9 de noviembre, sábado. Escribió
Rabindranath Tagore (¡qué grande era Tagore) aquello de que “si de noche lloras
por el sol, perderás de vista las estrellas”. Por cierto, qué pocas cosas hay más
bellas que se igualen a un cielo estrellado. Cuando pasen estos temporales de
barro y desconcierto y venga el tiempo de verano y cambien muchas cosas, si
tienen posibilidad, compruébenlo.
Del rey Alfonso X, el Sabio
se dijo algo más prosaico cuando se pretendió concretar en muy pocas palabras
el resumen de su reinado. “Quiso alcanzar las estrellas y perdió de vista la
tierra”. Su reino, a su muerte, quedó hecho un cisco de guerras internas entre
sus hijos y partidarios de unos y de otros. Ahora, todos son olvido y polvo.
La Universidad Estatal de Texas
ha hecho un estudio del cuadro de Van Gogh La avenida de los álamos al atardecer y por
la colocación de las estrellas que aparecen en la obra han logrado saber dónde
y en qué día pintó esa obra de arte. Dicen que fue en Neuve, en la noche del 13
o 14 de noviembre de 1884
Este hombre era un genio en
muchas cosas, además de por cómo manejaba los pinceles y el uso de los colores.
Sus conocimientos de astronomía parecen, según dicen los expertos, era
bastantes y conocía el cielo al dedillo. En otra obra suya, Noche estrellada
sobre el Ródano, ya demostró que el cielo – lo que nosotros llamamos cielo,
claro – no era un desconocido para él.
Van Gogh es uno de los pintores
grandes del posimpresionismo. Su vida estuvo marcada por un desequilibrio
mental considerable, por una inestabilidad emocional muy grande y por un
trasiego constante en la búsqueda interior que afloraba en su vida cotidiana desordenada
de manera asombrosa.
Nació en los Países Bajos.
Vivió en La Haya, París, Londres y Amberes (Bélgica). Buscó la estabilidad
interior profundizando en una religiosidad muy estudiada y muy difícil de
llevarla a la práctica. Estudió Teología, se hizo pastor y quiso plasmar en sus
cuadros la vida miserable y de pobreza de los mineros y campesinos de su
tiempo.
Se trasladó a Arles en el sur
de Francia. Invitó a su amigo Gauguin. Convivieron dos meses. En su desequilibrio mental lo quiso matar; él
se cortó una oreja. Como en la Copla no sabemos, aunque él sí era un
experto, qué planeta reinaría el día de su nacimiento. Los dos últimos años de su vida estuvieron
marcados por la depresión. La muerte lo encontró en un hospital siquiátrico.
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