Acaba de ser noticia. El río
Tajo a su paso por Talavera de la Reina, en la provincia de Toledo, llevaba tal
cantidad de agua que ha arrasado un puente que enlazaba – como todos los
puentes – dos partes de la ciudad. Ha suscitado añoranzas y dolor entre el vecindario.
El pueblo lo conocía como el puente
romano. Luego cuando han hablado los expertos dicen que romano pueden
ser los cimientos pero que era medieval. Tampoco está mal eso de que uno tenga en
su pueblo un puente de tiempo tan pretérito.
España está llena de puentes romanos
o sembrada de tesoros del tiempo de los moros. Y hay quien aún cobija la
esperanza de que algún día pueda tropezarse con esas joyas de antes que afloren
ante sus ojos.
El Tajo no es un río cualquiera.
Nace en Fuente García, no lejos de una ciudad – aunque tenga muy pocos habitantes
– Albarracín, en la Serranía de Cuenca. Ahí también tienen reminiscencias de cuando
los dichos moros andaban por aquellas tierras.
Es el río más largo de la península
Ibérica. Supera los mil kilómetros de longitud y llega al Atlántico por Lisboa
en el mar de la Paja. Felipe II tuvo la idea de hacerlo navegable hasta Madrid.
Habría sido más lógico poner la capital en Lisboa, pero …
Se cuenta como anécdota que
Espronceda entró por barco en la capital portuguesa y que desde la barandilla arrojó
al río varias monedas que llevaba en el bolsillo porque “le daba vergüenza
entrar en tan gran ciudad con tan poco dinero”. Lo que no dijo es que un
bolsillo de su casaca llevaba un cheque para uno de los banqueros más
importantes de Lisboa.
En el primer tramo del curso el
río parece uno más y sin mucha importancia. Es relativamente pequeño. Trascurre
por quebradas, terrenos profundos y con gran vegetación de pinos. Cuando sale a
meseta abierta el curso aumenta. Recibe en
tierras de Aranjuez, al Jarama. … Ahí, es
un río precioso. De en ensueño, como también lo es cuando pasa por Toledo. Más adelante al Alberche. Dice el refrán “si
el Alberche y el Tajo se amistan, Talavera, que Dios te asita”. Algo de eso
es lo que ha pasado. Aguas abajo recibe al Tiétar y al Alagón, el más largo de
todos sus afluentes.
Las imágenes de un río con tantos
miles de hectómetros cúbicos de agua, además de miedo, sugieren muchas cosas.
Si de estas calamidades se aprendiese algo…
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