9 de octubre, miércoles. Está
ahí. ¿Desde cuándo? Desde siempre, si por siempre se piensa en aquella noche
cuando el mar de Tetis se recluyó sobre sí mismo como se recluyen las flores de
los cactus en las laderas de Gibralfaro o los nenúfares de los estanques de la
Concepción.
El mar de Málaga es azul. Tiene
espumas de nácar que dan a morir en el rebalaje de la playa. Al otro lado, una tierra
donde ven demasiadas promesas en esta de aquí que no mana ni leche ni miel. Ya
se sabe, uno se monta los sueños a su manera.
Por el mar de Málaga vinieron
los fenicios. Vivían en el otro extremo y traían cosas para vender o para
cambiarlas. Aquí, en la costa del mar de Málaga, fundaron colonias y nos dieron
nombre y la llamaron Malaka…
Por ese mismo mar, de un lugar
más cercano que Tiro y que Sidón a los que, ahora, les cerca la muerte, de
Grecia, llegaron la Filosofía y el saber y esas otras cosas que nos marcaron
para siempre. El mar de Málaga sabe de ánforas en el fondo de su bahía. Llevaban
vino y aceite que nos habían enseñado a cultivar los fenicios y que años
después los griegos…Ya se sabe, a ellos también les venía muy requetebién.
Roma vino por tierra. Por las
laderas del Guadalhorce - Saduca Fluvius
- Sempronio Graco trazó una vía de penetración. Seguro que algún día,
bajo el manto azul que, a veces, mueve la mano dulce del oleaje aparecen restos
de galeras y de barcos de guerra que iban y venían como iban venía otros barcos
cuando la fuente del barranco del Lobo, en el Gurugú, manaba sangre de los
españoles que murieron por la patria.
Llegaron hacendosos y con una
bolsa de dinero colgada a la cintura de esta franja en la que vive un pueblo
que desde que el mundo es mundo ha estado en guerra contra todos sus vecinos; ahora,
por supuesto también. Las juderías eran guetos de calles estrechas pero también,
los hebreos, nos dejaron la poesía de Ibn Gabirol.
Pasó el tiempo y vinieron gente
con alma de nardos - ¡qué diferentes ¿verdad? a otros que ahora salen todos los
días en los telediarios? -Hicieron patios, fuentes y jardines; plantaron
frutales y palmeras y en las noches de mayo se abrían los jazmines para el pelo
negro de la mujer o para dar un perfume de embrujo que lo envolvía todo…
El mar de Málaga está ahí,
espera y espera…
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