25 de julio, jueves. Uno de
mis abuelos – al otro, a Andrés, no lo conocí - se llamaba Pepe – yo me llamo como él – pero
todos los vecinos le llamaban Morales – como a mí me llaman los compañeros y
quien me quiere mucho –; mi abuela, su mujer, Ana. La otra, María.
Mi abuelo
siempre iba vestido de negro. Mis abuelas y mi madre, también. Desde que murió
mi padre nunca se vistieron más ‘de color’. Mi abuelo tenía una boina
que se ponía en invierno. Cuando venía al pueblo, porque mis abuelos vivían en
el campo, se ponía una ropa más nueva y para los entierros usaba un sombrero.
Mi abuelo decía que lo importante era poder ponerse el sombrero porque el día
que no…
Mi abuelo
me enseñó que cuando las nubes venían por “bocaentrada” podían traer agua;
cuando estaban sobre las sierra del Valle no llovía nunca. Soplaba el aire “de
arriba” y cuando se arrancaba el levante estaba nublado hasta el mediodía…
Mi abuelo
un día – yo venía subido con él en la yegua - me preguntó:
- Cuándo
dos se encuentran por un camino, ¿quién tiene más educación de los dos?
- ¿?
Sin
mediar palabra me respondió. Quien saluda primero.
Hace unos
días un jugador de fútbol que acaba de ganar un campeonato importante, en una
recepción oficial, dicen que hizo un desplante al presidente del Gobierno de
España. Corrieron ríos de tinta, a favor y en contra. Parece que el hecho ha
tenido escuela. Ahora ha sido uno de los que van a participar a la Olimpiada de
Paris quien ha tenido un comportamiento semejante.
Estos
señores – tengo la ligera impresión de que estaban allí, uno por el cargo que
ocupa (que por cierto, recibió al Jefe del Estado con las manos en los bolsillos
en un acto oficial con anterioridad); los otros, porque representaban a dos colectivos que se
llaman deportistas de su país, o sea España – han tenido un comportamiento ‘discrepante’ con eso
que se llama “educación” (o con el nombre que cada hijo de vecino quiera
ponerle)
Se ve que
mi abuelo que era un hombre del campo y que escribía a duras penas, supo enseñarle
a su nieto que hay cosas que no se venden en las boticas ni se ponen en los papeles
que llaman notas de facultad o algo parecido y que hay algo simple, muy simple:
la educación no está reñida con los buenos modales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario