miércoles, 2 de octubre de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Calle de Atrás

 

 

 

                            


 

2 de octubre, miércoles. Hay nombres que lo dicen casi todo. ¿Atrás, de dónde? De la calle de la Parra que durante mucho tiempo – a caballo entre los siglos XIX y XX – se consideró la arteria principal del pueblo por el asentamiento de parte de la población que, en cierto modo, dominaba sobre quehacer diario: burguesía terrateniente, médicos, letrados, oficina de los Sindicatos Verticales, Registro de la propiedad, Instituto Nacional de Previsión, Escuela Pública femenina, farmacia…

La calle de Atrás, obviamente, estaba al otro lado. En este caso incluso un escalón – la orografía lo marca así – más baja. Algo parecido ocurre con la calle Algarrobo. Las dos escoltan, paralelas. El asentamiento de los pueblos tiene cosas muy peculiares. En este caso se cumplen a la perfección.

Conecta la Fuente Arriba con la Plaza Baja de la Despedía. Es una de las calles más largas del pueblo. Durante muchos años fue una de las arterias que unía el casco antiguo de la localidad con la zona de nuevo crecimiento y expansión. Sucesivamente tuvo diferentes nombres a lo largo de la historia. Se llamó, Gabriel Sánchez, Francisco Rodríguez, Juan de Mayorgas, Real, y Canónigo Morales.

Es una calle lóbrega en la que no penetra el sol, ni cuando sale, ni en el sol poniente, por la altura de los edificios que lo evitan dando una sensación de calle húmeda y muy fría hasta el punto que apenas tiene negocios ni establecimientos públicos. Es una calle de tránsito necesaria para acercar sectores lejanos de la localidad.

Frente a la parroquia, en la casa del Licenciado Mayorgas, una placa recuerda que allí se alojó el Rey Felipe IV cuando pernoctó en la ciudad camino de Antequera el Martes Santo, dos de abril de 1624. (En aquella época la iglesia, en construcción. El culto y pila bautismal aún estaban en la parroquia de las Torres).

En sentido ascendente, a la izquierda, un poco más arriba, una escalera la comunica con el final de la calle de la Parra y el comienzo de la de Zapata. Calle, arriba, por su parte derecha arranca la calle Nueva o Callejuela que busca salida hacia el arroyo de la Tenería…

Otro mosaico y una argolla donde se amarraba el cordel recuerdan que en los días de Navidad en ella se celebraban los meceeros. Una letra habla de la poesía y el encanto del momento: “Todos el cantan a todos / y a ti no te canta nadie / siendo tú el mejor racimo / de la parra de tu calle”.

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