sábado, 30 de noviembre de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Noviembre dice adiós
30 de noviembre, sábado.- Cada día se crispa más la situación política. (Y las relaciones humanas) Me pregunto si tienen sentido muchas cosas en este mundo que me ha tocado vivir. Opto por no ver lo telediarios. No quiero que me suba eso que, en ocasiones, se nos viene a la garganta nos lo agría todo.
Hace una temperatura impropia de las fechas que dice el calendario. Esta mañana he cogido el coche y me he ido a dar una vuelta. Las lluvias de hace unos días han hecho que rebrote el campo; en otros lugares arañan las lomas y parecen lienzos de Benjamín Palencia. La temperatura supera con creces los veinte grados. En la barra del bar mientras tomaba un café alguien ha comentado:
- El frío
tiene que venir – ha dicho.
- Sí, cuando haga daño, - ha comentado otro – como el agua, mucha a destiempo y mal.
Las imágenes del río y las que vienen de Valencia son otra cosa. Dan pánico ver lo que la Dana nos ha dejado encima. No hay que culpar solamente al tiempo. La soberbia, unida a sus deficiencias, de algunos hombres irresponsables tiene también mucho que decir. De nada valen las lamentaciones. Pero no hay que preocuparse, dentro de nada “vuelta la burra al trigo”. Al tiempo.
Hace unos días me compré la Rapsodia Española. Antonio Burgos acierta de pleno. Publica parte de la historia de España que corrió por una tierra hambrienta de libertad y sueños, (y de hambre de pan, también) después de una posguerra de dureza y, trae a mano, a poetas (algunos) que no aparecen en las Antologías pero que viven en el sentir del pueblo. A pesar de lo voluminoso del texto, más de quinientas páginas, es uno de esos libros que se leen con sumo agrado.
Repaso una época en la que uno veía el mundo de otro color. Es más, aún creía que algunas cosas irían a mejor. No hemos aprendido casi nada. O muy poco. Es lo que hay. Se ve gente que pontifica de los divino y de lo humano y, a veces, pienso, si de verdad me creen con ese grado estulticia para que pueda aceptar el sermón que me predican.
En el borde
del camino se ha levando una pareja de pájaros perdices. Erguidos; la cabeza en alto. Han cruzado casi
andando, ligeros pero confiados. Estos pájaros aún no los han tiroteado. Después,
han levando el vuelo y mimetizados sobre la tierra labrada, se han perdido en
la lejanía.
viernes, 29 de noviembre de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. ¿Pintoresca? No, lo otro
29 de noviembre, viernes.
Puede ser la calle más fotografiada del pueblo; puede ser una de las calles más
pendientes de la localidad; puede ser ese lugar que uno recuerda siempre por su
nombre o por su orografía… Puede ser eso y muchas cosas más. De lo que sí puede
presumir, también, es que como ella no hay ninguna.
La calle Negrillos comienza en la de Atrás
y termina en la calle Nueva. Por el Norte, bajo el cielo casi siempre azul, desde
su suelo puede verse como El Hacho, ese monte emblemático de Álora que parece
un gigante dormido mientras esparce los vientos; por el Este, a sus pies el Bajondillo
y el arroyo de la Tenería que recuerdan otros tiempos.
La parte ocupada por las primeras casas, es entre llana; pero las demás están casi en pie de manera que una se apoyarse en la otra para procurase un descanso que le haga ver cómo pasa el tiempo y la gente que osa bajar – luego, si se retorna por el mismo lugar- porque hay que subirla.
Es una de las más pendientes de la población. Tiene sello propio. Su nombre primero fue de Cerrillo existiendo asientos de Escrituras que alcanzan a 1551. Según publicó don Antonio Bootello en la Hojita Parroquial debe el nombre a las comparsas que salían de aquella calle con las caras pintadas para regocijos públicos. En un asiento de 21 de junio de 1673 se impone un censo sobre una casa, con el número 6 de dicha calle. El 23 de octubre de 1869 el Ayuntamiento acuerda cambiarle el nombre por el de Alcolea, acuerdo que no sale del Libro Capitular.
Tiene raigambre histórica más vieja. Antes de aparecer en las Actas y en los libros capitulares se sabe que en su suelo (existen dos ‘cerrillos’, este del que hablamos y el de ‘poco pan” que ayudó al nacimiento de la calle Erillas, por eso, porque el pan era poco…, pero eso para otro día) les digo, porque según los cronistas de la toma del castillo de las Torres las tropas de los Reyes Católicos asentaron la artillería.
