domingo, 1 de marzo de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El nño




                                     



El niño veía transitar los trenes desde el borde la trinchera. El niño pasaba días en casa de su abuela cuando llegaban las vacaciones de verano o en los días finales de la semana en los que no iba a la escuela. La casa de su abuela estaba al borde de vía, justo lo necesario para ver los trenes desde una altura excelente.

Los trenes veían de lejos. Algunos iban a paraderos aún más lejanos. Eran ciudades en las que el niño no había estado nunca pero de las que les hablaba, a él, y a todos los demás niños, su maestro, don José Oropesa, un hombre muy bueno que sabía llegar hasta el corazón de los niños.

Cuando el viento soplaba ‘de arriba’ que era una manera de llamar al viento del norte, el cielo estaba azul, limpio, sin nubes. El sonido se transmitía desde muy lejos y cuando las locomotoras de vapor silbaban al salir de la estación de Las Mellizas, se percibía el silbido lejano y perdido por el espacio.

Otras veces, el viento venía ‘de abajo’, o sea del sur. Entonces se percibía cómo la máquina luchaba contra la inclinación de terreno que no se veía a simple vista y que se percibía en la manera que tenía el tren de aminorar la velocidad y cómo su fuerza se extendía, a modo de una columna de humo, que ascendía hasta perderse por el cielo.

Había muchas clases de trenes. Los de viajeros eran los más rápidos. A todos les ganaba el ‘Express’. Circulaba por las noches. A esa hora en que los búhos y los autillos emitían sonidos desde las casuarinas que había en el borde de la vía y que le daban miedo al niño, sobre todo, cuando la noche estaba muy oscura.

El tren correo pasaba con luz del día. Casi siempre, el tren correo traía retraso acumulado. El ‘mixto’ era un tren mañanero, que llegaba Málaga, al rato de abrir el día… Los trenes de ‘mercancías’ no tenían horas fijas. Eran largas filas de vagones, todos iguales y con las puerta cerradas. Solo en un vagón, que iba inmediatamente detrás de la máquina, viajaban los hombres que prestaban sus servicios en el tren. El ‘pescaero’, pasaba a media mañana. Era un tren nervioso y rápido.

El niño veía cómo pasaban los trenes desde el borde de trinchera…


No hay comentarios:

Publicar un comentario