Esto parece un corral
de gallinas a media mañana: mucho cacareo y los ponederos vacíos. Más voces que
hechos; más humo que sustancia, más ruido que nueces. Y es que tienen mucha,
demasiada resonancia los ecos.
El lumbrera inglés – como lo define Ignacio Camacho en un
artículo antológico de ayer – ha metido a todos ‘los hijos de la Gran
Bretaña’ (las comillas son mías, no del
maestro) en un callejón oscuro y con una salida solo que regular de airosa. Más
de dos salen de ésta tocados de ala.
Otro lumbreras, más cercano en el espacio, el autodefinido
como el ‘hereu’ político del chorizo de los guiños sigue empecinado en buscarse
y en buscarnos un lío. Se cumple lo que se dice en mi pueblo: “la verea se acaba y el tonto sigue…”
Un gallo ya con espolones retorcidos, con el pelo de viejo
zorro plateado y los pulmones negros de fumar cohíbas, ahora sin que nadie le
dé vela en el entierro viene y dice que el “molt” de corrupto, nada. Éste nunca
ha dado puntadas sin hilo…¿Qué buscará aquel mocito extortillero de debajo de
los pinos?
No se queda ahí el cacareo mañanero. No. Suma y sigue. En
Vigo, el ayuntamiento que preside un socialista dice que de quitar la Cruz de
los Caídos, no se habla. Eso que aprobó en su día el que fue su jefe (¡ese sí
que fue lumbrera!) pues como que no. Esa cruz representa a todos. De ambos, dos
bandos, así que diga lo que quiera la Justicia pero que a ellos naranjita de la
China…
¿Alguien ha pensado que Alaya mete en la cárcel a alguno de
los ciento y picos imputados? Vamos, hombre. No tenga usted esos pensamientos. “Lo
que no puede ser, no puede ser y, además, es imposible…”
El padre espiritual
decía: algunos pensamientos, no sólo no se pueden tener, antes que lleguen hay
que rechazarlos Y, uno ingenuo… pero “padre, si usted la viera… es la armonía
de Brunelleschi y Miguel Ángel, juntas. “Hijo, que te vas a condenar…” pero,
padre, si eso es lo que yo quiero…
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