La mañana estaba entoldada.
Entramos a la ciudad por el Puente Romano. Bajo nuestros pies, sillares del
siglo I. Enfrente la ciudad, detrás, el
‘Campo de la Verdad’. Recuerdo de historia pasada. Lucha fratricida entre
Enrique II de Trastamara y Pedro I, para unos, el ‘Justiciero’, para otros, el ‘Cruel’. María de Padilla,
amores imposibles… ¿por qué es imposible a veces el amor?
San Rafael sobre una de las
barandas del puente, por abajo, el agua. La gente reza y enciende velas. Me
acuerdo de Séneca: “No hay viento malo cuando lleva a buen puerto”. Bordeamos
la Mezquita. Al final de Torrijos giramos por Cardenal Herrero. Entramos en el
patio de los Naranjos. En la fachada norte, la Virgen de los Faroles. Once
faroles dan tenue luz por la noche. Unos versos instan a alabar a María. Esta
Asunción es copia. La hizo Rafael, el hijo de Julio Romero, para proteger la
original de su padre.
En la Callejea de las Flores no
entra el sol, no hace falta. El colorido chacharea entre macetas de geranios y
gitanillas. Un poco más adelante, Maimónides, en mármol frente a la Facultad de
Filosofía, da testimonio de un patrimonio cultural inmenso. En un testero de la
puerta se lee: “Aquí estamos los soñadores, / los ingenuos, / los que aún
creemos / en la fuerza de las palabras”…
En la Plaza de las Tendillas,
otro aldabonazo al recuerdo. El Gran Capitán sobre caballo de broce. Mateo
Inurria le puso la cabeza de mármol blanco. Me gusta más la figura ensalzada
que la consecución de la obra. En la Taberna de Góngora, calle del Conde de Torres Cabrera, vino de la
tierra y un recuerdo a los versos de don Luis: “Traten otros del gobierno del
mundo y sus monarquías / mientras gobiernan mis días…”
Bajamos por Santa Marina de Aguas
Santas. En el Rincón de las Beatillas tenemos reservado en el Sancta Santorum
donde celebra sus reuniones la Tertulia Manolete. Esas son palabras mayores.
Dos cabezas de miuras – una desorejada, en Sevilla por Manili - en el testero. Entre amigos pasa las tarde,
luego San Agustín. Imponente, el templo y el santo de Hipona: “Nos hiciste,
Señor para ti / y nuestro corazón está inquieto…” Patios de embrujo, mujer de
ojos de misterio, “Córdoba romana y mora”, la vio don Manuel…
Pepe, muy bonito el resumen del día y muy completo. Un abrazo
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