viernes, 20 de enero de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Atrapados

Tiene nombre de película americana para una noche de sábado. La realidad es otra. Vienen imágenes de carreteras - nervios grises entre tules blancos - nevadas; de trenes parados entre estaciones; campos, desolados; nos cuentan de no se saben cuántas horas de esperas. Ayudas que no llegan…

La gente protesta, se indigna. Piden responsabilidades. El ministro sale en la televisión y dice que pide disculpas y valora la reacción de los que han sufrido el percance. Otros, aprovechan que, a las cañas se le saca punta, y ya se tiene una lanza…

¿Se acuerdan de aquella lumbrera que lo único que hizo bien fue vivir del presupuesto y que hablaba de una confabulación de astros a ambos lados del Atlántico? Pues algo parecido pero sin astros y sin grandes mares por medio es lo que ha pasado estos días.

Verán. Un temporal de los que hasta Dios tirita ha barrido parte de España. Aquí, en el temporal, claro, manda otro. Una nevada de la que dicen que hace un montón de años que no venía con las mismas ideas. Y, por si faltaba algo, el público. Unos que no tienen más remedio que echarse a la calle; otros, que dicen que el carril de la derecha para otra gente; ellos tienen prisa…

Todo en una coctelera. Muchas cosas al descubierto: se improvisa – para eso, geniales -, se aparcan los estudios serios que busquen soluciones para otros momentos; “nucleares, no; gracias”. Le compramos la energía a los franceses; pantanos, tampoco. Eólicas y solares, insuficientes; mínimas. A ver cómo le ponemos ahora al niño.

Pienso y me da pavor que en medio de todo eso se presente un parto, una hemorragia, un infarto, un dolor… Son cosas a las que atienden con demasiada frecuencia en los Centros de Salud. Se atienden, también, otras, que a lo mejor tienen espera pero ¿éstas?

Una porción de españoles ha dado su opinión. Algunas, para pensárselo dos veces. Escucho: “En Noruega, las aceras y la vía del tren tienen calefacción”. Me acuerdo de  Josep Pla. Dicen que llegó a Nueva York. Vio la ciudad, de noche, encendida y con ese sarcasmo de payés listísimo dejó caer una pregunta “y, ¿esto quien lo paga?”


Los que han sufrido lo que les ha caído encima sabemos quiénes son; quien lo va a pagar se intuye. Ahora toca adivinar, ¿quiénes serán los próximos?

Resultado de imagen de atrapados por nieve en albacete

No hay comentarios:

Publicar un comentario