viernes, 6 de enero de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Pepe Rojas

Se lo llevó la Luz. Se lo llevó la Luz que marca los caminos, manda por dónde van los vientos, hace que brillen las estrellas en la noche oscura o que nazcan los trigos… Se lo llevó la Luz que dice hasta dónde hemos llegado y hasta cuándo. Se lo llevó…

Corrió la noticia por el teléfono. Sorpresa. Consternación. Una pregunta, sin respuesta. ¿Qué ha pasado? Nadie explica, porque nadie sabe, nada. Todo son conjeturas. Lo echaron de menos. No salió… A Pepe lo encontraron muerto…

Pepe Rojas era – cuesta trabajo, a veces, escribir, en pretérito cuando aún está rabioso el presente – un filósofo a su manera. Veía la vida desde el prisma de los hombres libres; tenía la libertad que él mismo se imponía y venteaba los temporales con una manera ser tan propia como que con él se rompe el molde.

Hombre dadivoso, servicial. Pepe acudía y, a veces, - lo sé por la experiencia de favores impagables – aparecía como por encanto, por azar, cuando la realidad era que estaba allí por su bonhomía, por su generosidad, por esa manera de dar y de darse, sin que los que estaban a su alrededor se diesen cuenta.

Bohemio. Hombre amante de la noche. “Nada de lo humano le era ajeno” y, además, su manera de enfocar los problemas lo hacían alguien diferente, muy diferente a la persona que sentado detrás de una mesa desempeñaba su trabajo. Su vida fuera del Banco era otra vida. Esa vida sí que era rica y no precisamente en la conexión con la materialidad.


Yo no era amigo personal de Pepe. Pepe tenía muchos amigos. Pepe ha muerto solo toreando el último toro, el que sí ha podido con él, como se van los grandes maestros dejando una estela de recuerdos. Pepe se ha ido, también, en silencio. La Luz y él saben lo que se habrán intercambiado, cara a cara, a solas,  cuando mirándose, se hayan dicho : hasta aquí hemos llegado. 

La imagen puede contener: una o varias personas, sombrero y primer plano

3 comentarios:

  1. Mi amigo Pepe... Más peculiar imposible.

    Ahora cuando al señor le parezca, que busque a aver si da con otra alma igual.

    Te querré donde quieras que estés.


    ResponderEliminar
  2. Que la tierra te sea leve amigo Pepe, aunque seguro que tienes algo que decirle.......hasta luego alma libre....

    ResponderEliminar
  3. Que gran descripción de una persona tan especial, tan única, sólo un gran poeta puede buscar las palabras que definen a seres tan inmensos. Gracias, muchas gracias, los que hemos tenido la suerte de conocerle recordaremos siempre este magnifico texto de duelo.

    ResponderEliminar