jueves, 25 de febrero de 2016

Una hoja suelta de cuaderno de bitácora. Pecadores

Cuando yo era joven, de lo que hace mucho tiempo, leí una obra, de cierto éxito entonces: El español y los siete pecados capitales. El autor, Fernando Díaz-Plaja; la editorial, Plaza & Janés (1966). Hace un repaso por la lujuria, pereza, gula, ira envidia, avaricia y soberbia. O sea, todo lo bueno; completito.

El autor hacía un análisis, en un Ensayo de humor, de los diferentes comportamientos de los españoles. Nada le era indiferente. No dejaba títere con cabeza. El repaso, generalizado, nos retrataba bastante bien.

Para el español, decía Díaz-Plaja, solo había tres mujeres decentes: su madre, su mujer y su hermana… Claro, que el españolito que vive en la acera de enfrente piensa igual. Se ve encerrado en la jaula. Con pocas salidas; acude al refranero y lo empareja: “En Badajoz, tierra de Dios, los cornudos van de dos en dos”.

No deja atrás ni a Loja, ni a las de aquí, o a las de allí. El español siempre se lleva mal con su pueblo vecino; el más cercano. Otras veces lo generaliza con la provincia de al lado. Los de Álora contra Pizarra;  los de Huelva se llevan mal con los de Sevilla; los de Málaga con los de Granada…

El refranero es muy generoso. Hay refranes para todos los gustos, horas y sensibilidades. Ahí unas muestras: “Caballeros de Jaén, señores de Córdoba, señoritos de Sevilla y… gente de Málaga”. Otro: “De Málaga es el peine para que no peine”. En Valencia acuñaron: “Carcaixent, bona terra i mala gent”.

El español al comer es glotón. Se atiborra, se siente pesado. La culpa nunca es de él. Entonces, va y toma un omeprazol o un almax. Se justifica: es “que algo me sentó mal”. Se queda tan pancho.


Hay cosas de suenan a chiste; otras, a mala baba nacional. Llevamos una rachilla, ¡Dios! cómo para no sentarse delante del televisor y no ver los telediarios. Se escucha cada tontería. La cosa es seria. Esbocen una sonrisa. Es la mejor terapia. Mientras tanto, tengan a mano algo de bicarbonato.

1 comentario:

  1. Ese libro que glosas, está entre los preferidos de mi biblioteca, Cada vez que lo leo - y lo he hecho unas cuantas veces - me rio, me reconozco y reconozco a nuestro pueblo, admirando la agudeza de su autor. En lo de estar a mal con los vecinos, aquí nos llevamos la palma. Como bien sabes, "los países catalanes" no son solo Cataluña, sino Valencia, Baleares, Aragón, parte de Francia, medio Mediterráneo y casi todo el mundo mundial. Pues bien, valencianos y catalanes, se odian cordialmente, de manera que existe un dicho catalán que reza, respecto a los valencianos: “Valencià i home de bé, no pot ser” (Valenciano y hombre de bien, no puede ser). Los valencianos tienen el mismo, para referirse a los catalanes... ¿Que fue primero Pepe, el huevo o la gallina...?

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