Julio, 18, viernes
La provincia de Málaga es la
menor de todas las provincias andaluzas. La baña el Mediterráneo, de Nerja a
Manilva y casi se asoma (el Estrecho de Gibraltar no deja que lo vea) al
Atlántico. África, enfrente, es esa tierra que aparece en las tardes luminosas
y claras de primavera, al otro lado, y casi siempre, la bruma insinúa que la
soñemos desde esta orilla.
Málaga – la provincia y la
ciudad – Han estado olvidadas por las administraciones centrales durante mucho
tiempo. Tanto que aquí muchas cosas llegaron de manos de otras tierras – pienso
en el turismo como la última revolución que modernizó muchas mentes – o la
industria en el siglo XIX que la trajeron gente venida de La Rioja. Apellidos
como Heredia, Sáenz de Tejada, Félix Saénz o Lería, desde las Tierras de
Cameros; otros, Gross, Livermore, o Bryan… de distintos puntos de Europa.
Las provincias limítrofes,
Sevilla o Granada tuvieron un pasado plagado de oportunidades. A Sevilla le
vino de manos de América; en Granada estaba el Arzobispado, la Real
Chancillería o la Universidad. Un muchacho malagueño que pretendiese una
carrera universitaria tenía muy cerrada la salida si en su casa no había
posibilidades para pagar una estancia fuera. Aquí, Magisterio, Peritos
Industriales (donde se carecía de industria) o Comercio. Estaba la válvula de
escape, como para tantos españoles, de la emigración.
En 1948 llegó a Málaga, el
mejor obispo, después de Molina Larios. Don Ángel Herrera Oria - Pablo VI lo
premió con el capelo casi al final de su vida- se encontró con una diócesis muy
deprimida social y económicamente. Tenía un altísimo índice de analfabetismo y
de población que trabajaba en el sector primario.
Construyó, entre otras cosas,
una red escuelas rurales, en coordinación con el Ministerio de Educación, las
servían maestras rurales para las que diseño una formación específica, durante
un mes de verano los seminaristas mayores convivían en las escuelas con la
gente del campo y tenían una experiencia complementaria con algo único.
En Madrid fundó el Instituto
Social León XIII donde enviaba a estudiar a algunos seminaristas… Propició la
construcción de la Urbanización de Carranque con un urbanismo acorde con su
tiempo, la creación de Cooperativas donde podían encontrar salidas mujeres y
reformó la formación del Seminario que lo adaptó al modelo de seminarios
franceses… (De Málaga no sale un obispo desde los tiempos de Muñoz Herrera,
¿Por qué?).
El turismo con un desarrollismo
anárquico (no todo es positivo) revolucionó Málaga. Hoy de Nerja a Marbella es
una calle continuada. La ciudad ha dado un salto espectacular y corre el riesgo
de morir de éxito. Las comarcas rurales: Serranía de Ronda, Vega de Antequera,
Axarquía y Guadalhorce siguen su ritmo a su paso y hacer con distinta
intensidad. Málaga es una tierra con alma, aunque en algunas cosas, a veces,
con cuerpo de niño.
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