Foto. Javier Sánchez Morales
Es un árbol gigantesco originario de la India y
de todo el Golfo de Bengala. Se extiende por las zonas tropicales, obviamente,
a ambos lados del Ecuador y precisa de un clima cálido y húmedo para su
desarrollo. Se le puede considerar para entendernos como un primo cercano a las higueras que nacen, se crían y
dan frutos en nuestras huertas y de los ficus de los jardines y parques de las
ciudades, de hecho su nombre es de Ficus Ficus benghalensis.
En Florida existen unos ejemplares soberbios. Se considera una planta epitifita, es decir, en su nacimiento vive sobre otras plantas. Cuando crecen sus raíce aéreas bajan desde las ramas al suelo donde al contactar con la tierra se convierten en nuevos troncos que realzan al primitivo.
Foto. Javier Sánchez Morales
El más asombroso de La Florida está cerca del
Bayside Marketplace, en Miami. Otros ejemplares llenan las medianas de algunas
calles donde forman un bosque galería de extraordinaria belleza o en Coral
Gable. La ausencia de otros árboles a su alrededor le confiere aún mayor
vistosidad y provoca la admiración de visitantes ocasionales y de los propios
habitantes.
En la India está considerado como su árbol
nacional no solo por la enorme magnitud
de su copa sino por su presencia y mención en los textos sagrados hindúes. En
su copa alberga a varias especies de aves y otros animales. Dicen que es la
representación multicultural del país y que está presente en su cultura.
En el jardín Botánico de Calcuta hay un ejemplar que tiene más de 230 años. Ocupa 12.000 metros cuadrados y tiene más de 3.000 raíces. Se cree que bajo sus ramas se levanto un templo porque según la leyenda Thimmamma se inmoló en el lugar al morir su esposo en 1934 y que, también, bajo sus ramas se construyó la primera pira funeraria de Calcuta.
Foto. Javier Sánchez Morales
Cuando observa en cercanía de estos árboles la
presencia de algún vehículo o edificación dan aún más idea de las magnitudes de
sus troncos y sus copas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario