jueves, 27 de marzo de 2025

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Y, ahora, tambien

 



Dice el periódico que Rusia ha aceptado las condiciones (¿?) de paz impuesta por Estados Unidos y que la guerra de Ucrania puede tener un final que quizá no sea el deseado pero que tampoco desconcierta mucho.

“La Geografía, queda; la Historia, vuelve”. Alguien hace muchos años acuñó el dicho. A pesar del tiempo pasado, demuestra que tiene una actualidad plena. Rusia consigue la salida al Mar Negro y algunas poblaciones importantes, además de acongojar a Europa.

Dicen los expertos que la cosa vas más allá, mucho más allá. Lo importante de todo lo pactado es que Rusia ha conseguido una salida al Mediterráneo y por ahí, acceso a África, por el Canal de Suéz, al sur de Asia y por el Estrechos de Gibraltar al Atlántico. Decía un comentarista: “A Rusia le han abierto la puerta y los balcones”.

Aquí nos las andamos discutiendo si son tiros o troyanos, si galgos o podencos. Se cuestiona la OTAN y se cuestiona tener que abrir el bolsillo. La hipocresía envuelta en papel de regalo. Hay un tema muy espinoso. Me pregunto ¿qué opinaría la vieja Europa si en una playa de San Diego o en las llanuras de Arizona, por ejemplo, una placa y una cruz dijese que allí reposan los restos de un hijo suyo que cuando le segaron la vida tenía, 17, 19, 20 o poco más de veinte años?

La vieja Europa cuando el del bigotito decidió ocupar los Sudetes miró para otro; cuando invadió Polonia, item más; cuando cayó Chequia… Y así hasta nuestros días. Ucrania estaba muy lejos y era un asunto entre rusos y antiguos compañeros de viaje… Ahora, dicen que las realidades la despiertan del aletargamiento y la sorprenden vieja, cansada y dividida.

Cuando leí lo de la salida al Mar Negro se me vinieron a la mente los versos de la Canción del Pirata, de Espronceda, el que nació en Almendralejo por accidente cuando su familia viajaba Badajoz y escribió:  “Y va el capitán pirata / cantando alegre en la popa / Asia, a un lado, al otro Europa / y allá, al frente, Estambul”.  Hay un ramillete de nombres en la respuesta: Bósforo, Dardanelos, Mar de Mármara, Mar Negro...  Quédense con el nombre que más le convenga. Cualquiera de ellos puede dar una respuesta adecuada. Esperemos que los dirigentes que nos mandan, también la tengan.

 

 

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