Su padre - de la madre se sabe poco - era natural
del Valle del Pas en Cantabria. Pasó por Valladolid; recaló en la recién creada
– otra vez – Corte. Dicen que vino buscando fortuna, o sea, “a por atún y a ver
al Duque”. En Madrid rehace su vida; en Madrid nace Lope.
Lope de Vega y Carpio es el más prolífico de los
autores españoles. Su obra llena el Siglo de Oro; su talento, la gloria de la
Literatura española. Escribió mucho, tanto que hay quien pone en duda que todo
fuese producción ‘propia’: teatro, poesía, novela.
Tiene relación con los otros escritores de su tiempo.
Con algunos, buena; con otros, regular; con quien la tuvo malísima y con quien
la enmendó al final. Amigo de Quevedo – comparten ser Esclavos del Santísimo
Sacramento en el Oratorio de Caballero de Gracia, en la calle del Olivar –
enemigo, irreconciliable, de Góngora y ‘arreglo’ al final con Cervantes.
Su vida azarosa. Tocó el amor; supo de lo agridulce
de todo lo que conlleva: infelicidades, raptos, destierros, dolor y algo de
felicidad, muy poco. Ve morir o sufrir a quienes más quería o ve como la vida
que le daba tanto le privaba de otras cosas.
Las mujeres eran un imán para Lope. Su pasión
difícilmente podía refrenarla. Se le reconocen quince hijos de diferentes
madres: María de Aragón, Isabel de Urbina - en la iglesia de San Ginés, en la
calle del Arenal, están las actas de su boda - , Juana de Guardo, Micaela de
Luján, Marta Nevares…
Como hombre propio de su época intenta un ‘arreglo’
al final y quiere enderezar su vida. Lo busca en la religión. Se ordena
sacerdote en el Carmen Descalzo, canta la primera misa en San José… Pero Lope
tiene una fuerza interior que supera todo fervor religioso. Es su amor hacia la
mujer. Lope era un genio en las letras; un hombre, en su más genuina esencia,
en su comportamiento.
Vive en la misma calle que Cervantes. Le sobrevive
un puñado de años. Muere en agosto de 1635. Lo entierran en la iglesia de San
Sebastián, cercana a su casa, en la calle de Atocha. Como es propio de España
sus huesos hoy están perdidos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario