sábado, 15 de agosto de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Asunción







15 de agosto. Día grande de fiestas. Es la festividad que parte el verano en dos. Tres Vírgenes: el Carmen, a mediados de julio, la Natividad a principios de septiembre, cuanto se vislumbra, o debería vislumbrase el otoño a vuelta del calendario, pero de las tres la más celebrada la Virgen de Agosto.

La Asunción de la Virgen María se celebra en la iglesia católica desde tiempo inmemorial, probablemente desde el siglo VII. El año 1950 el Papa Pío XII lo definió como dogma de fe. La festividad rememora que María al final de sus días subió al cielo transportada por ángeles.

A esta virgen también se le conoce como la Virgen del Tránsito. El término sueño o paso a la otra vida -tránsito- es el más antiguo que se refiere al término terrenal de la vida de María. Fue introducida en Roma por el Papa Sergio I. Años después, la palabra tránsito fue sustituida por asunción.

En el mundo pagano esta festividad de mediados de verano no pasaba desapercibida porque suponía el fin de la recolección de los cereales. El campo declinaba ya hacia otras recolecciones y se preparaba para el cambio de estación. Antiguamente, desde hoy, se comenzaban a ‘guardar’ los olivares’ lo que venía a reconocer que la aceituna ya tenía aceite y que por tanto se prohibía el pastoreo de animales porque había que respetar los suelos.

En esta fecha, también, se abría la media veda para la codorniz y la tórtola. Un tiroteo constante en los aguaderos esperaba a las tórtolas que acudían a beber y encontraban la muerte. Nunca me gustó esa – otras, tampoco – modalidad de caza. Me parecía un acecho indecente sin darle ninguna oportunidad al animal.

Hoy casi mil quinientas localidades en España deberían estar de fiestas. Las circunstancias no lo han querido y no habrá timbales ni clarines abriendo plaza, ni gente con ropa nueva sudando la gota gorda disfrutando de sus ferias.

El periódico viene con otras noticias. Los positivos en la pandemia están disparados. Hay acongojamiento en muchas personas que no vemos salida por ningún sitio. Esperanzas en vacunas que están por venir, profilaxis de experimentos, prohibiciones de autoridades sanitarias que buscan unas pasajeras para cruzar este río de zozobra. Es año bisiesto. A lo mejor eso no tiene nada ver pero ¿y si lo tiene? Calor de agosto, soledad…





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