24 de julio, miércoles. Hace
un calor -37º- tórrido. La tarde declina lentamente. No quiere irse. Va tan
despacio que parece que no pasa el tiempo. No avanzan las sombras. El sol camina
con esa parsimonia como solo suele moverse las tardes de verano.
El jazmín tiene apuntando las
flores diminutas que luego cuando llegue la noche cerrada serán pespuntes blancos
con esa nota de color y olor que ellos solo suelen dar de cuanto llevan dentro.
He pulsado, al azar las teclas del ordenador. Sin buscarlo me ha aparecido en
YouTube de The Power of love. ¿Tendrá algún mensaje encerrado y me lo
manda de manera subliminal?
Julve me ha han mandado un
mensaje está por tierras de Formentor. Me dice que no tienen nada que ver de
cuando nosotros éramos jóvenes. Me habla de masificación. Otro amigo me dice
que los precios en Cádiz se han subido a la parra. Todo esto está cambiado.
Desde hace unos años.
Un amigo era un amante de
Bolonia – la Baelo Claudia romana- la del garum y la de otras
maneras de tomar el pescado. Mi amigo
este año ha cambiado de sitio y de playa. Se ha desplazado hacia poniente. Yo,
hace años que no voy por allí, la última vez cambiamos el pescado por la carne
de retinto. Es algo autóctono. Se podía pagar. Estaba exquisita.
Cerca de Bolonia, la mano de
Juan Ramón Romero me llevó a la ganadería de los Núñez. Fue una experiencia
única. También lo fue el día que Barbeito me llevó a Fuente Ymbro. Las
ganaderías tienen ese algo especial que solo tienen los lugares únicos, pero
cuando vas de la mano de alguien especial entonces las cosas tienen otra manera
de mostrarse con ese encanto que las cosas reservan para las ocasiones.
Alcanzo del anaquel la obra Completa
de Altolaguirre que en abril de 1960 Caracola le preparó de la mano
de Luis Cernuda como homenaje. Me acuerdo de los toros de Carlos Núñez una
tarde tórrida como ésta; de Baelo Claudia que acurruca las brisas saladas del
mar y del The Power of love… Copio literalmente: “Quiero vivir para
siempre / en torre de 3 ventanas. / Den tres luces diferentes / única luz de mi
alma”.
Jazmines en una noche de
verano; amor como la luna del ciervo inalcanzable; y la brisa salada que trae
esa esencia que tienen a veces, cuando ellos quieren, los vientos que vienen de
la mar”.
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