sábado, 30 de noviembre de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Noviembre dice adiós

 

                    


30 de noviembre, sábado.- Cada día se crispa más la situación política. (Y las relaciones humanas) Me pregunto si tienen sentido muchas cosas en este mundo que me ha tocado vivir. Opto por no ver lo telediarios. No quiero que me suba eso que, en ocasiones, se nos viene a la garganta nos lo agría todo. 

Hace una temperatura impropia de las fechas que dice el calendario. Esta mañana he cogido el coche y me he ido a dar una vuelta. Las lluvias de hace unos días han hecho que rebrote el campo; en otros lugares arañan las lomas y parecen lienzos de Benjamín Palencia. La temperatura supera con creces los veinte grados. En la barra del bar mientras tomaba un café alguien ha comentado: 

- El frío tiene que venir – ha dicho.

- Sí, cuando haga daño, - ha comentado otro – como el agua, mucha a destiempo y mal. 

Las imágenes del río y las que vienen de Valencia son otra cosa. Dan pánico ver lo que la Dana nos ha dejado encima. No hay que culpar solamente al tiempo. La soberbia, unida a sus deficiencias, de algunos hombres irresponsables tiene también mucho que decir. De nada valen las lamentaciones. Pero no hay que preocuparse, dentro de nada “vuelta la burra al trigo”. Al tiempo. 

Hace unos días me compré la Rapsodia Española. Antonio Burgos acierta de pleno. Publica parte de la historia de España que corrió por una tierra hambrienta de libertad y sueños, (y de hambre de pan, también) después de una posguerra de dureza y, trae a mano, a poetas (algunos) que no aparecen en las Antologías pero que viven en el sentir del pueblo. A pesar de lo voluminoso del texto, más de quinientas páginas, es uno de esos libros que se leen con sumo agrado. 

Repaso una época en la que uno veía el mundo de otro color. Es más, aún creía que algunas cosas irían a mejor. No hemos aprendido casi nada. O muy poco. Es lo que hay. Se ve gente que pontifica de los divino y de lo humano y, a veces, pienso, si de verdad me creen con ese grado estulticia para que pueda aceptar el sermón que me predican. 

En el borde del camino se ha levando una pareja de pájaros perdices.  Erguidos; la cabeza en alto. Han cruzado casi andando, ligeros pero confiados. Estos pájaros aún no los han tiroteado. Después, han levando el vuelo y mimetizados sobre la tierra labrada, se han perdido en la lejanía.  

 

 

viernes, 29 de noviembre de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. ¿Pintoresca? No, lo otro

 

 


 

29 de noviembre, viernes. Puede ser la calle más fotografiada del pueblo; puede ser una de las calles más pendientes de la localidad; puede ser ese lugar que uno recuerda siempre por su nombre o por su orografía… Puede ser eso y muchas cosas más. De lo que sí puede presumir, también, es que como ella no hay ninguna.


La calle Negrillos comienza en la de Atrás y termina en la calle Nueva. Por el Norte, bajo el cielo casi siempre azul, desde su suelo puede verse como El Hacho, ese monte emblemático de Álora que parece un gigante dormido mientras esparce los vientos; por el Este, a sus pies el Bajondillo y el arroyo de la Tenería que recuerdan otros tiempos.


La parte ocupada por las primeras casas, es entre llana; pero las demás están casi en pie de manera que una se apoyarse en la otra para procurase un descanso que le haga ver cómo pasa el tiempo y la gente que osa bajar – luego, si se retorna por el mismo lugar-  porque hay que subirla.

Es una de las más pendientes de la población. Tiene sello propio.  Su nombre primero fue de Cerrillo existiendo asientos de Escrituras que alcanzan a 1551. Según publicó don Antonio Bootello en la Hojita Parroquial debe el nombre a las comparsas que salían de aquella calle con las caras pintadas para regocijos públicos. En un asiento de 21 de junio de 1673 se impone un censo sobre una casa, con el número 6 de dicha calle. El 23 de octubre de 1869 el Ayuntamiento acuerda cambiarle el nombre por el de Alcolea, acuerdo que no sale del Libro Capitular.

Tiene raigambre histórica más vieja. Antes de aparecer en las Actas y en los libros capitulares se sabe que en su suelo (existen dos ‘cerrillos’, este del que hablamos y el de ‘poco pan” que ayudó al nacimiento de la calle Erillas, por eso, porque el pan era poco…, pero eso para otro día) les digo, porque según los cronistas de la toma del castillo de las Torres las tropas de los Reyes Católicos asentaron la artillería.

Enfrente, sobre el cerro al que da nombre, el castillo. Es el vecino inmóvil, testigo de una historia que llevó a Álora a lo más granado de la poesía épica en la Literatura española (Álora, la bien cerdada…). Sus murallas no pudieron resistir el acoso de la artillería castellana emplazada en el solar que hoy ocupa la calle Negrillos, aunque su nombre haya permanecido durante siglos en un silencio que parece olvido.