Enfrente,
sobre el cerro al que da nombre, el castillo. Es el vecino inmóvil, testigo de una
historia que llevó a Álora a lo más granado de la poesía épica en la Literatura
española (Álora, la bien cerdada…). Sus murallas no pudieron resistir el
acoso de la artillería castellana emplazada en el solar que hoy ocupa la calle
Negrillos, aunque su nombre haya permanecido durante siglos en un silencio que parece
olvido.
jueves, 28 de noviembre de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Granada será tu cruz
28 de noviembre, jueves. Iba desde
el Campo de Gibraltar a Granada. En la serranía de Ronda, cerca de Gaucín a
donde pensaba vender libros, en 1536, se encuentra un niño descalzo por el
camino. Le dice que sus alpargatas no le están bien y lo carga sobre sus hombros.
Llegan la fuente de la Adelfilla. El Niño se transforma y le dice: “Granada, será
tu cruz”. Y desaparece.
El hombre había tenido una vida
azarosa desde sus comienzos. Fijan su nacimiento en Montemor -o- Novo
(Portugal); otros, en Casarrubios del Monte (Toledo), hijo de padre judío y de
madre cristiana. Ese trastoque podía ser una maniobra para despistar porque no
era ‘cristiano viejo”.
A los doce años está de pastor
en tierras toledanas. Luego, se enrola en los ejércitos de su tiempo. Participa
en batallas e incluso se salva de la horca en el último momento por chiripa. Vuelve
a Portugal, se va para África, y sirve en Ceuta, entonces portuguesa, a la
familia Almeyda, desterrados por el rey de Portugal. Eran tan pobres como él,
pero los socorre y sobreviven.
Se vuelve para España. En
Granada vende libros, pide limosnas. Escucha predicar a Juan de Ávila. Da un
giro a su vida. Socorre a los necesitados. Se pasea desnudo. Lo tachan de loco.
Aloja a los pobres – que en aquel tiempo eran muchos; ahora, también – en casas
de quienes le ayudaban a él. Lo encierran.
Una vez fuera del hospital
decide ir a Guadalupe. Profundiza en su idea de fundar casas de acogidas para
locos, pobres, enfermos, necesitados y expulsados de la sociedad. Concibe la
idea de fundar una Orden hospitalaria. A la primera fundación le sigue otra en
la Cuesta de Gomérez. Conoce a Antón Martín – el de la plaza, calle y estación de
Metro de Madrid – que había ido Granada para vengar la muerte de su hermano. Recapacita
y se une a él. Luego vienen otros, y muchos otros más.
Salen al encuentro de los necesitados.
Los acogen sin poner condiciones. “Todo necesitado tiene derecho a ser atendido”.
Desarrollan métodos pioneros para aquel tiempo. Respetan la dignidad de las personas.
Son sensibles, humanos y, sobre todo, cristianos.
Muere en 1550 con cincuenta y
cinco años. Lo entierran en el Carmen de los Mínimos. Sus restos permanecen
allí hasta el 28 - tal día como hoy - de noviembre de 1664. Posteriormente, los
trasladan a la Basílica que habían construido con su nombre. Hablamos de San
Juan de Dios, fundador de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.
miércoles, 27 de noviembre de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Han llegado los pichis
27 de
noviembre.
Nos las andamos con la resaca de la riada que se ha llevado por delante mucho
de la economía de la zona y demasiadas ilusiones. Por cierto, de ayudas de la
Administración Central y de la Junta de Andalucía para agricultores de Álora, hasta
el día de hoy, nada de nada. Se puede decir más alto. ¿Más claro?, aunque
cuando se ve lo de Valencia uno hasta siente sonrojo de decir estas cosas…
Los que
sí han llegado han sido los pichis. Suena a chotis y a Celia Gámez, pero no. No
va por ahí la cosa. Me refiero a esos pajarillos diminutos que aparecen cada
año cuando tienen que hacerlo, o sea en otoño.
Vienen
de los países fríos del norte de Europa. De esos lugares donde se congelan las
aguas por las noches – aquí se han empeñado en congelarnos el alma y van camino
de conseguirlo – y al amanecer las fuentes no echan agua y los chorros son
estalactitas que penden sobre los pilares.
Los
pichis buscan las tierras cálidas del sur. Son sociables y poco temerosos.
Tienen la pecherilla con una capa de plumas color anaranjado. Les da una
pincelada preciosa de color en contraste con el resto de su plumaje grisáceo.
Tienen pico fino (es un insectívoro). Oculto entre los naranjos, durante un
rato he escuchado el canto monocorde del carbonerillo común – el pajarito del
agua –, ese que anuncia si va a llover según nos conviene creerlo o no.
Mientras yo me las andaba en mis cosas, él, un
pichi forastero que se ha presentado sin avisar, con vuelos cortos y breves - del
suelo a las ramas bajeras - ha estado un
rato conmigo. Parecía como que me pedía explicaciones del porqué de muchas
cosas y esperaba que yo le contase algo.
