
sido el soporte. Despectivamente, alguien la llamó “débil”. Indudablemente no
conocía ni su fortaleza, ni su capacidad ni su resistencia, o sea no la conocía.
Ha habido – y hay, canallas – que abusan de ella. Ese es otro mal cantar.
Quieren ponerle arreglo. Cuesta conseguirlo.
Hoy 19 de octubre, celebran un
día para recordar y ayudar, si se puede, contra el cáncer de mama. No tengo
otras armas a mi alcance. Solo me cabe decir, bendita mujer, que sin ti esto no
marcharía, bendita mujer que nos ayudas cuando nos ofreces tu hombro, bendita
mujer que fuiste elegida para ser Madre de Dios y madre nuestra.
martes, 18 de octubre de 2022
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El bueno, el feo y...
18 de
octubre, martes. Ennio Morricone le puso música. La película se
rodó, bajo el sol del verano en las cercanías del Cabo de Gata, y en un lugar –
no recuerdo ahora su nombre – de la provincia de Burgos. La dirección de Sergio
Leone. En los papeles estelares, entre otros, Clint Eastwood, Eli Wallach… pero,
aunque la película tenía muchos tiros, no van por ahí los tiros.
Van por otro lado. También hubo
allí muchos tiros. Tantos como que era una revolución. Me refiero al Doctor
Zhivago, obra de Boris Pasternak que se llevó al cine, que fue un éxito en
todos los campos (música, fotografía, interpretación) y que se rodó en muchos
lugares de España. (Gutiérrez Aragón dijo que España era de cine, y es verdad).
En esa novela transcurren, como
los raíles del tren, dos mensajes paralelos. La Revolución rusa en el final de
los zares, la guerra civil entre blancos y rojos y el triunfo de la revolución;
por otro, el protagonista, Zhivago un joven médico que se ve envuelto en
problemas coyunturales – trepas incluidos- y movilizado forzoso.
Pasternak lanza un mensaje.
Zhivago es un poeta, un gran poeta que alcanza su plenitud cuando conoce a
Lara, una joven enfermera con quien coincide en el frente, con en quien encuentra
el amor y sin la que no habría conseguido la plenitud de su producción
literaria…
A lo que iba. Boris Pasternak
tuvo que renunciar al premio Nobel de Literatura. En su país – ahora tampoco –
había libertad. Cuando alguien denuncia las injusticias que cometen otros
hombres no son bien vistos y ya se sabe lo que ocurre.
La novela se conoció en
Occidente como se conocen las obras que nacen en medio de la opresión, o sea de
manera clandestina y llevada a todos los círculos literarios, primero de París,
luego de otros lugares.
El pueblo ruso, el admirable
pueblo ruso – esclavo de los zares, primeros; del comunismo durante muchos años
después – ahora se ve tiranizado por el terror de una movilización hacia una
guerra que ellos tampoco quieren. (Drones en la noche y tumbas masivas…) Las
noticias que llegan de allí, dan miedo, diría más, producen pánico.
Se ve que el que manda ahora
puede ser el feo o el malo, sin que Sergio Leone siquiera vislumbrara esto que
ocurre mientras esperan la llegada del ‘general invierno’ para que el resto de
Europa tirite, además de miedo, de frío intenso…
lunes, 17 de octubre de 2022
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Tierras lejanas
17 de
octubre, lunes. Ha salido en los periódicos de aquí – en los de
allí, no sé– que el presidente de Tayikistán (que está, no donde Cristo dio las
tres voces, no, no; un poco más allá) le ha cantado las cuarenta a Putin. Le ha
dicho que quieren ser tratados como trata a los africanos y que ya está bien
que los ignore y no sé cuántas cosas más.
La verdad que al señor Putin
parece que le van a quedar menos amigos de los que él piensa que tiene. Desde
la Unión Europea seguramente están pensando en mandarle una buena cesta de
Navidad. Total, si el hombre tiene esa cara de belleza que el Efebo de
Antequera hasta envidia. ¡Manda bemoles con el hombre de hielo!
Y ahora, por el otro lado, un
señor que está cargado de cejas como Breznev ¿lo recuerdan? va y el canta las
verdades del barquero recordándole que en un tiempo eran amigos, o sea que,
entonces y ahora, como que les cuesta aceptarse mutuamente.
Me he documentado porque no
tenía ni idea donde queda ese país y me entero que el sol, cada mañana, llega
primero a China; luego, los visita a ellos y por las tardes, se va por
Uzbekistán y ellos ya están con las sombras alargadas…
Por el sur, tienen una
cordillera seria, la de Pamir. Una de las importantes del Asia Central, porque
no lo he dicho antes, están en Asia, no tienen salida al mar y su extensión no
es muy grande, eso sí, más que Andalucía – 144.000 kilómetros, arriba o abajo –
y ocho millones de habitantes. Por el sur, Afganistán; por el norte, Kirguistán.
Sus dos ríos principales Amu Dari y Sir Daria. ¡Cómo me acuerdo de don Emilio
Mandly!