 

jueves, 28 de noviembre de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Granada será tu cruz

 

 


28 de noviembre, jueves. Iba desde el Campo de Gibraltar a Granada. En la serranía de Ronda, cerca de Gaucín a donde pensaba vender libros, en 1536, se encuentra un niño descalzo por el camino. Le dice que sus alpargatas no le están bien y lo carga sobre sus hombros. Llegan la fuente de la Adelfilla. El Niño se transforma y le dice: “Granada, será tu cruz”. Y desaparece.

El hombre había tenido una vida azarosa desde sus comienzos. Fijan su nacimiento en Montemor -o- Novo (Portugal); otros, en Casarrubios del Monte (Toledo), hijo de padre judío y de madre cristiana. Ese trastoque podía ser una maniobra para despistar porque no era ‘cristiano viejo”.

A los doce años está de pastor en tierras toledanas. Luego, se enrola en los ejércitos de su tiempo. Participa en batallas e incluso se salva de la horca en el último momento por chiripa. Vuelve a Portugal, se va para África, y sirve en Ceuta, entonces portuguesa, a la familia Almeyda, desterrados por el rey de Portugal. Eran tan pobres como él, pero los socorre y sobreviven.

Se vuelve para España. En Granada vende libros, pide limosnas. Escucha predicar a Juan de Ávila. Da un giro a su vida. Socorre a los necesitados. Se pasea desnudo. Lo tachan de loco. Aloja a los pobres – que en aquel tiempo eran muchos; ahora, también – en casas de quienes le ayudaban a él. Lo encierran.

Una vez fuera del hospital decide ir a Guadalupe. Profundiza en su idea de fundar casas de acogidas para locos, pobres, enfermos, necesitados y expulsados de la sociedad. Concibe la idea de fundar una Orden hospitalaria. A la primera fundación le sigue otra en la Cuesta de Gomérez. Conoce a Antón Martín – el de la plaza, calle y estación de Metro de Madrid – que había ido Granada para vengar la muerte de su hermano. Recapacita y se une a él. Luego vienen otros, y muchos otros más.

Salen al encuentro de los necesitados. Los acogen sin poner condiciones. “Todo necesitado tiene derecho a ser atendido”. Desarrollan métodos pioneros para aquel tiempo. Respetan la dignidad de las personas. Son sensibles, humanos y, sobre todo, cristianos.

Muere en 1550 con cincuenta y cinco años. Lo entierran en el Carmen de los Mínimos. Sus restos permanecen allí hasta el 28 - tal día como hoy - de noviembre de 1664. Posteriormente, los trasladan a la Basílica que habían construido con su nombre. Hablamos de San Juan de Dios, fundador de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.

 

miércoles, 27 de noviembre de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Han llegado los pichis

 

                  


27 de noviembre. Nos las andamos con la resaca de la riada que se ha llevado por delante mucho de la economía de la zona y demasiadas ilusiones. Por cierto, de ayudas de la Administración Central y de la Junta de Andalucía para agricultores de Álora, hasta el día de hoy, nada de nada. Se puede decir más alto. ¿Más claro?, aunque cuando se ve lo de Valencia uno hasta siente sonrojo de decir estas cosas…

Los que sí han llegado han sido los pichis. Suena a chotis y a Celia Gámez, pero no. No va por ahí la cosa. Me refiero a esos pajarillos diminutos que aparecen cada año cuando tienen que hacerlo, o sea en otoño.

Vienen de los países fríos del norte de Europa. De esos lugares donde se congelan las aguas por las noches – aquí se han empeñado en congelarnos el alma y van camino de conseguirlo – y al amanecer las fuentes no echan agua y los chorros son estalactitas que penden sobre los pilares.

Los pichis buscan las tierras cálidas del sur. Son sociables y poco temerosos. Tienen la pecherilla con una capa de plumas color anaranjado. Les da una pincelada preciosa de color en contraste con el resto de su plumaje grisáceo. Tienen pico fino (es un insectívoro). Oculto entre los naranjos, durante un rato he escuchado el canto monocorde del carbonerillo común – el pajarito del agua –, ese que anuncia si va a llover según nos conviene creerlo o no.

 Mientras yo me las andaba en mis cosas, él, un pichi forastero que se ha presentado sin avisar, con vuelos cortos y breves - del suelo a las ramas bajeras -  ha estado un rato conmigo. Parecía como que me pedía explicaciones del porqué de muchas cosas y esperaba que yo le contase algo.

Hacía un día raro. Nubes altas, muy altas. Iban o venían. No lo sé. El hombre del tiempo ha informado de no sé qué borrasca que está sobre las Islas Británicas y nos manda aire frío pero, realmente no hacía frio ni viento. Verdeguean algunas lomas; en otras, la gente se ha puesto a sembrar y ha aparecido el color ocre…. Ya se sabe “por San Andrés ni a tu padre se las des ni quince días antes ni quince días después”.

El refranero tiene cosecha en el mes noviembre con abundancia. Estamos a la espera de los “vareaores” de San Andrés que si no vienen antes, vienen después. Los que sí han venido han sido los pichis y los podadores municipales que han dejado desplumado al ficus gigante del parque y a los pajarillos sin lugar para pasar la noche…

 

martes, 26 de noviembre de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El tiempo avanza al compás del silencio

 

 

 

                                    Málaga. Alameda Principal


26 de noviembre, martes. Málaga, después de la conquista, tuvo un crecimiento urbano que la sobrepasó el límite impuesto por las murallas y por el río Guadalmedina. Desde el  XVII al XIX fue muy importante para su economía la industria, los productos agrícolas comercializados desde el puerto y, luego, con el ferrocarril.

El campo malagueño sufrió un parón demasiado grande con la aparición de la filoxera; las crisis industriales a causa de la carencia de materias primas y la competencia con otras zonas influyeron, también, en gran manera. Aquella sociedad vio a su siderurgia, que en algunos momentos había roto moldes, languidecer hasta llegar a su desaparición.

Los cultivos de viñedos, solo recuerdos. La exportación de la pasa y los vinos dejaron paso a otros nuevos, principalmente, de cítricos de su Hoya (los cereales estaban en la llanura de la vega antequerana que, en su paroxismo, se autoproclamaron “nodriza de Málaga”) algo de almendras y aceites.

Las riadas periódicas del Guadalmedina hasta su encauzamiento con las construcción del pantano del Agujero sembraban de muerte barrios pobres y deprimidos como el Perchel, la Trinidad e incluso el “Bulto” – barrio más de pescadores – al que también ahogaba la carencia de pesca de bajura en la Bahía. Los barcos cada vez tenían que ir a buscarla más lejos y las traíñas tenían más de pintorescas que de apoyos a la economía.

El XX vino marcado por las Guerra de África y por Guerra Civil. Luego, en la segunda mitad, la presencia del turismo propició un viraje muy importante. Málaga comenzaba a dejar de ser una ciudad provinciana alejada de las fuentes del poder económico y financiero.

En la Hoya de Málaga se expandieron los cultivos de cítricos. El Plan Guadalhorce pretendía regar un número de hectáreas a las que no se llegó ni por asomo. Riegos obsoletos, carencias de inversiones y planificaciones nefastas unidas a varias inundaciones  han puesto aún más el pie en el cuello a una economía de difícil salida.

El turismo ha propiciado una calle ininterrumpida desde Estepona a Nerja con una conurbación de disparates urbanísticos clamorosos. La falta de estudios rigurosos ha sembrado la Axarquía de productos subtropicales exigentes en agua, algo de lo que se carece en los momentos precisos, o arrasa en otros. Se han disparado los precios de la vivienda, no se ha planificado el suelo, las comunicaciones van por detrás de las exigencias y a lo mejor, no nos estamos dando cuenta, que este crecimiento puede ser pernicioso porque las  plagas  como el tiempo llegan en silencio y corre el peligro de empujar a un precipicio que conduzca a la muerte de éxito.

Al cumplirse casi el cuarto de siglo del XXI, las circunstancias y los hombres marcarán el futuro…

lunes, 25 de noviembre de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Vera Cruz

 

 

                                            


 

25 de noviembre, lunes. Escribió Gerardo Diego unos versos bellísimos al Duero. Sí, ese río que nace en los Picos de Urbión, cerca de la Laguna negra, pasa por Soria, Aranda… y luego se va a Portugal y entra bajo un puente por Miranda - do Douro - donde decía Saramago que los peces no presentaban el pasaporte porque nadaban por aguas suyas…

A lo que iba. Escribió: Río Duero, río Duero / nadie a acompañarte baja; / nadie se detiene a oír tu eterna estrofa de agua…, y agregaba: indiferente o cobarde, la ciudad, / vuelve la espalda..” No es el caso porque no se trata del Duero ni de ningún otro río. Es la esquina de la Vera Cruz. Un transeúnte revuelve hacia el Camino Nuevo. El Duero, por Soria, aunque lejos, sabemos que va al mar. ¿Adónde ira ese hombre solo tan de mañana?

La veleta apunta a Levante; nubes de tránsito. No dan agua. Como tiene que ser cuando el aire viene de ese sitio que, en verano, temprano pone el día muy nublado, pero luego, a medida que entra, abre.

La pared, blanquísima, da acogida a un mosaico. Muestra a la Piedad. Debajo una inscripción con los versos del profeta - la foto de Felipe no puede recogerlos – pero son esas palabras de Jeremías: “Oh, vosotros que pasáis por el camino mirad y ved si hay dolor semejante a mi dolor”.

Las chicas, van a lo suyo, o sea o a la feria o la romería. Eso es lo de menos. El teléfono móvil en ese momento es la guía segura que marca, impera y manda. Se le obedece ciegamente. Su paso - el de las chicas -  firme, seguro; el momento plástico, impresionantemente bello. 