Hacía
un día raro. Nubes altas, muy altas. Iban o venían. No lo sé. El hombre del
tiempo ha informado de no sé qué borrasca que está sobre las Islas Británicas y
nos manda aire frío pero, realmente no hacía frio ni viento. Verdeguean
algunas lomas; en otras, la gente se ha puesto a sembrar y ha aparecido el
color ocre…. Ya se sabe “por San Andrés ni a tu padre se las des ni quince días
antes ni quince días después”.
El
refranero tiene cosecha en el mes noviembre con abundancia. Estamos a la espera
de los “vareaores” de San Andrés que si no vienen antes, vienen después.
Los que sí han venido han sido los pichis y los podadores municipales que han
dejado desplumado al ficus gigante del parque y a los pajarillos sin lugar para
pasar la noche…
martes, 26 de noviembre de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El tiempo avanza al compás del silencio
Málaga. Alameda Principal
26 de noviembre, martes. Málaga,
después de la conquista, tuvo un crecimiento urbano que la sobrepasó el límite
impuesto por las murallas y por el río Guadalmedina. Desde el XVII al XIX fue muy importante para su
economía la industria, los productos agrícolas comercializados desde el puerto
y, luego, con el ferrocarril.
El campo malagueño sufrió un
parón demasiado grande con la aparición de la filoxera; las crisis industriales
a causa de la carencia de materias primas y la competencia con otras zonas
influyeron, también, en gran manera. Aquella sociedad vio a su siderurgia, que
en algunos momentos había roto moldes, languidecer hasta llegar a su
desaparición.
Los cultivos de viñedos, solo recuerdos.
La exportación de la pasa y los vinos dejaron paso a otros nuevos,
principalmente, de cítricos de su Hoya (los cereales estaban en la llanura de
la vega antequerana que, en su paroxismo, se autoproclamaron “nodriza de
Málaga”) algo de almendras y aceites.
Las riadas periódicas del
Guadalmedina hasta su encauzamiento con las construcción del pantano del
Agujero sembraban de muerte barrios pobres y deprimidos como el Perchel, la
Trinidad e incluso el “Bulto” – barrio más de pescadores – al que también ahogaba
la carencia de pesca de bajura en la Bahía. Los barcos cada vez tenían que ir a
buscarla más lejos y las traíñas tenían más de pintorescas que de apoyos a la
economía.
El XX vino marcado por las
Guerra de África y por Guerra Civil. Luego, en la segunda mitad, la presencia
del turismo propició un viraje muy importante. Málaga comenzaba a dejar de ser
una ciudad provinciana alejada de las fuentes del poder económico y financiero.
En la Hoya de Málaga se
expandieron los cultivos de cítricos. El Plan Guadalhorce pretendía regar un
número de hectáreas a las que no se llegó ni por asomo. Riegos obsoletos, carencias
de inversiones y planificaciones nefastas unidas a varias inundaciones han puesto aún más el pie en el cuello a una
economía de difícil salida.
El turismo ha propiciado una
calle ininterrumpida desde Estepona a Nerja con una conurbación de disparates
urbanísticos clamorosos. La falta de estudios rigurosos ha sembrado la Axarquía
de productos subtropicales exigentes en agua, algo de lo que se carece en los
momentos precisos, o arrasa en otros. Se han disparado los precios de la
vivienda, no se ha planificado el suelo, las comunicaciones van por detrás de
las exigencias y a lo mejor, no nos estamos dando cuenta, que este crecimiento
puede ser pernicioso porque las plagas como el tiempo llegan en silencio y corre el peligro de empujar a un precipicio que conduzca a
la muerte de éxito.
Al cumplirse casi el cuarto de
siglo del XXI, las circunstancias y los hombres marcarán el futuro…
lunes, 25 de noviembre de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Vera Cruz
25 de noviembre, lunes. Escribió
Gerardo Diego unos versos bellísimos al Duero. Sí, ese río que nace en los
Picos de Urbión, cerca de la Laguna negra, pasa por Soria, Aranda… y luego se
va a Portugal y entra bajo un puente por Miranda - do Douro - donde
decía Saramago que los peces no presentaban el pasaporte porque nadaban por
aguas suyas…
A lo que iba. Escribió: Río
Duero, río Duero / nadie a acompañarte baja; / nadie se detiene a oír tu eterna
estrofa de agua…, y agregaba: indiferente o cobarde, la ciudad, / vuelve la
espalda..” No es el caso porque no se trata del Duero ni de ningún otro río. Es
la esquina de la Vera Cruz. Un transeúnte revuelve hacia el Camino Nuevo. El
Duero, por Soria, aunque lejos, sabemos que va al mar. ¿Adónde ira ese hombre
solo tan de mañana?
La veleta apunta a Levante;
nubes de tránsito. No dan agua. Como tiene que ser cuando el aire viene de ese
sitio que, en verano, temprano pone el día muy nublado, pero luego, a medida
que entra, abre.
