lunes, 14 de julio de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La rosa

 

                  


Julio, 14 lunes

 

Desde los principios de la humanidad el hombre buscó la compañía de otros semejantes. Primero, la tribu; luego, los poblados, después los pueblos, en agrupaciones grandes que se llamaron ciudades y terminó en algo gigantesco: megalópolis.

No obstante, en un tiempo lejano, algunos buscaron su realización personal y se retiraban a los desiertos, a las montañas… Eran los anacoretas y eremitas. En los tiempos actuales, el hombre lucha contra la soledad. Se agrupa con otros en peñas, asociaciones, clubes, sociedades…

Nosotros, un grupo de amigos muy heterogéneo. Dos médicos, tres maestros, dos pintores, un financiero, ejecutivos, empresario… Hace años que nos reunimos (le pusimos por nombre Iluro) para alegrarnos con la amistad (en algunos desde niños) comer juntos, una vez al mes, los primeros martes. Nos vamos al Maestro, en El Palo o donde encarta. Espiritualmente nos ‘alimentamos’ cada mañana con aportaciones personales. Hoy, en la editorial, de Andrés, glosa la rosa (cada día diferente) de hoy.

Me ha parecido muy buena. He optado, por raptársela y compartirla con este otro grupo que me arropáis diariamente bajo el epígrafe de “Una hoja suelta del cuaderno de bitácora…

 

“Buenos días!!!

¿Eras tú, o tal vez no, la rosa a la que llamaban por su nombre?

¿Eras tú, la que se asomaba al pretil de la mañana para mostrar sus pétalos pintados de amarillo oro mientras, otras efímeras rosas, volteaban sus pétalos al cálido aire, entre los mil colores de las mariposas, en un último acto de morir de amor?

Y volarán esos pétalos por el reseco aire y acabarán flotando en el agua de la dormida fuente. Esos pétalos que fueron mudos testigos del amor suspendido, en el aire del jardín, en un anochecer denso, entre ensueños y pasiones, besos con destino, suspiros de fuego y deseos por cumplir.

Y ese revuelo de pétalos contradirá a ese antiguo aforismo de que las rosas se abren al amanecer y los sueños al anochecer...”                                                                                  

                                                             Andrés Saénz de Tejada García.                                         

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario