Hablan y no paran. Están
desesperados. El año pasado fue en Castilla; este año, en Aragón. Las plagas de
conejos acometen con voracidad los cultivos. Hay daños en los herbáceos. Son
más perjudiciales, aún, en los leñosos
porque recuperar el tronco de un árbol o una cepa de vid, en ocasiones, raya en
lo imposible.
Piden que la
Administración tome medidas más
contundes, más efectivas. Lo piden casi con desesperación. En la Almunia de
Doña Godina, en la comarca del Valjalón, el Ayuntamiento facilita los
cartuchos; los agricultores se prestan al trabajo que ha pasado, de práctica
cinegética a necesidad de supervivencia.
Informa el periódico que el año
pasado abatieron sobre treinta y cinco mil conejos – que son muchísimos- pero la capacidad de reproducción de estos
roedores es más rápida que la de exterminación y lo que puede parecer como algo pintoresco ha
terminado en una auténtica plaga contra la que se ven impotentes.
El año pasado les tocó a las
provincias de Valladolid y Palencia. Por El Cerrato y por la Tierra de Campos
los estragos en la economía de la zona fueron de montantes muy elevados. Las
quejas y las luchas de los agricultores en muchos casos quedaron en el olvido y
en la impotencia.
Más cerca de nosotros está
apareciendo otra. Los jabalíes ya se bajan del monte a comer en los cubos de
basuras de las ciudades. Hace unos meses los vieron por Ciudad Jardín en
Málaga. En Castelldefels, en Barcelona son casi habituales sus presencias nocturnas
en las afueras de la ciudad. Cuando puntos tan lejanos como Málaga y Barcelona
sufren del mismo mal hay que pensar que
no hay nada de pintoresco y sí algo más serio por lo que preocuparse.
Me cuenta un amigo, guarda de
coto, que en la zona de Casarabonela, muchos de esos animales se han cruzado
con los cerdos domésticos y está apareciendo una subespecie de cerdos
asilvestrados muy peligrosos y como los propios jabalíes transmisores de
enfermedades.
Hay otra plaga con serios daños
en los cultivos. Viene de la mano de las cabras monteses. Además del daño por
campeo en las zonas de labor, le añade el causado con la cornamenta de los
machos contra los troncos de almendros a los que le cortan la subida de savia y
le causan la muerte por sequedad…
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