La pared, blanquísima, da
acogida a un mosaico. Muestra a la Piedad. Debajo una inscripción con los
versos del profeta - la foto de Felipe no puede recogerlos – pero son esas
palabras de Jeremías: “Oh, vosotros que pasáis por el camino mirad y ved si hay
dolor semejante a mi dolor”.
Las chicas, van a lo suyo, o sea o a la feria o la romería. Eso es lo de menos. El teléfono móvil en ese momento es la guía segura que marca, impera y manda. Se le obedece ciegamente. Su paso - el de las chicas - firme, seguro; el momento plástico, impresionantemente bello.
La iglesia de la Vera Cruz, de sabor y estilo popular ha experimentado varias reformas. La primera en 1888; los gastos 945 pesetas y 73 céntimos. Contribuyó el Obispo Spínola, el párroco, los vecinos y la fábrica de la parroquia; la segunda, en agosto de 1898, Se elevó el altar mayor, la nave principal, techos y tejados nuevos. El Estado aportó 5.452 pesetas 31 céntimos, 612 con 29 céntimos de los fieles. La tercera, 1913, a expensas de una colecta promovida para celebración de las Fiestas Constantinianas. La última, a finales del siglo XX.
Corre la leyenda que se
levantó el templo con el dinero de la venta de los moriscos. Es algo harto
difícil. Su construcción se inició en 1550; los moriscos fueron expulsados
entre 1610 y 1614… Ya se sabe los ríos corren siempre para la mar. Hacia atrás,
imposible.
domingo, 24 de noviembre de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. ¿Otra Toscana?
24 de noviembre, domingo. El
macizo del Hacho cierra el paisaje de Álora por el poniente. Hablan que corta
la trayectoria de las borrascas que entran por el golfo de Cádiz y por eso,
aquí, pasan de largo y no llueve cuando lo hace en otros lugares con la dulzura
como cuando “Dios, como dice el maestro Barbeito”, toca las cuerdas del arpa”.
Dicen, también, que no tiene
poder sobre las Danas que traen en sus entrañas las ideas de satanás y por eso
cuando descargan dejan ruina, desolación y muerte. Debe ser, seguro, por esas
cosas que lleva siempre consigo aquel ángel caído que se llamaba Lucifer y nosotros
lo conocemos por diablo.
Sobre el macizo, desde el monte
Redondo, al que de niños subíamos porque desde allí se veía el mar, hasta la
Cruz que se asoma al precipicio – a sus pies, recostado el pueblo – se
columbran unas nubes, ¿y si son plumas de ángeles que lleva el viento, me
pregunto? que van a alguna parte…
La erosión de siglos esparció
la tierra suave y fértil desde las cumbres al río, porque es una ladera suave
que baja hasta la orilla del Guadalhorce donde dejan sus aguas, pocas, eso sí,
los arroyos de Acuña, de Catalina Díaz, el arroyo Hondo… Sí, ese que es tan
viejo que en un tiempo los iberos de entonces construyeron una alfar y allí
hacían tinajas de barro cocido para que los fenicios que subían, en su afán
comercial, por el río, al regresar en su bajada camino del mar de Ulises, se
llevasen aceite y vino…. ¡Qué cosas, ¿verdad!
El pueblo, que a todo pone
nombre, a parte de esas tierras las llamó: la Viñuela del Soldado, los Pechos
de la Villa, los Peñones de Juan Díaz, el Baece, Canca - donde los romanos hicieron unas termas para
deleite del cuerpo y de la tertulia pero que la desidia de algunos hombres no
ha querido conservar -, Cabrera, Las Lomillas…
Ahora, porque la fantasía no
tiene límites, Marilina que ve lo que todos miramos, pero solo ella ve, nos ha
regalado una fotografía excelente: un cielo azul, un manto verde sobre la
tierra fértil salpicada de olivos y
casas blancas y sin decir nada ha dejado un mensaje: “ahí queda eso”. Uno, vive
inmerso en ese paisaje. Recuerda aquella canción de Mikis Theodorakis y Gloria
Lasso: Luna de miel.
Manuela ha comentado la foto y
en su opinión, le falta “denominación de origen para llamarla otra Toscana”. Me
pregunto y no es chauvinismo, ¿y si aquella, salva las distancias y se mira en
este espejo?
sábado, 23 de noviembre de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Piedad.
F. José Carlos Gil
23 de noviembre, sábado. La Piedad o
Silencio. “Podemos hablar, dijo Manuel Alcántara, diferentes lenguas, pero
todos hablamos el mismo silencio”. Es el tema más extendido del Orbe Católico
Una dolorosa angustiada no comprende la
situación. Mira con preguntas sin respuestas el cuerpo del hijo muerto. Cristo
reposa sobre la pierna izquierda de la madre; las manos, de María, abiertas,
expresan una situación de enorme dolor. Impotencia, resignación.
“Oh, vosotros, dice el Jeremías, que pasáis
por el camino mirad si hay dolor semejante al mi dolor”. Cristo aparentemente dormido, brazos caídos;
piernas semiflexionadas. Invita a la reflexión, a la ternura, a la meditación.
En Álora hizo su primera salida procesional en 1949 de la mano de
Miguel Estrada Sánchez. Desde los
primeros momentos posee un carácter diferenciador: seriedad, espíritu de
hermandad y religiosidad.
Arrancaron con treinta y tres hermanos. Carecían de todo: imagen, estatutos, enseres y trono; ricos, en ilusión. Conformanban dos filas de quince hermanos; sorteaban los puestos. Vestían traje oscuro, camisa blanca, corbata negra y guantes blancos. El puesto de ‘Hermano de calle’, en los tres primeros años, se cedía por la persona a quien había tocado en suerte a Miguel Estrada. Se resistía; lo aceptaba por obediencia.
El día del sorteo recogían las aportaciones. La cuota, quince
pesetas (nueve céntimos de euro). Francisco Morilla Pérez reclutaba a los
hombres de trono. Acompañaba un tambor,
y el ritmo de sordina lo marcaba Pedro Estrada. En años sucesivos “El Tormento”, y “Zurrapilla”. Posteriormente, Juan García Calvente y Antonio
López Cobos.
José Carrasco Pérez consiguió la imagen en Olot. Años de
espiritualidad. El traslado, por motivos profesionales, fuera del pueblo de los
fundadores, la hace caer en el ostracismo.
En la década de los setenta, de la mano “de los niños del cura”, renace
con fuerza inusitada. Vuelve a ser una de las cofradías emblemáticas de Álora.
La
imagen primera se sustituyó por una talla de José Rosales. Se cedió,
temporalmente, al pueblo de Arriate. Restaurada ha retornado a Álora. Anoche,
tras la bendición, en procesión solemne, bajó a la Parroquia desde donde
volverá a la Vera Cruz. Se inicia una nueva etapa. Suerte…
viernes, 22 de noviembre de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Cae la nieve
29 de noviembre, viernes. El telediario ha puesto unas imágenes de Paris. Nieva copiosamente. París está blanco. Cae la nieve. Tiene – siempre está bellísimo – hoy un encanto especial. Me acuerdo del Parque de Bolonia, de Monmartre – Montarmartre 1514, de sueños imposibles – de los Puentes del Sena, de...
Un muchacho siciliano, hijo de un minero emigrante en Bélgica escribió una balada preciosa allá por los años sesenta: “Cae la nieve”. Y dijo, entre notas dulces: “Y esta tarde no vendrás / cae la nieve / y mi amor de luto está… Y agregó: “Es como un cortejo / de lágrimas blancas / y el pájaro canta / las penas del alma“… El muchacho se llamaba y llama Salvatore Adamo.
En algunas tierras de España el agua de color turbio ha sembrado otro paisaje: muerte y ruina. Luto, desesperación. La muerte se ha adueñado de la Huerta Baja de Valencia, de la Albufera y de Letur.
En televisión uno de los que no han empatado con nadie ni distinguen un granado de un algarrobo (por decir algo) pontificaba justificando la no limpieza de los cauces “porque la vegetación -decía - y la maleza frena la velocidad del agua” (Tal cual, y ni se inmutó).
En las riberas del río Guadalhorce la cosa se ha quedado un poquito más corta. La muerte ha pasado de largo. Hemos tenido un algo de suerte. Solo daños materiales. Quizá por eso nos han pasado a segunda división. Han llegado ayudas – o dicen que van a llegar – a los municipios para atender problemas que afectan a colectivos: caminos, captaciones de agua, fuentes, carreteras, redes eléctricas…
Los agricultores del Guadalhorce, abandonados a su suerte. No se ha abierto ninguna línea de ayuda. Algunos sindicatos piden valoración de daños, pero a título informativo. (Vamos, que hagamos el trabajo y ellos lo publicitan en sus revistas). Ni la Administración Central ni la Autonómica, pasado el momento de la foto, se han movido ni han abierto lugares oficiales donde se pueda acudir para presentar su situación. No han habilitado técnicos que evalúen y valoren daños en cosechas, infraestructuras, arbolado…
Los agricultores jóvenes se han echado al campo. Limpian brozas, barro, árboles arrasados…. Hace unos días me entrevisté con un político defenestrado en las últimas elecciones. Me dio un consejo: “Haced una asociación de afectados y salid a los medios a estos – me agregó - solo les mueve el susto del escándalo”. ¿Saben una cosa? Me limité a sonreir… ¿para qué seguir?
No sé si aún cae la nieve sobre Paris… Por
aquí tenemos dos opciones: volver a empezar o…
jueves, 21 de noviembre de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. A vueltas con Monet
21
de noviembre, jueves. Irrumpió - fue uno
de los creadores - en el movimiento impresionista, en 1874 en la que una
exposición manifestó al mundo del arte que aparecía una nueva manera de pintar.
