Esta mañana soplaba una brisa
ligera y fresca, a ratos era casi viento. Dicen que en otras partes de España
nieva o llueve copiosamente, o las olas en el Cantábrico, alcanzan alturas de
tres y cuatro metros. Los castaños de los Pirineos ya están sin hojas, y en
el Lago de San Mauricio, las temperaturas han descendido hasta límites muy
bajos y han muerto dos personas por hipotermia…
Por aquí, aún no se han vestido
las mesas de camilla y aunque hay que buscar una rebeca para cuando se va el
sol, al mediodía calienta los suficiente como para que sintamos los últimos
estertores del verano.
No han llegado aún los pajarillos
insectívoros. No se ven los pichis en las riberas del arroyo, ni hay carboneros
que anuncien con su canto monocorde si va a llover o no, en función del gusto
que le mostremos en la petición: “pajarito del agua, ¿va llover?” y dirá que sí,
o que no señor, aunque nuestro deseo de que llueva, de que llueva tanto que
hasta se moje la Virgen de la Cueva y esas cosas.
Están pintones los caquis. Los
caquis sensuales enganchaban a los niños golosos que guiados por el color,
buscaban el que creían más maduro y luego, la realidad decía que estaba rasposo
porque no le había llegado todavía su hora y es que “no por mucho madrugar, amanece
más temprano”.
Como la otoñada este año parece
que viene tardía, no han aparecido los
primeros espárragos, y el campo traspillado y seco, ofrece una aspecto tristón
y espera
ese manto verde que lo cubra todo y lo ponga precioso, aunque los
ciruelos estén perdiendo las hojas y los granados aún no se hayan vestido de
oro viejo.
Anoche, el viento bajaba
encajonado y bravucón por la cañada que viene de la sierra. Hacía un ruido
impetuoso. Agitaba las retamas y jugaba al escondite por entre las palmas. El
viento, que en las noches de verano se echaba, y dejaba que solo se percibiesen
los sonidos lejanos de las cencerras de las cabras, ha presentado sus primeras
credenciales, y al igual él, que no tiene mesa camilla para pasar la noche, se
deja notar de esa manera que a veces sobrecoge y es la muestra de la fuerza de
la naturaleza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario