Fue un
Domingo de Ramos muy propio de primavera. Lo recibió como el torero cuando se
abre la puerta de los sustos, a dos manos,
y con un compás en lances
primorosos; luego, lo que había enfrente era un cinco yerbas y con esos…
En lo climatológico fue un día lluvioso y
revuelto. Florecillas en el campo y
niñas estrenando. Tambores y pasacalles camino de las procesiones. En lo del
devenir de cada día fueron otros lópeces.
Fue un
día raro. Chaparrones a ratos, nubes que pasaban de largo, cielos celestes y
azules entre claros y el agua fría que obligaba a los cofrades a tomar
decisiones sobre la marcha y a dar la vuelta camino del templo o de la casa de
hermandad donde arreglan los tronos.
Chaparrón
fuerte el que se han llevado las familias de los jóvenes de Erasmus cuando les
hayan comunicado la noticia. Era al amanecer. Volvían de la Fallas. Fiestas y
alegría. Hay que pasarlo lo mejor posible porque total para unos meses que
vamos a estar el país… Y la muerte que
acecha en la carretera. ¡Puñetera carretera!
Otro
chaparrón – éste iba ‘mojado’ de mal tiempo se ha llevado por delante otro
puñado de víctimas. El avión un Boeng, de la compañía Fly Dubai. Quería tomar tierra
en Rostov del Don, cerca del mar de Azov. Lo intentaba por segunda vez. Dos horas dando
vueltas o sea, enredando los últimos cabos del ovillo llamado vida. Niebla,
lluvia intensa, viento huracanado…
El
chaparrón de Alonso tampoco se ha quedado corto. El McLaren chocó con un
compañero; luego, contra un muro. Tres vueltas de campana y todo a la módica
velocidad de trescientos kilómetros por hora. El piloto, dice el periódico que
solo salió cojeando…
Recién
estrenada la estación y con las puertas del la Semana Santa abiertas de par en
par ha habido llanto en algunos cofrades; otro llanto ha invadido a los
ocupantes de las pateras que venían de Libia a Italia, o en los refugiados retornados de Grecia a Turquía. ¿Hay que
esperar al Viernes Santo para que lo crucifiquen?
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