15 de agosto. Día grande de
fiestas. Es la festividad que parte el verano en dos. Tres Vírgenes: el Carmen,
a mediados de julio, la Natividad a principios de septiembre, cuanto se
vislumbra, o debería vislumbrase el otoño a vuelta del calendario, pero de las
tres la más celebrada la Virgen de Agosto.
La Asunción de la Virgen María se
celebra en la iglesia católica desde tiempo inmemorial, probablemente desde el
siglo VII. El año 1950 el Papa Pío XII lo definió como dogma de fe. La
festividad rememora que María al final de sus días subió al cielo transportada
por ángeles.
A
esta virgen también se le conoce como la Virgen del Tránsito. El término sueño
o paso a la otra vida -tránsito- es el más antiguo que se refiere al término
terrenal de la vida de María. Fue introducida en Roma por el Papa Sergio I.
Años después, la palabra tránsito fue sustituida por asunción.
En el mundo pagano esta
festividad de mediados de verano no pasaba desapercibida porque suponía el fin
de la recolección de los cereales. El campo declinaba ya hacia otras
recolecciones y se preparaba para el cambio de estación. Antiguamente, desde
hoy, se comenzaban a ‘guardar’ los olivares’ lo que venía a reconocer que la
aceituna ya tenía aceite y que por tanto se prohibía el pastoreo de animales
porque había que respetar los suelos.
En esta fecha, también, se abría
la media veda para la codorniz y la tórtola. Un tiroteo constante en los
aguaderos esperaba a las tórtolas que acudían a beber y encontraban la muerte.
Nunca me gustó esa – otras, tampoco – modalidad de caza. Me parecía un acecho
indecente sin darle ninguna oportunidad al animal.
Hoy casi mil quinientas
localidades en España deberían estar de fiestas. Las circunstancias no lo han
querido y no habrá timbales ni clarines abriendo plaza, ni gente con ropa nueva
sudando la gota gorda disfrutando de sus ferias.
El periódico viene con otras
noticias. Los positivos en la pandemia están disparados. Hay acongojamiento en
muchas personas que no vemos salida por ningún sitio. Esperanzas en vacunas que
están por venir, profilaxis de experimentos, prohibiciones de autoridades
sanitarias que buscan unas pasajeras para cruzar este río de zozobra. Es año
bisiesto. A lo mejor eso no tiene nada ver pero ¿y si lo tiene? Calor de
agosto, soledad…
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