La iglesia de la Vera Cruz, de sabor y estilo popular ha experimentado varias reformas. La primera en 1888; los gastos 945 pesetas y 73 céntimos. Contribuyó el Obispo Spínola, el párroco, los vecinos y la fábrica de la parroquia; la segunda, en agosto de 1898, Se elevó el altar mayor, la nave principal, techos y tejados nuevos. El Estado aportó 5.452 pesetas 31 céntimos, 612 con 29 céntimos de los fieles. La tercera, 1913, a expensas de una colecta promovida para celebración de las Fiestas Constantinianas. La última, a finales del siglo XX.

Corre la leyenda que se levantó el templo con el dinero de la venta de los moriscos. Es algo harto difícil. Su construcción se inició en 1550; los moriscos fueron expulsados entre 1610 y 1614… Ya se sabe los ríos corren siempre para la mar. Hacia atrás, imposible. 

 

domingo, 24 de noviembre de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. ¿Otra Toscana?

                            


24 de noviembre, domingo. El macizo del Hacho cierra el paisaje de Álora por el poniente. Hablan que corta la trayectoria de las borrascas que entran por el golfo de Cádiz y por eso, aquí, pasan de largo y no llueve cuando lo hace en otros lugares con la dulzura como cuando “Dios, como dice el maestro Barbeito”, toca las cuerdas del arpa”.

Dicen, también, que no tiene poder sobre las Danas que traen en sus entrañas las ideas de satanás y por eso cuando descargan dejan ruina, desolación y muerte. Debe ser, seguro, por esas cosas que lleva siempre consigo aquel ángel caído que se llamaba Lucifer y nosotros lo conocemos por diablo.

Sobre el macizo, desde el monte Redondo, al que de niños subíamos porque desde allí se veía el mar, hasta la Cruz que se asoma al precipicio – a sus pies, recostado el pueblo – se columbran unas nubes, ¿y si son plumas de ángeles que lleva el viento, me pregunto? que van a alguna parte…

La erosión de siglos esparció la tierra suave y fértil desde las cumbres al río, porque es una ladera suave que baja hasta la orilla del Guadalhorce donde dejan sus aguas, pocas, eso sí, los arroyos de Acuña, de Catalina Díaz, el arroyo Hondo… Sí, ese que es tan viejo que en un tiempo los iberos de entonces construyeron una alfar y allí hacían tinajas de barro cocido para que los fenicios que subían, en su afán comercial, por el río, al regresar en su bajada camino del mar de Ulises, se llevasen aceite y vino…. ¡Qué cosas, ¿verdad!

El pueblo, que a todo pone nombre, a parte de esas tierras las llamó: la Viñuela del Soldado, los Pechos de la Villa, los Peñones de Juan Díaz, el Baece, Canca  - donde los romanos hicieron unas termas para deleite del cuerpo y de la tertulia pero que la desidia de algunos hombres no ha querido conservar -, Cabrera, Las Lomillas…

Ahora, porque la fantasía no tiene límites, Marilina que ve lo que todos miramos, pero solo ella ve, nos ha regalado una fotografía excelente: un cielo azul, un manto verde sobre la tierra fértil salpicada de olivos  y casas blancas y sin decir nada ha dejado un mensaje: “ahí queda eso”. Uno, vive inmerso en ese paisaje. Recuerda aquella canción de Mikis Theodorakis y Gloria Lasso: Luna de miel.

Manuela ha comentado la foto y en su opinión, le falta “denominación de origen para llamarla otra Toscana”. Me pregunto y no es chauvinismo, ¿y si aquella, salva las distancias y se mira en este espejo?


sábado, 23 de noviembre de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Piedad.

 

 

                                     


F. José Carlos Gil

 

23 de noviembre, sábado. La Piedad o Silencio. “Podemos hablar, dijo Manuel Alcántara, diferentes lenguas, pero todos hablamos el mismo silencio”. Es el tema más extendido del Orbe Católico

Una dolorosa angustiada no comprende la situación. Mira con preguntas sin respuestas el cuerpo del hijo muerto. Cristo reposa sobre la pierna izquierda de la madre; las manos, de María, abiertas, expresan una situación de enorme dolor. Impotencia, resignación.

“Oh, vosotros, dice el Jeremías, que pasáis por el camino mirad si hay dolor semejante al mi dolor”.  Cristo aparentemente dormido, brazos caídos; piernas semiflexionadas. Invita a la reflexión, a la ternura, a la meditación.

En Álora hizo su primera salida procesional en 1949 de la mano de Miguel Estrada Sánchez.  Desde los primeros momentos posee un carácter diferenciador: seriedad, espíritu de hermandad y religiosidad.