Los
pintores se echaron a la calle. Buscaban paisajes, lugares y colores. Las
estaciones de ferrocarril, los viajes, las riberas de los ríos y las orillas del
mar; las praderas salpicadas de florecilla que bamboleaba el viento; la nieve
en las montañas con diferentes tonalidades… pasaron de la naturaleza a los
lienzos.
Trazos
sueltos, edificios que emergen en la neblina, la mezcla de colores amarillos,
marrones, el azul, el verde o incluso el rosa van a saltar a la vista del
espectador que se acerca al cuadro y contempla y se recrea ante la otra de
arte.
Un
grupo de pintores, entre los que tuvo un lugar destacado Monet. salen al mundo
exterior. Manet, Renoir, Degass, Pissarro… muestran un paisaje diferente al que
hasta entonces se había enseñado desde los museos. La naturaleza llega al
lienzo.
Algunos
de ellos, en el caso de Monet, incluso se va a ir a vivir a una villa que
adquiere a poco más de una hora de Paris. Hace su propio jardín, siembra sus
propias flores, hace los parterres que cree que le van a servir de modelo y
traza los estanques y riachuelos donde crecen los nenúfares. Esa villa se llama
Giverny.
Una
escena del cuadro, de Claude Monet, Nenúfares, se ha subastado en Nueva
York por un precio excepcional 65,5 millones de dólares. El comprador, dicen,
es de origen asiático. El récord en la subasta de obras Monet estaba en Pajar,
que se vendió por 110, 7 millones de dólares en 2019. El segundo precio más alto alcanzado por otra suya, fue de
84,7 millones de dólares por una vista de Nenúfar de
1914 a 1917.
Monet comenzó a pintar
la serie Nenúfares a finales de la década de 1890 y, poco a poco, perfeccionó
la obra hasta finales de su vida. Esta escena subastada es un óleo sobre lienzo y cuenta con su firma
estampada en el reverso y en el bastidor. El tamaño del cuadro es superior al
metro de alto. Es la primera vez que esta escena de Nenúfares sale
a subasta.
Claude Monet nació en Paris, 14 de noviembre de 1840 y murió en Giverny, en
la Normandía francesa, en la ribera occidental del río Sena, el 5 de diciembre
de 1926. Dicen que a penas tenía visión. La culpa un proceso de cataras… Sus
cuadros están llenos de paz y sosiego para el alma.
miércoles, 20 de noviembre de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Hoja de otoño
20 de
noviembre, miércoles.- Hoy hemos estado en el estudio de Jaime Rittwagen.
Jaime, tiene una madurez asombrosa. Jaime pinta
El mar esta tarde estaba plácido.
Sobre la Sierra de Mijas unas nubes oscuras, deshilachadas tapaban el sol
dorado. Era el sol propio de los atardeceres de otoño. Nunca está el sol tan
dulce como en los días cortos del otoño. A medida que se acerca el solsticio de
invierno los días se acortan; se alargan las noches. El sol parece que no
quiere irse. En el horizonte se dibujaba un barco de los grandes, de esos que
vemos de lejos pero nunca sabemos ni de dónde vienen ni a dónde van.
Ya, de vuelta a la casa, releo los Pilares
de la Tierra de Kent Follet. Saco la
misma conclusión: a pesar de que todo sale mal, el mundo marcha sin nosotros.
En el último viaje a Madrid, en el Pasadizo de san Ginés, esquina con la calle
del Arenal, encontré, en un librero de viejo, Historias de una taberna
de Antonio Díaz-Cañabate. Llevaba tiempo tras su búsqueda. Me dio una gran
alegría por reencontrar a dos amigos: a la obra y, al autor. En las altas horas
de la madrugada le he vuelto a echar un vistazo. Tiene sabor, esencia, enjundia
y casticismo. Como los vinos buenos -y va de tabernas- hay autores que no
pierden con el tiempo. Puede sonar a tópico. No es el caso. A don Antonio lo
conocí cuando compraba aquellos libros de, a cinco duros, que RTVE puso en
marcha para aficionar al personal a lectura. Yo me las andaba, entonces, por
martes, 19 de noviembre de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Hoy
19 de noviembre, martes. El
silbato del aparcacoches suena incesantemente. De vez en vez sobresale una voz
ronca, aguardientosa: “hay hueco, hay hueco, continúen que hay hueco”. Quiere orientar, desde la distancia, a los
conductores que buscan y rebuscan. Cuando le parece grita: “hay cámaras
ocultas, oigan, hay cámaras ocultas”: ¡Qué arte!
Esta madrugada, casi al
amanecer, ha caído un chaparrón. La calle está mojada. Poca cosa – sigue el
silbato de Antonio, porque el aparcacoches se llama Antonio, que sobresale
sobre el ruido de la calle – y la calle se seca lentamente.
