Misericordia y amor de Dios. Bernardo Ferrándi
Julio, 8 martes.
La Escuela Malagueña de Pintura
nació en la segunda mitad del siglo XIX y perduró hasta bien entrado el siglo
XX. No obstante, aún, en pleno siglo XXI hay pintores que siguen la estela de
aquel velero imponente que ocupó una parte importantísima del mundo pictórico
español.
Sus componentes estaban relacionados con la Escuela de Bellas Artes de Málaga. Compartían un estilo costumbrista calificado como "realismo burgués" o "fortunysmo comercial". Casi todos, en cierto modo, fueron marcados por Ferrándiz.
Paisaje. Carlos de Häes.
Antes de Ferrándiz, podría
considerarse a Carlos de Haes (1826-1868) como el primer maestro de los
pintores malagueños. Haes, el iniciador del paisajismo español moderno, vivió
en Málaga entre 1835 y 1850 (por motivos laborales de su padre); marchó a Bélgica
durante cinco años y volvió durante unos meses. Las evocaciones del paisaje de
la provincia son muy significativas en su obra, que mezcla técnicas realistas
con conceptos románticos. Como catedrático en la Escuela de San Fernando de
Madrid, contó con varios alumnos malagueños, entre los cuales el más destacado
fue Emilio Ocón.
Bernardo Ferrándiz y Bádenes (18351885)
revolucionó el panorama de la pintura y de su enseñanza, en Málaga. Valenciano
formado en su ciudad natal y en París, amigo de Mariano Fortuny, desde su
llegada en 1868 como catedrático, luchó por imponer su visión de las cosas.
Como docente dejó una decisiva huella en sus alumnos; y cuando fue nombrado
director de la Escuela de Bellas Artes, reestructuró el plan de estudios para su
equiparación a las Escuelas Superiores. También propició el respeto y la
valoración del arte por parte de la sociedad malagueña, lo que se tradujo en el
desarrollo del coleccionismo local y en el apoyo y fomento prestado por las
instituciones (sosteniendo asignaturas, convocando becas y premios, organizando
exposiciones, adquiriendo obras para sus fondos).
Muñoz Degrain, su íntimo amigo, se hizo
malagueño de adopción. Fueron también de una gran impronta marcando unas señas
identitarias que aún hoy no se han superado: Blanco Coris, José Navarro,
Nogales, Denis Belgrano, Emilio Ocón, José Martínez de la Vega, Enrique
Simonet, Pedro Sáenz y José Moreno Carbonero. El mundo cultural de tres
ciudades: Madrid, París y Roma dejaron en muchos de ellos un barniz que después
derivó en la pintura costumbrista, en el paisajismo o en las marinas propiciadas
por el mar de Málaga.
Una muestra de sus obras se recoge en el Museo de Málaga, en el edificio que ocupó la antigua Aduana, luego, Gobierno Civil en calle Alcazabilla, entre la Alcazaba y el parque.
Fuentes.
. Fundación Picasso.
La pintura malagueña en el siglo XIX
. Diccionario Espasa
Calpe.
. Guía de Málaga.
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