lunes, 2 de marzo de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Balcón con flores





Hay un balcón. El balcón está lleno de flores. Las flores tienen el mejor sitio de la calle. Son flores de colores suaves, sensuales, precisos. Son flores de muchos colores. Sobresalen los claveles. Los claveles tienen sitio de privilegio…
Son flores plantadas, regadas, cuidadas   por una mano – o ¿son dos? – anónimas. Las flores se asoman al balcón y a la calle, y ¿luego?… luego a la baranda que delimita la calle con otra calle.
Recuerdo los versos de Miguel Hernández: “Una mujer morena resuelta en luna…” ¿Y por qué no? No sabemos el nombre de la mujer porque tiene que ser una mujer con una sensibilidad que sobresale a todo para tener una balcón tan único, tan especial como es balcón ahíto de flores.
Espera, el balcón, paciente para saludar al viandante que sube despacio porque la calle Ancha. Hay que subirla con los pasos lentos, contados, sin prisa. La bulla es mala consejera pero cuando uno se pierde deleitarse con estas primorosidades, más.
El cielo azul se asoma por la equina de la casa, por cierto, el nomenclátor municipal la marcó con el número trece, para que luego digan los superticiosos… ¿Cabe más belleza en ese balcón de la fachada blanca? Es un cielo limpio de nubes, es un cielo a juego con el turquesa esparcido como con pinceles de ángeles.
Se asoma, también  la estribación entre el Monte Redondo y el Hacho. No quiere perderse el momento… Un chorreo de olivos baja de la cumbre como puestos ahí, a capricho. Juegan, linderos con un terreno de secano.
El progreso ha llenado de cables la fachada.  Bueno, el progreso, no. Los cables los ponen los hombres. Por esos cables irán conversaciones. Llevarán las cuitas de las personas, de unas a otras.  Habrá palabras intrascendentes, palabras de amor, de cumplido…
Los de la electricidad aportarán la luz necesaria cuando llegue la oscuridad de la noche, y entonces ya todo sea silencio y se dormiten las flores del balcón y entre ellas se cuenten las cosas del día hasta que la nueva luz, la otra luz, la que manda Él, cada mañana, diga que llega un nuevo día y…


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