Arrancaron con treinta y tres hermanos. Carecían de todo: imagen, estatutos, enseres y trono; ricos, en ilusión. Conformanban dos filas de quince hermanos; sorteaban los puestos. Vestían traje oscuro, camisa blanca, corbata negra y guantes blancos. El puesto de ‘Hermano de calle’, en los tres primeros años, se cedía por la persona a quien había tocado en suerte a Miguel Estrada. Se resistía; lo aceptaba por obediencia.

El día del sorteo recogían las aportaciones. La cuota, quince pesetas (nueve céntimos de euro). Francisco Morilla Pérez reclutaba a los hombres de trono.  Acompañaba un tambor, y el ritmo de sordina lo marcaba Pedro Estrada. En años sucesivos  “El Tormento”, y “Zurrapilla”.  Posteriormente, Juan García Calvente y Antonio López Cobos.

José Carrasco Pérez consiguió la imagen en Olot. Años de espiritualidad. El traslado, por motivos profesionales, fuera del pueblo de los fundadores, la hace caer en el ostracismo.

En la década de los setenta, de la mano “de los niños del cura”, renace con fuerza inusitada. Vuelve a ser una de las cofradías emblemáticas de Álora.

La imagen primera se sustituyó por una talla de José Rosales. Se cedió, temporalmente, al pueblo de Arriate. Restaurada ha retornado a Álora. Anoche, tras la bendición, en procesión solemne, bajó a la Parroquia desde donde volverá a la Vera Cruz.  Se   inicia una nueva etapa. Suerte…



 

viernes, 22 de noviembre de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Cae la nieve

 

 

                                   


 Destrozos de la riada del río Guadalhorce, 29 de octubre 2024. Álora

 

29 de noviembre, viernes. El telediario ha puesto unas imágenes de Paris. Nieva copiosamente. París está blanco. Cae la nieve.  Tiene – siempre está bellísimo – hoy un encanto especial. Me acuerdo del Parque de Bolonia, de Monmartre – Montarmartre 1514, de sueños imposibles – de los Puentes del Sena, de...

Un muchacho siciliano, hijo de un minero emigrante en Bélgica escribió una balada preciosa allá por los años sesenta: “Cae la nieve”. Y dijo, entre notas dulces: “Y esta tarde no vendrás / cae la nieve / y mi amor de luto está… Y agregó: “Es como un cortejo / de lágrimas blancas / y el pájaro canta / las penas del alma“… El muchacho se llamaba y llama Salvatore Adamo.

En algunas tierras de España el agua de color turbio ha sembrado otro paisaje: muerte y ruina. Luto, desesperación. La muerte se ha adueñado de la Huerta Baja de Valencia, de la Albufera y de Letur.

En televisión uno de los que no han empatado con nadie ni distinguen un granado de un algarrobo (por decir algo) pontificaba justificando la no limpieza de los cauces “porque la vegetación -decía - y la maleza frena la velocidad del agua” (Tal cual, y ni se inmutó).

En las riberas del río Guadalhorce la cosa se ha quedado un poquito más corta. La muerte ha pasado de largo. Hemos tenido un algo de suerte. Solo daños materiales. Quizá por eso nos han pasado a segunda división.  Han llegado ayudas – o dicen que van a llegar – a los municipios para atender problemas que afectan a colectivos: caminos, captaciones de agua, fuentes, carreteras, redes eléctricas…

Los agricultores del Guadalhorce, abandonados a su suerte. No se ha abierto ninguna línea de ayuda.  Algunos sindicatos piden valoración de daños, pero a título informativo. (Vamos, que hagamos el trabajo y ellos lo publicitan en sus revistas). Ni la Administración Central ni la Autonómica, pasado el momento de la foto, se han movido ni han abierto lugares oficiales donde se pueda acudir para presentar su situación. No han habilitado técnicos que evalúen y valoren daños en cosechas, infraestructuras, arbolado…

Los agricultores jóvenes se han echado al campo. Limpian brozas, barro, árboles arrasados…. Hace unos días me entrevisté con un político defenestrado en las últimas elecciones. Me dio un consejo: “Haced una asociación de afectados y salid a los medios a estos – me agregó - solo les mueve el susto del escándalo”.  ¿Saben una cosa? Me limité a sonreir… ¿para qué seguir?

No sé si aún cae la nieve sobre Paris… Por aquí tenemos dos opciones: volver a empezar o…

 

 

 

 

 

 

jueves, 21 de noviembre de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nenúfares (Monet)

 


                  (Éste no es el cuadro subastado)

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. A vueltas con Monet

 

21 de noviembre, jueves. Irrumpió - fue uno de los creadores - en el movimiento impresionista, en 1874 en la que una exposición manifestó al mundo del arte que aparecía una nueva manera de pintar.

Los pintores se echaron a la calle. Buscaban paisajes, lugares y colores. Las estaciones de ferrocarril, los viajes, las riberas de los ríos y las orillas del mar; las praderas salpicadas de florecilla que bamboleaba el viento; la nieve en las montañas con diferentes tonalidades… pasaron de la naturaleza a los lienzos.