La gente se acerca, en un
chorreo continuo, al cajero del banco. Hay quien saluda a alguien. Deben
conocerse o simplemente es un gesto de buena urbanidad. Algunos modales se
pierden con el tiempo. En Verbena de la Paloma don Hilarión cantaba
aquello de hoy las “ciencias adelantan que es una barbaridad”. Pues si viese,
usted, como han cambiado los tiempos…!
En la radio dicen que el tema
de Muface obedece a dos objetivos: asfixiar a las comunidades en las que
gobierna el PP y otra, apropiarse de unos fondos que, al parecer, tienen
acumulado en ese ente que acoge a un montón de funcionarios. No sé, si además de
esto que dicen hay alguna otra causa inconfesable.
Las imágenes que llegan de
Valencia muestran que, poco a poco, recobran cierta normalidad en el aspecto
exterior. Están limpias las calles, menos barro, fachadas y puertas que no
existen, pero y por dentro ¿cómo está la gente de Valencia por dentro? A la
ruina material se le ha unido una losa sobre sus almas. Hay mucha gente que, en
la distancia, sufre con ellos. Eso quizá no les sirva de mucho pero ahí queda.
La terraza del bar de enfrente
está llena de gente que desayuna. Mucha gente prefiere ir al bar a hacerlo en
su casa. En casi todas las mesas: café, aceite, pan… El camarero va y viene.
Como hace buen tiempo todavía hay quien prefiere sentarse en la calle a hacerlo
dentro.
Ya han llegado los ‘pascueros’
a la tienda de enfrente. Los tienen expuestos en un carrito de ruedas que sacan
a la calle para hacer picar a los transeúntes. Hay cosas que van inherentes a
las fechas: crisantemos en los Santos, Pascueros en Navidad, Chumbos - en la
esquina del Chismo, en verano… Ah, no, eso era antes, ya no, desde que … ya no
hay chumbos – son las cosas que pasan en la noria de la vida.
La prensa escrita habla de
cambio de cromos en Bruselas, de la vuelta de los Reyes a Valencia, Putin firma
un decreto que permite el uso más amplio de las armas nucleares… Nadal, está en
Málaga.
“Hay hueco, hay hueco” dice el
aparcacoches...
lunes, 18 de noviembre de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Sol
18 de noviembre, lunes. Un
hervidero de gente constante. Sube, baja; va o viene; pasea... Da lo mismo.
Ríos humanos, desde Gran Vía por Preciados, por la calle de la Montera o por la del Carmen; desde el Palacio Real, por Opera
y la calle del Arenal; desde el barrio de las Letras, por la Carrera de San
Jerónimo; desde la calle Mayor…
Ha cambiado desde sus orígenes
una barbaridad. ¿Por qué Puerta del Sol? Hay para todos. Unos opinan que era
una puerta abierta en la muralla primitiva al lugar por donde sale cada mañana
la luz que alumbra el día; otros, que era por un sol ‘pintado’ sobre la puerta…
Muy pocas veces, tres letras “SOL” dan tanto.
En uno de sus laterales,
conforme se entra en la calle Mayor, estaba el convento de San Felipe, “el Real”.
En su escalinata tomaba asiento el mayor mentidero de Madrid. Entonces ni había
prensa pesebrera, ni redes sociales, ni telefonía para trasmitir chismes. Solo
una cosa ha pervivido: había tantos sinvergüenzas y vividores como ahora,
proporcionalmente, claro.
Por esa escalinata dicen que
pasaban – es un decir – Lope de Vega, Cervantes, Tirso de
Molina, Calderón o Quevedo. Probablemente entre ellos hablaban poco. La
rencilla, el odio y el desprecio entre sí era proporcionalmente inverso a la
calidad de sus obras. Algunas aún no se han superado. Aquella España de
miseria, hambre y pobreza tenía…. ¡su siglo de Oro!
En uno de los laterales, un
edificio emblemático. Dicen que en su construcción intervino el diablo. Por lo
que vino después a lo mejor esa sospecha puede tener algo de veracidad. Fue Ministerio
del Interior, Comisaría de Policía o Dirección General de Seguridad donde se
torturó a mucha gente… En la actualidad alberga la sede de Comunidad de Madrid.
En su puerta, desde el kilómetro cero se miden las distancias de las carretera
radiales de España, o la numeración de las calles de la capital; en su cumbre
el reloj que anuncia que entra un nuevo año.
Se cuenta que siendo Dirección
General de Seguridad. En una redada, época de Franco, casi al final, detiene a
Dionisio Ridruejo que ya discrepaba del Régimen.
- Hombre, don Dionisio, le
pregunta , el comisario de servicio, usted que escribió “volverán banderas victoriosas”
y esta noche, aquí ante mí…
- Por eso, por eso… respondió.
