jueves, 25 de julio de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. ¿Quién tienen más educación?

 

                           


25 de julio, jueves. Uno de mis abuelos – al otro, a Andrés, no lo conocí -  se llamaba Pepe – yo me llamo como él – pero todos los vecinos le llamaban Morales – como a mí me llaman los compañeros y quien me quiere mucho –; mi abuela,  su mujer, Ana. La otra, María.

Mi abuelo siempre iba vestido de negro. Mis abuelas y mi madre, también. Desde que murió mi padre nunca se vistieron más ‘de color’. Mi abuelo tenía una boina que se ponía en invierno. Cuando venía al pueblo, porque mis abuelos vivían en el campo, se ponía una ropa más nueva y para los entierros usaba un sombrero. Mi abuelo decía que lo importante era poder ponerse el sombrero porque el día que no…

Mi abuelo me enseñó que cuando las nubes venían por “bocaentrada” podían traer agua; cuando estaban sobre las sierra del Valle no llovía nunca. Soplaba el aire “de arriba” y cuando se arrancaba el levante estaba nublado hasta el mediodía…

Mi abuelo un día – yo venía subido con él en la yegua - me preguntó:

- Cuándo dos se encuentran por un camino, ¿quién tiene más educación de los dos?

- ¿?

Sin mediar palabra me respondió. Quien saluda primero.

Hace unos días un jugador de fútbol que acaba de ganar un campeonato importante, en una recepción oficial, dicen que hizo un desplante al presidente del Gobierno de España. Corrieron ríos de tinta, a favor y en contra. Parece que el hecho ha tenido escuela. Ahora ha sido uno de los que van a participar a la Olimpiada de Paris quien ha tenido un comportamiento semejante.

Estos señores – tengo la ligera impresión de que estaban allí, uno por el cargo que ocupa (que por cierto, recibió al Jefe del Estado con las manos en los bolsillos en un acto oficial con anterioridad); los otros, porque representaban a dos colectivos que se llaman deportistas de su país, o sea España – han tenido un comportamiento ‘discrepante’ con eso que se llama “educación” (o con el nombre que cada hijo de vecino quiera ponerle)

Se ve que mi abuelo que era un hombre del campo y que escribía a duras penas, supo enseñarle a su nieto que hay cosas que no se venden en las boticas ni se ponen en los papeles que llaman notas de facultad o algo parecido y que hay algo simple, muy simple: la educación no está reñida con los buenos modales.  

 

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