Trazos sueltos, edificios que emergen en la neblina, la mezcla de colores amarillos, marrones, el azul, el verde o incluso el rosa van a saltar a la vista del espectador que se acerca al cuadro y contempla y se recrea ante la otra de arte.

Un grupo de pintores, entre los que tuvo un lugar destacado Monet. salen al mundo exterior. Manet, Renoir, Degass, Pissarro… muestran un paisaje diferente al que hasta entonces se había enseñado desde los museos. La naturaleza llega al lienzo.

Algunos de ellos, en el caso de Monet, incluso se va a ir a vivir a una villa que adquiere a poco más de una hora de Paris. Hace su propio jardín, siembra sus propias flores, hace los parterres que cree que le van a servir de modelo y traza los estanques y riachuelos donde crecen los nenúfares. Esa villa se llama Giverny.

Una escena del cuadro, de Claude Monet, Nenúfares, se ha subastado en Nueva York por un precio excepcional 65,5 millones de dólares. El comprador, dicen, es de origen asiático. El récord en la subasta de obras Monet estaba en Pajar, que se vendió por 110, 7 millones de dólares en 2019. El segundo precio más alto alcanzado por otra suya, fue de 84,7 millones de dólares por una vista de Nenúfar de 1914 a 1917.

Monet comenzó a pintar la serie Nenúfares a finales de la década de 1890 y, poco a poco, perfeccionó la obra hasta finales de su vida. Esta escena subastada es un óleo sobre lienzo y cuenta con su firma estampada en el reverso y en el bastidor. El tamaño del cuadro es superior al metro de alto. Es la primera vez que esta escena de Nenúfares sale a subasta.

Claude Monet nació en Paris, 14 de noviembre de 1840 y murió en Giverny, en la Normandía francesa, en la ribera occidental del río Sena, el 5 de diciembre de 1926. Dicen que a penas tenía visión. La culpa un proceso de cataras… Sus cuadros están llenos de paz y sosiego para el alma.

 

 

 

 

 

miércoles, 20 de noviembre de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Hoja de otoño

 

 

                            

                                     



 

20 de noviembre, miércoles.- Hoy hemos estado en el estudio de Jaime Rittwagen. Jaime, tiene una madurez asombrosa. Jaime pinta la Málaga de cuando éramos niños. La de calle Compañía con tiendas de quincalla y jabón “Lagarto”, la del cine Duque y la de la gente que iba y venía, por calle Cuarteles, camino de la estación. Nos ha enseñado parte de la exposición que lleva a Barcelona. Mercedes le ha comprado un cuadro: “Un tranvía” para regalárselo, a Eduardo, su marido. “Un tranvía de sol con jardinera”, llamó mi maestro Alcántara, a esos tranvías que orillaban la playa contemplando “en los Baños del Carmen gran combate de sirenas y delfines”. Su maestro César González Ruano, estudiaba tercero de violetas; él, según contaba, entonces, segundo de jazmines; yo, desafortunadamente, sigo suspendiendo en primero de azahares…

 

El mar esta tarde estaba plácido. Sobre la Sierra de Mijas unas nubes oscuras, deshilachadas tapaban el sol dorado. Era el sol propio de los atardeceres de otoño. Nunca está el sol tan dulce como en los días cortos del otoño. A medida que se acerca el solsticio de invierno los días se acortan; se alargan las noches. El sol parece que no quiere irse. En el horizonte se dibujaba un barco de los grandes, de esos que vemos de lejos pero nunca sabemos ni de dónde vienen ni a dónde van.

 

Ya, de vuelta a la casa, releo los Pilares de la Tierra  de Kent Follet. Saco la misma conclusión: a pesar de que todo sale mal, el mundo marcha sin nosotros. En el último viaje a Madrid, en el Pasadizo de san Ginés, esquina con la calle del Arenal, encontré, en un librero de viejo, Historias de una taberna de Antonio Díaz-Cañabate. Llevaba tiempo tras su búsqueda. Me dio una gran alegría por reencontrar a dos amigos: a la obra y, al autor. En las altas horas de la madrugada le he vuelto a echar un vistazo. Tiene sabor, esencia, enjundia y casticismo. Como los vinos buenos -y va de tabernas- hay autores que no pierden con el tiempo. Puede sonar a tópico. No es el caso. A don Antonio lo conocí cuando compraba aquellos libros de, a cinco duros, que RTVE puso en marcha para aficionar al personal a lectura. Yo me las andaba, entonces, por la Escuela Normal. Cinco duros era mucho dinero y uno fue comprándose la colección con el sacrificio propio de quien estaba a la cuarta pregunta.

 

martes, 19 de noviembre de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Hoy

 

        

         


19 de noviembre, martes. El silbato del aparcacoches suena incesantemente. De vez en vez sobresale una voz ronca, aguardientosa: “hay hueco, hay hueco, continúen que hay hueco”.  Quiere orientar, desde la distancia, a los conductores que buscan y rebuscan. Cuando le parece grita: “hay cámaras ocultas, oigan, hay cámaras ocultas”: ¡Qué arte!

