Mes de mayo, Madrid remata la
Feria de San Isidro y las tardes de tormentas, tiene vestidos de hojas los
plátanos orientales de las aceras y el Retiro, la rosaleda en plena floración.
Tiene, también sicosis de atentados terroristas y miedos…
Excursión de alumnos que
finalizaban la Básica y estaban a pedir de unos meses el paso al Instituto. Se alojan
en el hotel Asturias, calle Sevilla, entre la Plaza de Canalejas y Alcalá…
El profesor responsable los
distribuye en grupos entre maestros
acompañantes, miembros de la Asociación de madres y padres, amigos…
Después del desayuno, las
instrucciones oportunas….“Ahora a hacer algunas visitas. Nadie se puede salir del grupo sin que lo sepa
la persona mayor que lo acompaña…” Recordad, insiste, en el Metro tenemos que
dejar que salgan antes, y luego entramos. No hay preocupación el conductor nos
ve por el retrovisor. El problema puede estar en la bajada. Tenemos que ir
atentos, no se puede quedar nadie dentro porque el Metro se va…
En la plaza de Canalejas giran a
la izquierda, por la Carretera de San Jerónimo. En la puerta del Congreso
explica el significado del Palacio que
representa el Poder del Pueblo…
-
Maestro, ¿vamos a ver los ‘tiros’?
-
No, los tiros ‘no se ven’. Los impactos de bala
están el techo pero nosotros no tenemos programada visita.
Llegan a Jesús de Medinaceli. Les
dice que al Cristo se le puede pedir todo, menos dinero.
-
“Maestro, ¿y que apruebe?”
-
“Hombre si estudias algo, a lo mejor le
ayudas…”
Por la calle de Jesús llegan a la
de Moratín, de allí a calle Atocha. Línea uno del Metro, Tirso de Molina. Bajan
por escalones de granito, pasan los tornos. Los grupos se distribuyen en
diferentes vagones. Pasan estaciones, gente que sube y baja. Llegan a Ríos
Rosas. Hay visita al Museo Geominero… Una voz potente atronó en el interior de
uno de los vagones:
-
“Fuera, todo el mundo…”
Se vacía
el vagón de excursionista y de otros usuarios a la velocidad de un rayo…
-
“¿Qué ha pasado? preguntan unas monjitas que no se reponen del susto, porque, usted
debe ser policía ¿verdad?”
-
No, hermana, ¡ qué va ! yo soy uno de los maestro
del grupo que acompaña y nos han recalcado que no debía quedársenos ningún niño
dentro…
-
"¡Ave María Purísima!” Exclamó la monja.
-
“Sin pecado concebida”, respondió el maestro…
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