Fresco, altar mayor, Virgen de la Cabeza. Ermita
de Santa Brígida. Álora
Tiempo lluvioso, revuelto. Nubes
que pasan, aguaceros a veces, intensos, en otros, cuatro gotas mal contadas.
Una pandemia a la que le cuesta. La gente casi aburrida de tanta espera a las
vacunas, que llegan con lentitud exasperante… El campo en flor: amapolas en los
trigales, rosas en los rosedales, nido de hogaño con pajarillos nuevos.
La Andalucía mariana y fervorosa,
celebra la festividad de la Virgen de la Cabeza. Andalucía a la que siempre se
le pide que marque un paso diferente, también lo hace con la devoción a María.
El pueblo de Sevilla declaró el Dogma de la Inmaculada Concepción siglos antes
que el Papa Pío IX, en 1854 proclamase el Dogma…
Decía Manuel Machado que “hasta que el pueblo no las canta / las
coplas, coplas no son”, No es igual, pero parecido. El pueblo ha hecho
púbica su devoción a María desde hace cientos de años. Lo ha hecho bajo las
advocaciones más diferentes. Unas veces como solución a su necesidad. Se le
relacionó con el agua como fuente de vida y se la llamó Fuensanta o Cañosanto, o
a la subsistencia y, entonces, fue: Prado,
o lo hizo más extenso y la llamó Virgen del Mar.
La devoción a la Virgen de la
Cabeza arranca en el siglo XIII. Una aparición a un pastor de Colomera
(Granada) en un cerro de Sierra Morena, de ahí la palabra Cabezo, y luego,
Cabeza, se hace extensiva a toda Andalucía y al resto de España.
Es la romería más antigua de
España y el rey Carlos III tuvo que limitar el acceso de peregrinos en la
festividad de la Virgen y ordenó la creación de una casa de expósitos en
Andújar, por el número de niños que nacían y luego se abandonaban como
consecuencia de los desmanes en la celebración.
En Andalucía, en muchos lugares, comparte
patronazgo: en Álora (se le reconoce veneración en 1635) con la Virgen de
Flores, en María (Almería), en la comarca de Chirivel y los Vélez con santa
Quiteria, en El Carpio (Córdoba), con la Inmaculada… En otros, la devoción está
muy arraigada, en Madrid, bajo el amparo real, con la Almudena; con la Virgen
de los Reyes, en Sevilla a donde llegó de la mano del gremio de curtidores que
la instaló en el convento ‘grande’ de la Orden del Monte Carmelo en el siglo
XVI…
Último domingo de abril,
Andalucía celebra la festividad de la Virgen de la Cabeza.
Una reflexión profunda y precisamente expresada y relatada. Es una invitación generosa a poder apropiarsela y disfrutarla.
ResponderEliminarGracias
"Hasta que el pueblo LAS canta..."
ResponderEliminarPor lo demás, magnífico texto, Pepe.
Un abrazo.