Esta madrugada, casi al amanecer, ha caído un chaparrón. La calle está mojada. Poca cosa – sigue el silbato de Antonio, porque el aparcacoches se llama Antonio, que sobresale sobre el ruido de la calle – y la calle se seca lentamente.

La gente se acerca, en un chorreo continuo, al cajero del banco. Hay quien saluda a alguien. Deben conocerse o simplemente es un gesto de buena urbanidad. Algunos modales se pierden con el tiempo. En Verbena de la Paloma don Hilarión cantaba aquello de hoy las “ciencias adelantan que es una barbaridad”. Pues si viese, usted, como han cambiado los tiempos…!

En la radio dicen que el tema de Muface obedece a dos objetivos: asfixiar a las comunidades en las que gobierna el PP y otra, apropiarse de unos fondos que, al parecer, tienen acumulado en ese ente que acoge a un montón de funcionarios. No sé, si además de esto que dicen hay alguna otra causa inconfesable.

Las imágenes que llegan de Valencia muestran que, poco a poco, recobran cierta normalidad en el aspecto exterior. Están limpias las calles, menos barro, fachadas y puertas que no existen, pero y por dentro ¿cómo está la gente de Valencia por dentro? A la ruina material se le ha unido una losa sobre sus almas. Hay mucha gente que, en la distancia, sufre con ellos. Eso quizá no les sirva de mucho pero ahí queda.

La terraza del bar de enfrente está llena de gente que desayuna. Mucha gente prefiere ir al bar a hacerlo en su casa. En casi todas las mesas: café, aceite, pan… El camarero va y viene. Como hace buen tiempo todavía hay quien prefiere sentarse en la calle a hacerlo dentro.

Ya han llegado los ‘pascueros’ a la tienda de enfrente. Los tienen expuestos en un carrito de ruedas que sacan a la calle para hacer picar a los transeúntes. Hay cosas que van inherentes a las fechas: crisantemos en los Santos, Pascueros en Navidad, Chumbos - en la esquina del Chismo, en verano… Ah, no, eso era antes, ya no, desde que … ya no hay chumbos – son las cosas que pasan en la noria de la vida.

La prensa escrita habla de cambio de cromos en Bruselas, de la vuelta de los Reyes a Valencia, Putin firma un decreto que permite el uso más amplio de las armas nucleares… Nadal, está en Málaga.

“Hay hueco, hay hueco” dice el aparcacoches...

 

lunes, 18 de noviembre de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Sol

 


18 de noviembre, lunes. Un hervidero de gente constante. Sube, baja; va o viene; pasea... Da lo mismo. Ríos humanos, desde Gran Vía por Preciados, por la calle de la Montera o por la  del Carmen; desde el Palacio Real, por Opera y la calle del Arenal; desde el barrio de las Letras, por la Carrera de San Jerónimo; desde la calle Mayor… 

Ha cambiado desde sus orígenes una barbaridad. ¿Por qué Puerta del Sol? Hay para todos. Unos opinan que era una puerta abierta en la muralla primitiva al lugar por donde sale cada mañana la luz que alumbra el día; otros, que era por un sol ‘pintado’ sobre la puerta…  Muy pocas veces, tres letras “SOL” dan tanto.

En uno de sus laterales, conforme se entra en la calle Mayor, estaba el convento de San Felipe, “el Real”. En su escalinata tomaba asiento el mayor mentidero de Madrid. Entonces ni había prensa pesebrera, ni redes sociales, ni telefonía para trasmitir chismes. Solo una cosa ha pervivido: había tantos sinvergüenzas y vividores como ahora, proporcionalmente, claro.

Por esa escalinata dicen que pasaban – es un decir – Lope de Vega, Cervantes, Tirso de Molina, Calderón o Quevedo. Probablemente entre ellos hablaban poco. La rencilla, el odio y el desprecio entre sí era proporcionalmente inverso a la calidad de sus obras. Algunas aún no se han superado. Aquella España de miseria, hambre y pobreza tenía…. ¡su siglo de Oro!

En uno de los laterales, un edificio emblemático. Dicen que en su construcción intervino el diablo. Por lo que vino después a lo mejor esa sospecha puede tener algo de veracidad. Fue Ministerio del Interior, Comisaría de Policía o Dirección General de Seguridad donde se torturó a mucha gente… En la actualidad alberga la sede de Comunidad de Madrid. En su puerta, desde el kilómetro cero se miden las distancias de las carretera radiales de España, o la numeración de las calles de la capital; en su cumbre el reloj que anuncia que entra un nuevo año.

Se cuenta que siendo Dirección General de Seguridad. En una redada,  época de Franco, casi al final, detiene a Dionisio Ridruejo que ya discrepaba del Régimen.

- Hombre, don Dionisio, le pregunta , el comisario de servicio, usted que escribió “volverán banderas victoriosas” y esta noche, aquí ante mí…

- Por eso, por eso… respondió.

