lunes, 4 de noviembre de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Punto negro: Arroyo Jévar

 

     


            Arroyo Jévar.

 

4 de noviembre, lunes. Es uno de los más largos del término municipal de Alora. Artífice directo del último desastre de las inundaciones en La Molina y en Los Callejones. Es el más importante, junto al de Las Piedras (nace en los Prados de Eslava), de los que tributan al Guadalhorce por la izquierda. Nace en la vertiente Sur del Torcal en el partido que le da nombre, entre Villanueva de la Concepción y La Joya. La primera desde hace unos años desmembrada de Antequera; las segunda, no.

Le tributan, por la derecha, el arroyo de Los Chinos o de la Atalaya que nace en la vertiente más oriental del Cerro de la Fiscala. Aguas abajo, recibe las cañadas del Cerro del Cura o de las Caballerías y de Valsequillo que viene del cortijo de Mediano de Abajo, entre las Lomas de la Cruz y la Peña de los Ballesteros.

Casi en la confluencia con río Guadalhorce, por Venta Tendilla, recibe al arroyo del Espinazo del Perro al que. a su vez, se le unen el arroyo del Aljibe o de los Pilones que nace en Los Nogales antes de atravesar las tierras del cortijo de Los Cabritos.

Por su parte izquierda, el primero de los arroyos que vierten en él sus aguas, es el arroyo Ancón o de los Padillas. Nace por debajo de Granadillo y recoge aguas del macizo del Santi Petri, en término de Almogía y el de  Rabaneros. el arroyo Pedro de la Torre y Morales que nace cerca de Las Cruces donde se juntan, en la ermita del mismo nombre, los términos de Almogía, Cártama y Álora

Desemboca en el Guadalhorce, frente a la Cuesta del Río, entre el Morquecho y La Molina.

Se menciona en el Libro del Repartimiento en las propiedades de “Diego de Vera, alcayde quedale (...) quince arançadas de azebuchar e que haga heredad, linderos el arroyo Xebar y el Camino Real”.

 En la avenida del miércoles 26 de septiembre de 1906 “entró por lo alto del llano del olivar de Casablanquilla, inundó las huertas, subió en la ‘casa del boticario’ 80 ctms. Destrozó propiedades en la Venta Tendilla y el Morquecho, arrancó fuertes y ahogó animales. En la de 1949, en la cañada de la Panera, cercana al Tajo de Galupe, murió un hombre apellidado Torrijos.

En opinión de expertos la construcción de azudes bien en el arroyo principal o en sus tributarios podrían retener sus crecidas – casi siempre consecuencias de gotas frías otoñales – y evitaría parte de los daños que origina en las crecidas.


 

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