Bendito gañán de plumas y tintas que has hecho
muchas sementera en otras tierras; bendito buscador de lo blanco que no es más
que un aventar en la era de la vida lo mucho que se lleva dentro; bendito depositario
de las calderillas que dejamos, cada día, como un regusto en tu pozo de aguas
cristalinas y limpias.
Bendito pedigüeño en los extramuros de la imprenta,
en la página diaria del periódico, en los libros que hablan de amores y de
pueblos y de vivencias y del Río Grande, y del Az-zait. Bendito ángel de la
palabra con ese timbre tan especial, tan
tuyo, ‘tan blanco’.
De niño quería romper moldes; de niño jugaba en la
calle con borriquillos de barro y serones de esparto y respiraba aires y
esencias de pinares. Sabía del vuelo de los pájaros, del tirar lento de los
bueyes en las carretas, de nubes que pasan y cruzan los cielos…
De niño jugaba con la luz de la marisma que venía y se envolvía en la brisa y dejaba en la vega un
no sé qué que se quedaba flotando y eso
que aún no había conocido ni a San Juan de la Cruz, ni a Lorca ni a Montesinos
porque este niño ya era un niño raro. Tan raro que un día le pidió a su padre,
como regalo, un Diccionario.
Supo de olivos – más que nadie – y de varetones que
crecen alimentados por los aires del Aljarafe y de mañanas de frío y escarchas
en tiempos de moliendas y de capachos y trojes, alpenchines y orujos, y de aceitunas que se convierten en sangre
viva, o sea, aceite, en el sacrificio del molino…
Bendito maestro de la media verónica del amor, de la palabra y del verso; del
adjetivo preciso y del verbo; del sustantivo y del adverbio; bendito tú,
precisamente tú, que eres ‘bondad, ternura, serena alegría…”¡Por los clavos de
Cristo, no dejes de escribir, Antonio! Bendito, seas, Antonio García Barbeito.
Infinitas gracias, querido Pepe, pero... que Dios te perdone por esto que dices de mí.
ResponderEliminarTen mi abrazo entrañable y agradecido.
Antonio
Las gracias siempre a ti por darnos tanto. Un abrazo.
EliminarInfinitas gracias, querido Pepe, pero... que Dios te perdone por esto que dices de mí.
ResponderEliminarTen mi abrazo entrañable y agradecido.
Antonio