26 de julio, miércoles. Mi amiga Pilar me envía un correo: “El Museo de
Bellas Artes de Sevilla prepara una muestra sobre el imaginero Pedro Roldán
entre diciembre y marzo de este año y el que viene”. Me manda, también, un
enlace, donde aparece la noticia en el Diario de Sevilla y, por si fuera
poco, me da un consejo, “no te la puedes perder”. Uno que se pirra por estas
cosas, que le encanta viajar y que además la cosa va en una de esas ciudades
que marca, pues lo tiene claro. Hace unos años la divulgación de la obra de
Martínez Montañez; ahora la de Pedro Roldán… ¿Qué más se puede pedir?
La familia de Pedro Roldan –
era el segundo hijo - del matrimonio formado por Marcos Roldán, carpintero de
oficio e Isabel de Fresneda, era oriunda de la montaña de León. Se afincaron en
Antequera. Pedro nació en 1624, en Sevilla (donde murió con 75 años) por
desplazamiento profesional de su padre. Se bautizó en la parroquia del
Sagrario. Volvió a Antequera y luego vivieron en Orce (Granada) donde murió su
padre, siendo él muy pequeño. De hecho, se afirma que es de allí en su partida
de matrimonio en la iglesia de San Nicolás del Albaicín con Teresa de Jesús
Ortega.
Entró a formarse en el taller
de Alonso de Mena; tenía catorce años. En mayo, de 1646 antes de morir su
maestro, está ya en Sevilla. Un año después en 1647, tiene su propio taller
establecido en la plazuela Valderrama, en el barrio de San Marcos.
Vivió en diferentes lugares de
la ciudad. Tuvo relación de amistad y profesional con Murillo, Valdés Leal,
Alonso Cano y Pedro de Mena. De hecho, es padrino de un hijo de Sebastiana de
Mena.
En Sevilla realiza una obra
ingente en cantidad y en calidad. Para algunos autores está considerado como el
más grande de los imagineros del Barroco español. Compró solares y varias casas
en la plazuela de Valderrama donde implantó su taller.
Fue un innovador en muchas
facetas. En su taller trabajaron sus hijos, sus yernos y sobrinos, además de
otros artistas, que buscaban su formación. Entre sus seguidores, destacan su
hija Luisa Ignacia que se conoció como “la Roldana” y con quien tuvo
desavenencias subsanadas posteriormente y su nieto Pedro Duque Cornejo.
Su obra – considerada como una
joya - está muy dispersa por toda Andalucía. Se van a exponer cuarenta. La muestra
va a ser algo excepcional…
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