martes, 8 de julio de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El elenco jamás soñado

 



                            Misericordia y amor de Dios. Bernardo Ferrándi


Julio, 8 martes.

 

La Escuela Malagueña de Pintura nació en la segunda mitad del siglo XIX y perduró hasta bien entrado el siglo XX. No obstante, aún, en pleno siglo XXI hay pintores que siguen la estela de aquel velero imponente que ocupó una parte importantísima del mundo pictórico español.

Sus componentes estaban relacionados con la Escuela de Bellas Artes de Málaga. Compartían un estilo costumbrista calificado como "realismo burgués" o "fortunysmo comercial". Casi todos, en cierto modo, fueron marcados por Ferrándiz.



Paisaje. Carlos de Häes.


Antes de Ferrándiz, podría considerarse a Carlos de Haes (1826-1868) como el primer maestro de los pintores malagueños. Haes, el iniciador del paisajismo español moderno, vivió en Málaga entre 1835 y 1850 (por motivos laborales de su padre); marchó a Bélgica durante cinco años y volvió durante unos meses. Las evocaciones del paisaje de la provincia son muy significativas en su obra, que mezcla técnicas realistas con conceptos románticos. Como catedrático en la Escuela de San Fernando de Madrid, contó con varios alumnos malagueños, entre los cuales el más destacado fue Emilio Ocón. 

 Bernardo Ferrándiz y Bádenes (18351885) revolucionó el panorama de la pintura y de su enseñanza, en Málaga. Valenciano formado en su ciudad natal y en París, amigo de Mariano Fortuny, desde su llegada en 1868 como catedrático, luchó por imponer su visión de las cosas. Como docente dejó una decisiva huella en sus alumnos; y cuando fue nombrado director de la Escuela de Bellas Artes, reestructuró el plan de estudios para su equiparación a las Escuelas Superiores. También propició el respeto y la valoración del arte por parte de la sociedad malagueña, lo que se tradujo en el desarrollo del coleccionismo local y en el apoyo y fomento prestado por las instituciones (sosteniendo asignaturas, convocando becas y premios, organizando exposiciones, adquiriendo obras para sus fondos). 

 Muñoz Degrain, su íntimo amigo, se hizo malagueño de adopción. Fueron también de una gran impronta marcando unas señas identitarias que aún hoy no se han superado: Blanco Coris, José Navarro, Nogales, Denis Belgrano, Emilio Ocón, José Martínez de la Vega, Enrique Simonet, Pedro Sáenz y José Moreno Carbonero. El mundo cultural de tres ciudades: Madrid, París y Roma dejaron en muchos de ellos un barniz que después derivó en la pintura costumbrista, en el paisajismo o en las marinas propiciadas por el mar de Málaga.

Una muestra de sus obras se recoge en el Museo de Málaga, en el edificio que ocupó la antigua Aduana, luego, Gobierno Civil en calle Alcazabilla, entre la Alcazaba y el parque.



                Y tenía corazón. Enrique Simonet


Fuentes.

.  Fundación Picasso. La pintura malagueña en el siglo XIX

.  Diccionario Espasa Calpe.

.  Guía de Málaga.

 

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