martes, 16 de febrero de 2016

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Arboles luminosos; sí, gracias.

Organillos y chulapas; mantones de Manila de seda y barquillos. Don Hilarión lo cantaba una noche calurosa de Madrid en su verbena de la Paloma. “Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad”; lo repetía el coro. “Es una barbaridad, es una barbaridad”. Don Hilarión ni soñaba lo que venía.
Lo leo en El País. Científicos trabajan para obtener ‘arboles luminosos’. ¿Es posible? Parece que sí. Lo fundamentan en unas encimas luciferinas. En los años ochenta del siglo pasado se inició el experimento. Todo lo que comienza es lento y con tropiezos.
Viene a pelo. Cuando circuló el primer tren en la campiña inglesa desde un pueblecito de las cercanías hasta Londres, los listos del momento no le auguran futuro. A caballo, se llegaba antes. ¡Pues mira que si les hacen caso…!
Sidarta Gautama se sentó bajo una higuera una noche de luna llena y prometió no levantarse hasta alcanzar el Nirvana. Salió refortalecido por la luz interior. Lo cuenta la mitología budista; siglo V antes de nuestra Era.
Antony Evans, fundador de Glowing Plants, quiere que esa luz tenga una dimensión física y que provenga de las plantas. En el 2010 investigadores de la Universidad Stony Brook, en Long Island,  modificaron genéticamente una planta de tabaco; ahora diseñan secuencias de ADN.
Nuestras ciudades - dentro de unos años ¿cuántos? -  No tendrán farolas; las noches se alumbrarán con árboles luminosos. No contaminarán; las ciudades estarán bellísimas y, más limpias. Solo tengo una duda ¿qué pasará con los pájaros?
Galileo se salvó de la hoguera por chiripa. La tierra gira sobre sí misma. Se llama movimiento de rotación. Se cargó de un plumazo eso que el sol  ‘sale’ y ‘se va’; Copérnico le dio la razón. Se imponía la teoría heliocéntrica. Las ciencias se abrían camino; la Ciencia -  hay quien no quiere enterarse - no se para.

Bill Gates en los años ochenta, dijo algo revolucionario para aquel tiempo. “No habrá  un hogar sin ordenador ni ninguna oficina sin informatizar”. ¿Era ciencia ficción?

3 comentarios:

  1. ¿Que si adelantan las ciencias Pepe...? Ni imaginártelo puedes... Anoche, en la entrega de premios de la ciudad de Barcelona, en una intervención "poética" de la poetisa Dolors Miquel, esta recitó el “Mare nostra” - versión sexual del “Padrenuestro” - del que reproduciré solo su primera estrofa - ya traducida - pues el recital se dio en catalán: “Madre nuestra que estáis en el celo, sea santificado vuestro coño, la epidural, la comadrona...” De sobra conoces, amigo, mis sentimientos religiosos, y precisamente por eso, estoy esperando desde hoy que doña Dolors Miquel, tenga los mismos ovarios, para referirse así a la madre de Mahoma...¿Te apuestas algo Pepe, que las ciencias ahí no adelantan tanto...?

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  2. Lo de los árboles, lo hizo un español varios años antes y parece que no se enteró nadie (publicado en Metalocus 2005, Urban Nightscape 2006, Leonardo 2007, etc.)... Lo hace un anglosajón, plagiando literalmente la idea del español (pero sin referenciarlo, claro), y se vuelve viral...

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    1. Me alegra enormemente que un español fuese por delante; me entristece ese silenciar todo lo bueno nuestro. En fin será el sino.

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