miércoles, 26 de septiembre de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La palabra de la Sierra


Ha venido con el correo. Me lo ha mandado Fermín – Fermín Adame Galván – que vive a orillas del Múrtiga, o sea de la Ribera, igual que vive la Virgen de Flores. Lo que ocurre es que Ella vive más cerca de Portugal y él en Encinasola pero eso es cosa de ubicación de los lugares. Acaba de enviarme una joya lingüistica: “Diccionario de la Sierra” de Rodolfo Recio Moya.

Llegar y empezar a beber en su fuente… ¿Qué les digo? Si para luego es tarde… La Sierra aporta un regalo más. Encinasola a la que yo quiero tanto y de la que digo que está lejos de todas partes, bueno, de la Sierra, no; de la Sierra, al lado. Es casi, pero no. Es la Sierra de Aracena y Picos de Aroche. A la verita de Portugal por donde el sol se va cada tarde camino de América…

Abro. Me encuentro: “Caganito”. S. Herrerillo común, y me entero que Tomás López tiene publicado: “An. (TS, hoy solo en topon.). Lugares de Encinasola, a los que se les atribuye un origen gallego y leonés: Cancionero y tradiciones de Encinasola, 30)…

Ese herrerillo común de pecho amarillo como el azufre y capirote azul andará entre las hojas del bosque caducifolio de castaños y quejigos buscando los bichillos bajo la hojarasca echada al suelo cuando es otoño.

Los hombres del campo, antes,  por estos días tendrían preparado el royete para que la cangá no haga matauras en los pescuezos de las bestias. Tiempo de sementeras.

En los pueblos de la Sierra cuando había niños jugarían al repión al salir de la escuela y, en las tardes de verano, las niñas cantando en la rueda, “a la lima y al limón / tú no tienes quien te…”  y soñando con el amor que iba a venir una tarde de candilazo antes, mucho antes, que terminase – “que te quise no lo niego / que no te quiero es verdad…” -  como las tapias arrumías por el abandono y olvido.

En las noches ábregas los hombres jugaban a la maliya y, en la primavera, los trigos oseaban novios y los pueblos romerías…
Llegará el acabo de las castañas,  empezarán los resencios y la Sierra será aún más ella almacenando tiempla de lunas y vientos  y vida en la palabra que se hizo historia en los recuerdos.




No hay comentarios:

Publicar un comentario