Dice el periódico que Rusia ha
aceptado las condiciones (¿?) de paz impuesta por Estados Unidos y que la
guerra de Ucrania puede tener un final que
quizá no sea el deseado pero que tampoco desconcierta mucho.
“La Geografía, queda; la Historia,
vuelve”. Alguien hace muchos años acuñó el dicho. A pesar del tiempo pasado, demuestra
que tiene una actualidad plena. Rusia consigue la salida al Mar Negro y algunas
poblaciones importantes, además de acongojar a Europa.
Dicen los expertos que la cosa vas
más allá, mucho más allá. Lo importante de todo lo pactado es que Rusia ha
conseguido una salida al Mediterráneo y por ahí, acceso a África, por el Canal
de Suéz, al sur de Asia y por el Estrechos de Gibraltar al Atlántico. Decía un
comentarista: “A Rusia le han abierto la puerta y los balcones”.
Aquí nos las andamos discutiendo
si son tiros o troyanos, si galgos o podencos. Se cuestiona la OTAN y se
cuestiona tener que abrir el bolsillo. La hipocresía envuelta en papel de
regalo. Hay un tema muy espinoso. Me pregunto ¿qué opinaría la vieja Europa si
en una playa de San Diego o en las llanuras de Arizona, por ejemplo, una placa
y una cruz dijese que allí reposan los restos de un hijo suyo que cuando le
segaron la vida tenía, 17, 19, 20 o poco más de veinte años?
La vieja Europa cuando el del bigotito
decidió ocupar los Sudetes miró para otro; cuando invadió Polonia, item más; cuando
cayó Chequia… Y así hasta nuestros días. Ucrania estaba muy lejos y era un
asunto entre rusos y antiguos compañeros de viaje… Ahora, dicen que las realidades
la despiertan del aletargamiento y la sorprenden vieja, cansada y dividida.
Cuando leí lo de la salida al Mar
Negro se me vinieron a la mente los versos de la Canción del Pirata, de Espronceda,
el que nació en Almendralejo por accidente cuando su familia viajaba Badajoz y
escribió: “Y va el capitán pirata /
cantando alegre en la popa / Asia, a un lado, al otro Europa / y allá, al frente,
Estambul”. Hay un ramillete de nombres
en la respuesta: Bósforo, Dardanelos, Mar de Mármara, Mar Negro... Quédense con el nombre que más le convenga. Cualquiera
de ellos puede dar una respuesta adecuada. Esperemos que los dirigentes que nos
mandan, también la tengan.
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