Ha amanecido un día espléndido, soleado y veraniego: el
cielo, muy azul y limpio. El resfriado, -
o sea, la tos - porque el aire acondicionado del AVE, el otro día, me la
jugó y me ha mandado un recado, no me ha dejado dormir. Estos finales del
verano son puñeteros. Vestidos con ropa ligera, frío por las mañanas; abrigados,
se suda la gota gorda.
La radio bombardea con lo que nos viene el final de semana.
Pontifican. Se escuchan una cantidad de tonterías. No sé cómo la gente se las
arregla para no ruborizarse cuando dicen algunas cosas. Hay quienes trabajan
una barbaridad para no dar un palo al agua.
José María Hidalgo, en su artículo de hoy, informa del nombramiento
de Picasso como director del Museo del Prado, y del Guernica, y de los tumbos
que ha dado el cuadro para venir a su sitio en una España democrática.
Álvaro Fernández se
va, por un tiempo, a vivir a Génova. Me ha enviado una colección de fotografías.
Santa María Assunta, su parroquia. Es casi imposible mejorar tanto arte, tanta
calidad, tanta armonía. Me dice que es una ciudad bellísima y ‘portuaria’.
Barbeito, Antonio García Barbeito, se deja caer colgando un
video. “Sevilla en sus manos. Oración a Jesús del Gran Poder”. No hay palabras,
no hay nada que uno pueda apostillar. Difícilmente habrá algo más sublime. Solo
cabe una cosa. Entornar los ojos y decir: “Dios mío, Dios mío…”
Marilina con ese ojo que tiene para ver cosas únicas ha
cazado, en el buen sentido de la palabra, un pato de excursión por el río. El
paisaje está lleno de encanto. Melacolía, dulzura, sosiego. El río, el nuestro,
que cuando está de buenas ofrece esta paz.
Garci, José Luis, ha respondido a Trueba. Afirma que él no
ha estado ni cinco minutos sin sentirse español. Unos pocos estamos orgullosos
de ir en el mismo barco. Ya ven. Siempre he dicho que las fronteras, los límites y las
lindes es asunto de los hombres. El
viento, el sol, los ríos, los pájaros… No saben de esas cosas.
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