Dicen que no tiene entorchados en la bocamanga pero manda
más que nadie. Dicen que no lleva armas al cinto pero tumba a todo el que se le
pone por delante. Dicen que cuando se echa a la calle todo el mundo tirita…
Napoleón estaba a las puertas de Moscú. Casi sonaba la ‘marsellesa’.
Hizo política de tierra quemada. El pueblo ruso sabía quién estaba de verdad
con ellos. Lo esperaron. Llegó cuando tenía que venir y cuando llegó el
‘general invierno’, entonces...
Tirita media España. Están las cumbres blancas. Los páramos
helados; hay carámbanos en los tejados. La lluvia ha roto en algunos sitios la
capa, que a modo de mantilla blanca, cubría el campo. Son bellísimas las
imágenes.
El maestro Alcántara escribió en una ocasión: “No es lo
mismo ver una nevada desde el alféizar de la ventana que desde un camino
vecinal”. Es verdad, maestro, es verdad. Dicen que en algunas montañas de León
están sus moradores aislados. Solo llegan los quitanieves, la Guardia Civil y,
cada dos o tres días, el panadero.
Es dura la vida en esos sitios. La poesía queda muchas veces
para escribirla al abrigo de la chimenea. Crepitan las llamas en la lumbre. Se
cuela el frío por las rendijas de las puertas; el viento helado azota las ramas
desnudas de las choperas. Hay nieve hasta
en las orillas de los ríos.
Están abiertos, a duras penas, los puertos. La retahíla de
San Gloiro, El Pontón, Padornelo y la Canda, Pidrafita, Envalira, El Escudo,
Guadarrama… Nunca hemos sabido más geografía los españoles que sentados delante
de televisor y escuchamos al hombre del tiempo.
Por cierto. Era verano. Medio día; cantina de mineros. Una
muchacha de ojos negros nos atiende. “y, cuando usted vea la estrellita de
nieve en el telediario, entre Asturias, León y Galicia debajo, está Villablino;
y, ahí, nosotros. Acuérdese”. Ya ves. A
sabiendas que no lo leerás nunca, esta noche te recuerdo…
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