Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Rosas

 

 

                                        

¿Sabes? Me acuerdo de aquella canción que cantaba un joven asturiano, Victor Manuel, y que venía a decir: “Vente conmigo al huerto / que están las rosa queriendo ver/ la promesa que has roto para volver…”

Está la rosaleda – mi amigo Barbeito diría rosedal, que es como lo llaman, también en Argentina – ahíta de rosas. En su generosidad de primavera se muestra exuberante y pletórica de colores: malvas, fucsias, rojas, amarillas, blancas... Son una tentación – y pecan - para las abejas que vienen cada mañana, al salir el sol, a libar el néctar fresco que le regala.

Por esa razón de la ruptura de barreras que han supuesto las redes sociales en la comunicación universal, hace unos días, me llegó un mensaje. Traía unos versos de un poeta hoy arrinconado en el olvido  por su significada militancia política en otro tiempo, pero que era un poeta con una delicadeza fuera de toda duda. El poeta fue ese mismo que escribió aquello de: “no hay virtud más eminente / que el hacer sencillamente,/ lo que tenemos que hacer”.

Ese poeta, gaditano y con chispa, se llamaba José María Pemán. Se entretuvo también en escribir: “el encanto de las rosas es, / que siendo tan hermosas, / no conocen que lo son.”

Manuel Machado, quizá en su mejor poema, lo dejó claro: “En mi alma, hermana de la tarde, no hay contornos…; / y la rosa simbólica de mi única pasión / es una flor que nace en tierras ignoradas…”

Otro poeta, dejó dicho: “Todo, de rosa en rosa, loco vive, / la luz, el ala, el aire, / la honda y la mujer, / y el hombre, y la mujer y el hombre.” Era de Moguer, y también nos dejó aquello de una sutileza sublime: “¡Angelus! Mira, Platero, qué de rosas caen por todas partes: rosas azules, rosas blancas, sin color… Diríase que el cielo se deshace en rosas”. Se llamaba Juan Ramón Jiménez.

¿Y si hacemos nuestra la petición de Gabriela Mistral en sus versos?: “Doña Primavera / de manos gloriosas / haz que por la vida /derramemos rosas: / rosas de alegría, / rosas de perdón / rosas de cariño / y de exultación”.