miércoles, 13 de noviembre de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. En el día de hoy


                         


             DANA sobre Málaga. 13 noviembre, 2024


13 de noviembre, miércoles. No, no es lo que usted piensa. No, no. En el día de hoy revivimos un acontecimiento de hace un puñado de años, solo que ahora, al parecer, después de los últimos desastres, se han tomado medidas que evite en algo lo que nos pueda sobrevenir.

No pormenorizo detalles, ni me erijo en sabelotodo. Solo pido una cosa. Apliquen el sentido común. No es fácil. Es, por lo visto, el menos común de los sentidos. Sé que es un tópico. Hay que decirlo.

Les contaba… El domingo 12 de noviembre de 1989, la Asociación de Vecinos de El Chorro convocó a todos los ‘chorreños de la diaspora’. Nos congregamos con ellos un montón de amigos. Celebraron el reencuentro con un acto religioso en la capilla de la Medalla de la Virgen Milagrosa (suena raro el nombre, pero es así). Después, comida popular…

El día amaneció gris, feo, desabrido. Llevábamos un tiempo de sequía prolongada, aunque en octubre había llovido, pero no lo suficiente. Había un sentimiento generalizado de pedir agua para retomar la vida de sementeras (“por San Andrés ni a tu padre se las des, ni quince días antes, ni quince días después”) y de otoñada para la ganadería.

Estábamos Luis Arana y Paco Parras (ya se nos han ido), Juan Rivero y quien suscribe. Sobrevolaban los buitres, con vuelos circulares, lentos, ininterrumpidos, los picachos de la cordillera.

- Va a cambiar, dijo Luis, el tiempo porque en la campiña cuando estamos de cacería y los buitres se refugian en El Chorro es señal de que viene un cambio de tiempo grande.

No hicimos caso. Solo fue una conversación más que se ratificó al día siguiente. A media noche del doce llovió. Se incrementó poco a poco. Nos fuimos a los trabajos porque entonces nada de previsiones ni avisos. A media mañana diluviaba. Subimos a los niños a la primera planta del colegio, - tiene sótanos, planta baja y dos pisos – dentro de un miedo generalizado. El agua bajaba torrencial por las escaleras del patio. Abrió las puertas, inundó todos los bajos…

En las cercanías del mar la tragedia, mayor. Creo recordar la cifra de 10 muertos y pérdida millonarias en la economía. Ayer me llamó una amiga entrañable. Le dije que ahora me coge viejo (“viejo, me contestó, el cuerpo, las ilusiones jóvenes”), carente de posibilidades para responder al desastre que es una manera eufemística de decir que el campo está arruinado, y sin fuerzas ni ganas para volver a empezar…

Lo contado ocurrió el domingo doce, y el lunes trece de noviembre de 1989. Treinta y cinco años después, 13 de noviembre, 2024, una Dana - otra más ¿y van?... – En el día de hoy,  descarga sobre la provincia de Málaga. ¿Se entiende ahora el comienzo del artículo?

 

 

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