Julio, 12 sábado.
Hay media Málaga – es un decir –
con las vestiduras rotas. Han anunciado que renuncian a la construcción de un
estadio de fútbol nuevo y por tanto se renuncia a la celebración aquí del
mundial; hay otra media – es otro decir, - que se frota las manos. Leña a la
Junta, al alcalde y a todo bicho que se mueva. Dicen que es la gran ocasión perdida.
Ahora vendrán rosarios de
opiniones. ¿Se acuerdan de la Parrala? ¿Sabe alguien si, por un casual, era de
la Palma o de Moguer? No crean que exagero. Cosas más peregrinas han divido a
la gente. Cuenta que Joselito y Belmonte llegaban juntos en tren Correo a Sevilla.
En las proximidades de la estación decidieron que tenían que separarse. Se apearon
uno, por la delante; el otro, por el final del tren.
Los forofos esperaban y
vitoreaban a su ídolo y largaban improperios a los del bando opuestos a los que
consideraban poco menos que sarnosos y piojosos de los que había que huir para
evitarse una contaminación horrorosa.
Málaga que ha tenido un empuje
monumental en todos los campos últimamente ahora se ha encontrado con una decisión
que la divide. ¡Como si ya no tuviera suficiente división con un río al que no
se le encuentra (¿se le ha buscado, de verdad?) una solución decente! Hay otra
división, silente e imparable. Mucha gente se ha tenido - y no puede – que ir
de vivir del centro. Los han expulsado la avalancha de turistas ocasionales de
tres o cuatro días.
Hay otra herida. Es tremenda.
La vivienda. ¿Quién se ha puesto en el pellejo de quien tiene que buscar un
piso para que alguien de su familia viva durante el curso? No voy a pedir una
vivienda para más tiempo, o sea, aquello que se llamaba “vivir de alquiler”.
Eso sí que es un verdadero problema.
Por un casual ¿vienen ustedes a
la capital en esas horas que llamamos ‘puntas’ por la Málaga Este? ¿Desde la
parte oriental? ¿Saben lo que es acudir a una cita médica a esas horas
tempraneras y llegar desde cualquier punto de la Hoya de Málaga…
Estoy de acuerdo que se han
hecho mal muchas cosas. A lo mejor habría que pedir aclaraciones e incluso
responsabilidades. ¿Una ocasión perdida? Todo lo que sea ir contra la evolución
y el progreso es una ocasión que se pierde y no vuelve más, pero a lo mejor
esto puede servir para replantearse algunas cosas y saber que el morir de éxito
no está tan lejos del fracaso estrepitoso. Solo cabe saber a qué hora es el
entierro.
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