viernes, 7 de agosto de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. A la sombra de la Historia: Canca






                  
Canca es un paraje que se halla a piedemonte del Monte Redondo, en la estribación más al sur del macizo de El Hacho. Tierra descendente desde la cumbre hasta el río Guadalhorce, en la orilla de su margen derecho.

Limita al Norte con el Arroyo Hondo; al Sur con el pago de Las Lomillas; al Este con el río que serpentea progresivamente por varios meandros  y, al Oeste con El Baece y las estribaciones de El Hacho, donde la erosión eólica ha dado a la arenisca que forma la roca base, una configuración especial conocida como “la puerta de la iglesia” por su parecido con la entrada a un templo.

Canca acogió a la primitiva población de Álora. Los primeros pobladores, por seguridad, buscaron la elevación del cerro cercano que posteriormente se conoció como Cerro de las Torres. Luego, en no sabemos qué período de la historia, bajaron y se asentaron en la ladera. En el Cerro de las Torres hay constancia de las civilizaciones que han pasado por allí: iberos y fenicios, romanos y árabes.

En Canca, dejó constancia notoria la población romana. Conserva restos de unas termas que aprovechan el venero del manantial para hacer el acopio de agua. Las termas están en mal estado de conservación.

La zona arqueológica de Canca ocupa una extensión considerable. Los restos encontrados son de primordial importancia. Además de las inscripciones, fragmentos inéditos de estatuas y monedas, son muy abundantes restos de antiguas construcciones, consistentes, en su mayor parte, en fragmentos de muros y algunas pilas de aceite o vino a las que hay que añadir unas termas en un maravilloso estado de conservación.

El Bachiller Gonzalo Pérez de Mayorgas proyectó la construcción de un Monasterio de Cartujos en las Huertas de Canca, en 1638. Sólo llegó a hacer acopio de piedras sin iniciar las obras, pero sí originó un pleito entre los Cartujos de la Puebla de Cazalla y los herederos del Bachiller. Otro documento – escribanía de Benito Casermeiro Campoo en 6 de junio de 1878 -  atestigua que la Cofradía del Santísimo, era titular de un censo sobre una finca de Canca.

Posee fuente pública y tierra fértil para los cultivos. Lugar de atracción propicio para asentamientos. Su situación envidiable, muy cercana en el espacio y muy lejana en el tiempo.






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