Blanca
Azpilicueta nació en un caserío del valle de Urcabuztaiz, en el Señorío de
Ayala entre Vitoria-Gazteiz y Pamplona. Su familia, por ambas ramas, era de
ascendencia vasca. Muy religiosa, bendecían la mesa y cada día, tenían la costumbre
de rezar al levantarse y a media mañana el Angelus, al caer la tarde, el rosario en familia. Los domingos acudían a
la iglesia de San Mateo Apóstol y escuchaban la misa de doce. Toda la familia
comulgaba. Luego tomaban unos chiquitos
y unos pinchos en el bar. Su padre Kepa, lo compartía con los amigos de la
cuadrilla.
Mientras
los adultos consumían las horas previas al almuerzo, los niños jugaban a las
canicas, y las niñas se balanceaban en
los columpios del parque infantil, que el Udaletxea había construido en
el espacio libre en la confluencia de dos calles. Cerraba el perímetro del
lugar de juegos unos alcorques de madera, sembrados de geranios rojos…
Un día,
Blanca decidió que estudiaría Arquitectura en Madrid y…
Blanca
tomó el tren expreso de la noche, Irún-Madrid. En la estación la despidieron su
padre, su madre y su hermano Aitor que ayudó a subir las maletas cuando se
abrió la portezuela del tren.
-
Cuídate mucho, alaba le dijo su madre.
-
Sí, ama…
-
Ten mucho cuidado…le dijo, su padre
-
Sí, aita.
Blanca
compartió departamento con una señora mayor, enlutada, que usaba guantes y un
perfume selecto. La saludó. La señora le correspondió y ella colocó las maletas
en sus lugares apropiados cerciorándose de que estaban bien encajadas, sin
peligro de desplazarse cuando el tren alcanzase velocidad.
De
madrugada, el tren llegó a Miranda de Ebro. La ciudad era un paño de luces
parpadeantes esparcidas en la oscuridad. Todo era silencio, salvo el ruido
propio del vapor que salía por las espitas de la máquina. No subió mucha gente
al tren que solo estuvo estacionados unos minutos.
En Venta
de Baños, la parada fue un poco más larga. Un operario con uniforme azul y cara
de insomnio, golpeaba con una maza de hierro las ruedas del tren. De cada golpe
salía ruido agudo, que se perdía por la
estación.
Blanca
llegó a la estación de Príncipe Pío con las primeras luces del día. Madrid
despertaba entre vahos y gentes por las calles. Blanca se alojó en el piso que
su familia tenía en la plaza de la Fuente del Berro, número 27…
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