Soñar con Sevilla no es difícil.
Nos tiene este puñetero bicho encerrados en eso que han dado en llamar
confinamientos perimetrales de pueblos, de provincias - mi hija María me dice
que, en Cataluña donde ella vive, ahora los van a confinar por veguerías – por Comunidades
Autónomas. La releche. Y Sevilla esperando para recoger los sueños en mantilla
de nácar.
¡Lo que yo daría por haber podido
ver el paseíllo de Morante en la Real Maestranza! Y escuchar esos clarines sin
timbales y ver cómo se abre el portón para que aparezca lo que viene de
Zahariche donde creció - ¿es colorado, negro zaíno, cárdeno, tostado, castaño,
sardo, salinero…? -comiendo margaritas y jaramagos de otras primaveras… ¡Lo que
yo daría por poder ver esa media imposible a un toro al que por ser como es, no
pide esa medida…!
Sevilla en primavera, con los
jacarandás en flor, con el azahar en plena ebullición de aromas que atrae a las
abejas, y el río que viene de Cazorla y se va para Sanlúcar, donde decía don
Antonio Machado que lo veía morir… Sevilla que le dice adiós - ¿o hasta luego?
– a los barcos antes que Coria y La Puebla, Isla Mayor, la Marisma…
Sevilla de buganvillas moradas,
lilas, violetas… en Santa Cruz, y rosas en los jardines de los Reales Alcázares
sin que esté Joaquín Romero Murube de guardián, de donde el embrujo sale de
paseo por las noches, cuando se asoma la luna por calles angostas, de suspiros
que se escapan de lo más hondo, y escuchar de madrugada las campanas de la
Giralda que se cuelan por los balcones del Doña
María…
No se las andan por los escalones
de la catedral los pedigüeños de canceles de iglesias, ni Rinconete y
Cortadillo que saben de los barcos que llegaron la tarde anterior de América….
No hay canónigos que vienen de cantar vísperas, ni sueñan con cargos opulentos.
No está Martínez Montañez con la gubia tallando la humanidad de Dios en su
Cristo de la Clemencia. No, no, pero yo la sueño
Es otra Sevilla. Aguarda con la
primavera asida con alfileres a que revienten los geranios, porque: “todas las primaveras / tiene Sevilla /
una nueva tonada / de seguidillas /
nuevos claveles / y niñas que por mayo / se hacen mujeres”… Lo
dejó dicho, otro Machado, don Manuel.
Qué don esa capacidad de soñar tanta belleza y describirla con tanta satisfacción.
ResponderEliminarPara nosotros queda la gratitud por haberlo compartido. Gracias.
Muchas gracias, amigo. Eres muy generoso.
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