martes, 31 de marzo de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Cortao y tronchao






Hay quien dice que se puede cambiar de partido político, de chaqueta, de posición social, de mujer, de barrio... Hay dos cosas que no se cambian nunca: de cofradía y de equipo de fútbol. Arranca con la niñez y va con uno en el devenir de la vida.

En algunos pueblos, en Álora también, los hay de su propia cofradía y además son contrario a ‘la otra’.  La rivalidad de partidarios de  Jesús” y “Dolores” pudo–en un tiempo muy remoto, ahora probablemente menos – llevarse la palma, hasta el punto de negarse saludos y la palabra en tiempos de Cuaresma y Pasión.

Confundirlos y asignarle un lugar en la otra es algo así como una ofensa. En cierta ocasión, le preguntan a Bartolo:

-         “Tú eres de Jesús o de Dolores”?

-         Digo, ¡preguntarme a mí si soy de Jesús o de Dolores, cuando yo soy ‘cuasi’ la Virgen…!”

La Virgen de Flores aglutina al mayor número de devotos. Se puede ser de esta o de aquella cofradía, pero no es óbice para ser también ‘hermano’ de la Virgen de Flores.

 En los años cincuenta, una imagen de la Virgen de Fátima llega a Málaga. El traslado se hace en avión, oficiales del Ejército del Aire escoltan a la imagen hasta su llegada a la Plaza de Marina. Se celebra una función religiosa. Interviene el obispo de la Diócesis, Ángel Herrera Oria quien dijo que nunca había visto un espectáculo así.

Hasta la capital se llevan a todas las patronas de los pueblos de la provincia. Las necesidades, muchas, los medios con que se contaban, pocos. El traslado se hizo en un camión hasta la concentración en el parque de Málaga. Todos vociferan, vitorean a la ‘suya’. Hablaban y pregonaban de la capacidad de ‘su’ imagen para solucionar los problemas.

-         “Tó es pa ná - vociferó a pleno pulmón, para que llegase a todos los oídos - la Virgen de Flores trabá - hace más milagros que toas juntas.”

Diego, era recio, noble, generoso y buen vecino. De él se cuenta, también, que en la guerra del Rif lo enviaron a una misión sumamente peligrosa. Antes de partir el ‘pater’ le manda arrodillarse para darle la bendición absolutaria ante la posibilidad real de muerte en la misiva.

-         Esa,-  replicó - te la echas tú en los c…




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