Sol. Gente que va y viene, que
llena a cualquier hora del día la plaza, lugar al que se acude como a una
llamada totémica.
domingo, 17 de noviembre de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El ángel caído
17 de noviembre, domingo. El
parque del Retiro es una de las joyas de Madrid. Tiene cerca de 20 hectáreas.
En un principio fue mayor pero la Reina Isabel II vendió una parte de terrero
para hacer tesorería. Lo creó el conde-Duque de Oivares para disfrute de Felipe
IV. Hoy pertenece al Ayuntamiento de Madrid.
El parque tiene una superficie
arbolada, con ejemplares únicos en longevidad, en variedad y por su origen. En
sí es un gozo su contemplación. Agrega además lugares excepcionales como el
Estanque, el Palacio de Cristal, la Rosaleda de Cecilio Rodríguez, el Bosque
que recuerda a los asesinados en el atentado del 11-M… y una gran muestra de
fuentes y monumentos. Quizá el más original de todos sea el que representa al
“Ángel caído” obra de Bellver en honor de Lucifer.
Si se entra por la puerta que conduce a la rotonda que hay entre el paseo del Duque de
Fernán Núñez y el paseo de Cuba lleva directamente al monumento. Es la única
estatua del mundo dedicada al ángel rebelde.
Según la obra de Milton, El
paraíso perdido, Lucifer era uno de los ángeles con mayor rango del cielo,
“el portador de la luz” pero de un orgullo y envidia de tal magnitud que le
llevaron a luchar contra del mismo Dios y como consecuencia fue expulsado y
condenado al infierno.
Su colación en el Retiro supuso
muchas controversias sobre todo entre la gente religiosa que se oponía a
levantar una estatua en honor del diablo. El monumento encierra, además,
algunos ‘secretos’. Durante años se ha dicho que la estatua se erige en un
lugar elevado, 666 metros sobre el nivel del mar. No es exactamente así, pero
se le acerca mucho. Madrid está a 650 metros de altitud. Mediciones posteriores
le conceden, 665, 424 metros . La
aproximación es casi exacta. ¿Se ha movido el terreno? ¿Lo sabían al colocarla?
Según la Biblia, en el
Apocalipsis, se advierte que el 666 es el número de la “bestia” habitualmente
relacionado con Satanás y el anticristo. La estatua muestra a Lucifer
arrastrado por una serpiente hacia el abismo. La serpiente tiene siete cabezas.
En la Biblia, el número siete suele representar la perfección, aunque también
puede expresar la perfección del mal o del sumo mal. ¿Tienen algo que ver algo
con esto la serpiente del monumento?
Hay, al parecer, otros
monumentos en esta línea en otros países del mundo, pero los amantes de las
ciencias exotéricas dicen que el del Retiro es el único que claramente rinde
reconocimiento a Lucifer…
sábado, 16 de noviembre de 2024
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Hasta siempre, amigo
16 de noviembre, sábado. A
mediodía me he llevado el mazazo. Las aguas del río están turbulentas. Las del
río que va por la vega al mar “que es el morir”, ya sabes, y las del otro. Me
siento delante del papel en blanco. Tengo frío por dentro. Echo mano de tus
libros: abro, leo, releo, escribo:
350 AÑOS. Al Señor de las
Torres (1991)
“Trescientos cincuenta años
punzando tu sien divina,
bajo los tirabuzones,
tosca corona de espinas”.
(Álora
Eterna…1992)
HOY
“Quizá mañana sea tarde.
Hazlo hoy”.
(En carne viva,
2010)
CAMINOS
“Me reconforta soñar
revolera de caminos
que no tengan más destino
que la meta de la paz”.
(Calidoscopio, 2006)
FLAMENQUERÍAS
“En este mundo tan falso
no tengo mayor tesoro
que mi soledad de oro.
Con ella me he desposado”.
(Del agua enamorada. 1994)
ABDICACIÓN
“Por tener los ojos cansados
de tanto otear caminos.
Al amor que nunca vino
ya le he puesto el epitafio”
(Verdad desnuda, 2017)
A NINGUNA PARTE
“Redoblan los tambores. La
cruz-guía
marca el itinerario doloroso
del beso que se fue a ninguna
parte”.
(Rosa pálido, 2008)
CUANDO QUIERAS
“Creo haber representado
en el teatro del mundo
con fe y ahínco profundo
aquel papel asignado.
Ahora, ya viejo y cansado,
me dirijo a Ti, Señor,
por si el último favor
concederme a bien tuvieras:
Que me llames cuando quieras…
¡Cuánto más pronto mejor”
(67 Décimas, 2012)
Gracias Antonio, Antonio
Vergara, que se nos fue un día de otoño de tiempo revuelto. Ahora se fumará, no sabemos dónde, la otra
mitad puro que siempre guardaba para luego…
- Deja el tabaco, era la manera
de despedirnos cada vez que te veía.
- “Eso mismo, me dice el
médico, pero yo no le hago caso…”