Su civilización, antiquísima. Hasta
allí llegaron las huellas de Alejandro Magno. Ese sí era más grande de Zorba el
Griego cuando la música de Mikis Theodorakis nos hizo creer que era algo del
folclore griego y no una creación suya. Por cierto, cada vez que escucho en la
voz de Gloria Lasso “Luna de miel”
con letra de Rafael de Penagos y música de él… Pues eso
Dicen que allí – en Tayikistán
los inviernos son fríos de verdad y que han alcanzado (es decir, claro) los -22º
y que el viento pega fuerte. ¿Ven?, eso me frena para ir conocerlos, a mí el
viento, como que no me cae del todo bien.
domingo, 16 de octubre de 2022
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El Riojano (Una pastelería de película)
Pastelería El Riojano. Madrid
16 de
octubre, domingo. A Madrid se iba – dicen - “a por atún y a ver
al duque”. Y por supuesto, también, a otras cosas. Un alcalde de mi pueblo
adujo tener que hacer unas gestiones en la capital para andarse unos días de
asueto. A la vuelta, los vecinos le preguntaban cómo le había ido y él, muy
atento, contestaba: “Buenas impresiones, buenas impresiones”
A Madrid la gente también iba a
dar un tumbo a su fortuna. En la Villa y Corte se cocía – y se cuece - todo lo bueno y todo… lo otro. El factor
suerte siempre está en esos momentos en que de tenerlo a favor o en contra hace
que barco llegue o no, a puerto.
Mi amigo Paco Sanz que me ha
enseñado el Madrid de los Austrias como
solo sabe hacerlo quien lo anduvo por sus calles desde niño, me ha mostrado
rincones, perspectiva y lugares únicos. ¿Conoces El Riojano?, me preguntó un
día, es de mi hermano, me dijo.
Me contó que un oriundo de La
Rioja – esa tierra donde nacieron el castellano y el euskera en San Millán –
Dámaso Maza, pastero de oficio, se vino a Madrid. Montó una pastelería en 1855
y ahí arrancó todo. La calidad de sus productos era tan grande que se convirtió
en suministradora de la Casa Real – Palacio está un poco más allá, en la Plaza
de Oriente, y ellos en la Calle Mayor, a pedir de mano de la Puerta del Sol –
que valoraba sus exquisiteces. Isabel II y María Cristina, en ocasiones venían
hasta la propia pastelería a degustarlas.
El
Riojano tiene varias especialidades. Los golosos lo tenemos
difícil, muy difícil por lo que hay que volver una y otra y otra vez y todas las
que hagan falta. Las pastas son la estrella del obrador. Pueden, si quieren,
darse un homenaje de torrijas o si desean esos otros dulces que llaman desde
lejos…
La decoración, la original, el
mármol de Carrara… Casi 170 años de vida… Conservan la balanza primera, la caja
registradora del comienzo y el horno de leña ya en desuso. La ebanistería, de
madera noble que vino de Cuba y trabajada por los artistas que trabajaron en
Palacio…
Además de las reinas… Don
Jacinto Benavente era asiduo. Dejó dicho: “La gente a la que no le gusta el
dulce no es de fiar”. Pues, eso.
sábado, 15 de octubre de 2022
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. España desconocida: El Deva en otoño
15 de
octubre, sábado. El viajero desde San Vicente de la Barquera fue,
por Unquera, al Desfiladero de la Hermida y luego subió y subió. Pasó por
Panes. Buscó alojamiento y no encontró. Llegó a Potes sin reserva de cama y con
noche cerrada. En el agobio de la noche encima se adentró en La Soldrería y preguntó:
-
Señora, ¿dónde puedo dormir esta noche?
-
En Potes, contestó una mujer madura desde detrás
del mostrador, sin reserva, imposible, está todo lleno, como no sea en el
Puerto de San Glorio…
Entonces pregunto por la
distancia y le contestó que a unos treinta kilómetros…
-
Bueno, eso dijo él, para lo que traigo encima…
-
¿De dónde viene?
-
Esta mañana, salí de un hostal de carretera de
Priego de Cuenca, y por Burgos y el Escudo, a Torrelavega y….
La mujer interrumpió.
-
¿Cómo? Siendo así, usted no se va de aquí…
¡Calle, hombre, calle!
Cogió el teléfono y llamó a
una, y a otra, y a varias casas que admitían huéspedes para una noche…
A la mañana siguiente, el viajero
sintió el viento frío de otoño al abrir la ventana y vio recortados entre la
bruma los Picos de Europa. La niebla se
levantaba lentamente. Los árboles – algunos ya sin hojas – eran esqueletos
inmóviles. Se escuchaban sonidos de latón en los cencerros de las vacas…
Dedicó el día a andar por el
pueblo como quien no va a ninguna parte, pero no se deja ningún rincón sin
escudriñar. Tomó algo a media mañana, y luego fue a comer, donde La Taberna en la Plaza y pidió una tabla
de quesos y un vino y algo de sopa – el cocido liebanés- lo aplazó para el día siguiente. Lo tomaría, como otras
veces, en el Hostal del Oso en
Cosgaya, junto al Deva, recomendado por su amigo Paco Galdeano- y un orujo.
Se sentó en una mesa cercana al
rincón del fondo. Despejada la modorra de la siesta echó un vistazo a los
apuntes y luego leyó en la guía que llevaba: “Yo, Garci González de Orejón con
el cuchillo de mi enemigo al cuello dicto este testamento (…) como dote a mi
hija para que entre monja y no acabe en puta como su madre”. En Lama tuvo lugar
una batalla entre Comuneros y partidarios de Carlos V. Orejón era jefe Comunero
y murió decapitado por traición de su hijo…