Desde hace unos días es
frecuente escuchar el término: “tierras raras”. Todo viene por ese reparto de
la túnica de Ucrania tras la crucifixión de la guerra. Los rusos quieren la
salida al mar por la Península de Crimea y, además, otras ciudades; los
norteamericanos, las “tierras raras”.
Esas tierras poseen minerales de
nombres no usuales que suenan a chino -
por la teta les va - pero vitales para tecnología que viene y que se va a
imponer de aquí a unos años.
En España, dicen, que hay
tierras con esos minerales, las sierras Alpujarrides de Málaga, en el Cabo de
Gata y en otros puntos de Andalucía aunque donde más aparecen es en la
provincia de Cáceres. A lo mejor les va a llegar a los extremeños algo más
importante y que no solo sean vejaciones y palos. En fin. Cuestión de tiempo.
En España de eso de expolio de
la riqueza sabemos un poco. La memoria que en nuestro país flaquea en ocasiones
más de la cuenta hemos olvidado que los romanos extraían oro de Las Médulas
leonesas y estuvieron explotándolas hasta que les dejaron de ser rentables. Me
imagino a qué grado llegaron cuando no pagaban mano de obra porque eran
esclavos quienes hacían el trabajo.
Mucho después los capitales
extranjeros se lo llevaron también de Rodalquilar en Almería y el hierro de las
sierras del Oriente andaluz. Pienso ahora en los ingleses que lo extraían de la
Sierras de los Filabres, en el Alto Almazora o en el Alquife en Almería.
Donde más se enriquecieron los
hijos de la Gran Bretaña fue en Río Tinto y Nerva. Llegaron a finales del siglo
XIX. La explotación – en toda la extensión de la palabra, enorme – hasta el
punto que vivían en poblados fabricados a su modo y antojo para no mezclarse
con la población de la zona.
Claro que no todo fue
explotación. Nos trajeron, además de un modo de vida diferente, un deporte que
comenzaba a desarrollarse, el fútbol, y así nosotros más de un siglo después
podemos discutir hasta la extenuación si el muchacho tocó dos veces el balón –
en este caso con los dos pies – y por consiguiente va contra las reglas del
juego y estaba bien o mal anulado el gol.
Veremos si no vienen algunos
espabilados y se llevan el beneficio de nuestras “tierras raras”, mientras el
mundo va como va sin hacer caso a que el sol sale cada día y sigue vigente aquello
de si son galgos o podencos; si tirios o troyanos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario