El viajero
llega a Villanueva – Villanueva de la Concepción, ‘el Pueblecillo’, de antes – una soleada tarde de invierno. De medio
día arriba soplaba el levante. Peinaba los trigos, movía las hojas de las
palmas y acariciaba los pegujales.
El viajero
pasó por el pueblo de largo. No se detuvo como otras veces. Junto a las paredes,
en las recachas, los viejos tomaban el sol. Hay gente sentada en las terrazas
de los bares. Dejan que se vaya la tarde.
Siguió camino
como para Almogía, pero no; giró a la derecha y de allí a la ermita de Jeva.
Entre olivos la carretera bordea toda la ladera Sur de El Torcal. Una mujer
riega las flores en el porche de la casa. Pregunta. Le indica primero con el
brazo y luego:
-
“Vuélvase y, a
la izquierda. La tiene, ahí mismo”.
Encinas
centenarias en la ladera y choperas sin hojas donde antaño hubo agua. Es
invierno; las choperas están desnudas. Ve los dos primeros almendros en flor. La
flor del almendro es un grito de vida.
La ermita es
pequeña. Íntima. Humilde, muy humilde. Reboza cal. Canta una restauración de no hace mucho tiempo. Veneran
a la Virgen de la Purificación. En diciembre hacen una romería. Congregan a las
pandas de Verdiales: bailan y tocan y llevan en procesión una imagen de María desde
la ermita a la era…
Antes de
llegar a la ermita, al borde de la carretera,
dos bustos de mujeres
arrodilladas – en medio, un niño - lavan sobre una piedra. Es un homenaje a la
vida dura de entonces. Ya no hay agua. El viajero intuye que allí, en su día,
debió haber un manantial o una fuente… Están vigorosas las junqueras y las
zarzas.
La ermita debe
el nombre al castillo de Xébar. Allí nace el arroyo al que da nombre; tributa
en el Guadalhorce. Bajan de El Torcal un puñado de cañadas y arroyos que más
abajo se entrelazan y toman entidad en el río Campanillas.
Ah, para tu
información un panel dice que a la pedanía – de la Higuera, por debajo de la
ermita - llegó la electricidad en 1978 y el agua potable en el último decenio del
siglo XX… Entre los olivos silba el viento; por la sierra carea un hato de
cabras…
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