Decía santa Teresa que “entre los
pucheros anda Dios”. Santa Teresa aprovechaba cualquiera ocasión para lanzarle
un mensaje a sus monjas, que emprendían otra vida diferente a la que llevaba la
sociedad de su tiempo.
En aquella Cuaresma, de bula y no
sé qué cosas más, los Viernes eran días de ayuno y abstinencia. Una
contradicción, porque había mucha gente, demasiada gente, que no comía y otros,
que sabían de la carne de oídas, pero…
En ésta, ayunos de libertad y con
abstinencia calle, estamos desorientados no por el asunto de pucheros y comidas sino por todo lo que tenemos encima.
La gente envía mensajes, están aburridos y les cuesta el enclaustramiento que
impone la necesidad de luchar, en aislamiento contra el dichoso bichito que nos
ha llegado sin que nadie lo haya invitado a la fiesta.
Hay excepciones, hay quien le
saca rendimiento a su tiempo y nos deleita con mensajes llenos de optimismo,
con artículos en sus páginas, con gracia y ocurrencias que nos sacan las sonrisas en
momentos de tristeza…¡Es gente admirable!
En una canción de hace un montón
de años, Carlos Cano nos daba una receta de repostería para el ‘durse’
de calabaza… y terminaba con algo genial e insustituible: “y la gracia de tus
manos”. Esa gracia de manos anónimas que se esparce por las redes sociales (la
TV mejor no verla, deprime).
Este Viernes de Cuaresma, se ha
presentado una mañana ventosa y gris. Está el tiempo revuelto. Dicen – “desde
mi ventana no puedo yo verlo”- que el
Levante arranca olas que se comen la arena de la playa, destroza paseos
marítimos desiertos de gente a resguardo tras los cristales de las ventanas y
hace que las gaviotas vuelen más altas que de costumbre.
No hay pájaros que alegren esta
primera mañana de lo que dicen que ya debería ser primavera, pero que está
vestida de invierno, con el sol parapetado y algo de frío que trae recuerdos de
cumbres de sierras blancas, porque dicen que en Soria y en el Pirineo y en la
Cantábrica y no sé en cuantos sitios más, ha nevado…
Hay que echar mano del
frigorífico. Es tiempo de espinacas con garbanzos y bacalao con tomate y si se tercia, un
vinillo – una copa - no sea que haya un
control de alcoholemia entre la cocina y el balcón…
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