sábado, 17 de abril de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Plácido, el hombre cabal

 

 



Plácido Fernández Viagas, primer Presidente de la Junta de Andalucía en 1978, es hoy un hombre casi olivado en su tierra y un desconocido para la mayoría del pueblo español. Su nombre solo aparece en el repaso de las hemerotecas y entre algunos militantes del Partido Socialista como alguien de un pasado muy remoto en los albores de la Transición.

Como “comprometido, rebelde y honrado” lo define la doctora en Historia Contemporánea, Lola Villar Lama que acaba de publicar una biografía política, “Andalucía. Una cuestión de justicia”, su tesis doctoral, sobre este hombre crucial en el echar a andar de la Democracia en Andalucía. La obra está editada por el Centro de Estudios Andaluces dependiente de la Consejería de Presidencia.

Lo presenta la doctora Villar Lama como un socialista liberal, muy honrado, de una formación muy sólida, de hondas raíces cristianas adquiridas en su formación ‘marianista’ y de una convicción profunda basada en su sentido de la justicia social.

Él era consciente de que su paso por la política sería breve. Se definía como autonomista, españolista y nada andalucista. Su idea de la claridad con que debía hablarse al pueblo – a él le interesaba el pueblo andaluz por dentro – no iba a ser aceptada por todo el aluvión político que se avecinaba.

En el mitin de Alcalá -1977- expresó su sentido de hombre cristiano y expuso su verdad, en el fondo era la verdad del pueblo que aquellos momentos lo escuchaba y que esperaba la mano de ayuda para salir de un estancamiento en la injusticia que duraba mucho tiempo.

Lo llama – al parecer le gustaba llamarse así – como un andaluz de Tánger, padre de familia numerosa que se acercó a la sociedad a través del servicio, como Juez en diferentes puestos en La Palma, Tenerife, Cádiz y Sevilla, como político, en el Senado y en la Junta de Andalucía y otra vez, posteriormente, en el Poder Judicial o en Tribunal Constitucional.

ABC, en su edición de Sevilla, acaba de publicar una extensa reseña de la obra, así como palabras muy directas de la autora, Lola Villar, donde manifiesta que fue el profesor Moreno Alonso quien influyó para que se decantase por el estudio sobre Plácido Fernández Viagas y no Julián Marías como era su intención primera.

 

1 comentario:

  1. Muchas gracias, querido Pepe. la "doctora" te está muy agradecida por estas cariñosas palabras.
    Un abrazo, amigo.

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