Sol. Gente que va y viene, que llena a cualquier hora del día la plaza, lugar al que se acude como a una llamada totémica. 

domingo, 17 de noviembre de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El ángel caído

 

 


17 de noviembre, domingo. El parque del Retiro es una de las joyas de Madrid. Tiene cerca de 20 hectáreas. En un principio fue mayor pero la Reina Isabel II vendió una parte de terrero para hacer tesorería. Lo creó el conde-Duque de Oivares para disfrute de Felipe IV. Hoy pertenece al Ayuntamiento de Madrid.

El parque tiene una superficie arbolada, con ejemplares únicos en longevidad, en variedad y por su origen. En sí es un gozo su contemplación. Agrega además lugares excepcionales como el Estanque, el Palacio de Cristal, la Rosaleda de Cecilio Rodríguez, el Bosque que recuerda a los asesinados en el atentado del 11-M… y una gran muestra de fuentes y monumentos. Quizá el más original de todos sea el que representa al “Ángel caído” obra de Bellver en honor de Lucifer.

Si se entra por la  puerta que conduce a la  rotonda que hay entre el paseo del Duque de Fernán Núñez y el paseo de Cuba lleva directamente al monumento. Es la única estatua del mundo dedicada al ángel rebelde.

Según la obra de Milton, El paraíso perdido, Lucifer era uno de los ángeles con mayor rango del cielo, “el portador de la luz” pero de un orgullo y envidia de tal magnitud que le llevaron a luchar contra del mismo Dios y como consecuencia fue expulsado y condenado al infierno.

Su colación en el Retiro supuso muchas controversias sobre todo entre la gente religiosa que se oponía a levantar una estatua en honor del diablo. El monumento encierra, además, algunos ‘secretos’. Durante años se ha dicho que la estatua se erige en un lugar elevado, 666 metros sobre el nivel del mar. No es exactamente así, pero se le acerca mucho. Madrid está a 650 metros de altitud. Mediciones posteriores le conceden,  665, 424 metros . La aproximación es casi exacta. ¿Se ha movido el terreno? ¿Lo sabían al colocarla?

Según la Biblia, en el Apocalipsis, se advierte que el 666 es el número de la “bestia” habitualmente relacionado con Satanás y el anticristo. La estatua muestra a Lucifer arrastrado por una serpiente hacia el abismo. La serpiente tiene siete cabezas. En la Biblia, el número siete suele representar la perfección, aunque también puede expresar la perfección del mal o del sumo mal. ¿Tienen algo que ver algo con esto la serpiente del monumento?

Hay, al parecer, otros monumentos en esta línea en otros países del mundo, pero los amantes de las ciencias exotéricas dicen que el del Retiro es el único que claramente rinde reconocimiento a Lucifer…

sábado, 16 de noviembre de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Hasta siempre, amigo




16 de noviembre, sábado. A mediodía me he llevado el mazazo. Las aguas del río están turbulentas. Las del río que va por la vega al mar “que es el morir”, ya sabes, y las del otro. Me siento delante del papel en blanco. Tengo frío por dentro. Echo mano de tus libros: abro, leo, releo, escribo:

350 AÑOS. Al Señor de las Torres (1991)

“Trescientos cincuenta años

punzando tu sien divina,

bajo los tirabuzones,

tosca corona de espinas”.

                                     (Álora Eterna…1992)

HOY

“Quizá mañana sea tarde.

Hazlo hoy”.

                              (En carne viva, 2010)

CAMINOS

“Me reconforta soñar

revolera de caminos

que no tengan más destino

que la meta de la paz”.

                         (Calidoscopio, 2006)

FLAMENQUERÍAS

“En este mundo tan falso

no tengo mayor tesoro

que mi soledad de oro.

Con ella me he desposado”.

                            (Del agua enamorada. 1994)

ABDICACIÓN

“Por tener los ojos cansados

de tanto otear caminos.

Al amor que nunca vino

ya le he puesto el epitafio”

                             (Verdad desnuda, 2017)

A NINGUNA PARTE

“Redoblan los tambores. La cruz-guía

marca el itinerario doloroso

del beso que se fue a ninguna parte”.

                            (Rosa pálido, 2008)

CUANDO QUIERAS

“Creo haber representado

en el teatro del mundo

con fe y ahínco profundo

aquel papel asignado.

Ahora, ya viejo y cansado,

me dirijo a Ti, Señor,

por si el último favor

concederme a bien tuvieras:

Que me llames cuando quieras…

¡Cuánto más pronto mejor”

                   (67 Décimas, 2012) 

Gracias Antonio, Antonio Vergara, que se nos fue un día de otoño de tiempo revuelto.  Ahora se fumará, no sabemos dónde, la otra mitad puro que siempre guardaba para luego…

- Deja el tabaco, era la manera de despedirnos cada vez que te veía.

- “Eso mismo, me dice el médico, pero yo no le hago caso…”