Suma este
año, 2017, diez. O sea, pinta a bueno. Hay otras coincidencias para que además
de bueno, pase a mejor. El siete es un número repetido un montón de veces en mi
vida. No es cuestión de detalles. Nací
un 27, - era enero, y mi madre me contaba que aquel año, 1947, hizo mucho frío
-. Estamos, en 2017; cumplo 70 años…
Siete años
duró mi formación en el Seminario de Málaga. Allí me enseñaron a traducir a
Cesar, Tito Livio, Cicerón, Horacio, Virgilio… Bueno lo de traducir es un
decir. Más correcto era eso de hacerlos gandinga. Allí, nació la amistad; aún,
perdura.
Nunca me
gustaron las Ciencias. Lo mío, las Humanidades.
-
Don
Juan, si yo he hecho el problema.
-
Sí,
tú lo has hecho, polvo.
Me aportaron
¡tanto! Imposible cuantificarlo. No es
lo más importante. Lo que realmente vale son los valores que me metieron
dentro. Hacerlos públicos – humildad es reconocer lo que se tiene – suena a
vanidad. No es mi intención. Mi amigo Barbeito, me provoca (por lo de la
puntualidad), y va, y me dice si es “el
AVE de Álora”…
Treinta y
siete (otro ‘siete’) años por la enseñanza. ¡Qué bonito aquel día en que Tere,
me dijo: yo hice Historia porque tú me enganchaste en la manera que tenías de
explicarla! ¡Qué bonito cuando le dicen a mi hija: Tú padre, me enseñó a
deleitarme con la música clásica! ¡Qué bonito cuando hombres y mujeres, vienen
y te dan un abrazo y te dicen… y a uno, que tiene su alma en su almario, se le
humedecen los ojos.
Tres hijas,
dos nietos y dos mujeres (aunque una físicamente, no está), suman siete…Un puñado de libros; unas gavillas
de artículos; el campo, Juan Ramón, San Juan de la Cruz, don Antonio, y amigos… Son más de siete. (Ya ven, uno no es
perfecto).
Hace,
también, 67 – otra vez, el siete – años que
perdí a mi padre. No he dejado de recordarlo. No sé si lo que viene a mi mente
es recuerdo, fantasía o realidad. Vive dentro del niño que se hizo grande y no
lo olvidó y que hoy, que es un día especial, le da la tabarra a quienes tienen
la amabilidad y la generosidad de leerlo
hablando de él mismo. Gracias, a Dios, que me ha dado tanto! (Ah, 397 palabras,
¡otro siete!)
Como a ti amigo Pepe el número 7 me coincide en mi vida muchas veces, yo te admiro y te respeto y te quiero un poquito, te deseo que celebre muchos cumpleaños como este y verlo pasar siendo tu amigo. Que tengas un Feliz dia .Un fuerte abrazo. Leonardo
ResponderEliminarMuchas gracias, Leoanardo, sabes de sobra que nuestro afecto es mutuo.
EliminarFelicidades de todo corazón. Para nosotros eres más de lo que dices, te admiramos y te queremos.Un abrazo
ResponderEliminarMuchas felicidades, Pepe.
ResponderEliminarAprovecho para enumerar siete razones por la que tanta gente -o al menos yo- te seguimos:
1.-Es como tomar un humeante café en el velador del casino de la vida. ¿Quizá siete minutos?
2.-Una ventana por la que entra el aire fresco "del lugar".
3.-Por la forma tan precisa y ajustada que tienes de enlazar las palabras. ¡Qué difícil!.
4.-Por la selección de los temas. Consigues sorprendernos cada día, con lo difícil que es rebuscar, escoger y, luego, desarrollarlo.
5.-Por la óptica, la opinión ponderada y razonable.
6.-Por la cultura que se desliza entre las líneas que escribes.
7.-Y por la fotografía con que ilustras cada hoja.
Por todas estas razones y alguna más que me salto para no llegar al ocho, GRACIAS, PEPE.