martes, 28 de junio de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Fue bonito mientras duró

 

                 

        Cine Albéniz. Málaga. Segunda mitad del siglo XX


28 de junio, martes. Decía Alfredo Landa que él creía en “Dios, en Franco y en don Santiago Benabeu”. No sé si eso era de verdad de Alfredo o si era del actor. Según Garci, Landa era el mejor actor al que él había dirigido. “No hay que corregirle nada, afirmaba, se le dice hasta aquí y no avanzaba ni un paso más”

Garci también comentó que “el cine es un arte pirata. Lo ha robado todo”. Por cierto, el primer Oscar del cine español y algunos se entretienen en expulsarlo de la Enciclopedia del Cine. No hay que asombrarse. El cine, al menos aquel que nos hacía soñar, se murió hace unos años.

Nada perdura; todo cambia. Cambian las estaciones, la luz de la mañana a la tarde, el viento; cambia el color de la piel y aquel rostro moreno que nos aceleraba la respiración y hoy está lleno de pecas, de arrugas, de…

Han desaparecido las salas de proyecciones. Los cines, como el templo, eran algo que distinguía al barrio. Los cines del centro, señoriales, con butacas que imitaban terciopelo o cuero, cortinas aristocráticas y luces en los laterales que se apagaban progresivamente mientras se iniciaba la proyección. Solo había un problema. Bueno uno no, el principal. No tenías dieron para la entrada y ya con eso, todos los demás problemas desaparecían…

El Cine Echegaray era uno de los emblemas del centro. El Goya y el Málaga Cinema tenían su protagonismo. Eran cines con ‘cierta’ apariencia de clase social. El hombre – es verídico –trabajaba de guarda nocturno. Cuando llegó al tajo, el encargado le dijo que comenzaría más tarde porque había dado ocupación, a destajo, al personal. Para hacer hora, se fue al Goya…

-         Amigo, le dijo el portero, aquí no se puede entrar con alpargatas.

-         ¿Tanto barro hay ahí dentro?

En el Albéniz yo vi a Ben-Hur luchando a muerte con el malvado, Messala y cómo las cuadrigas hacían que de las ruedas saltasen chispas, y el Padre Damián el apóstol de los Leprosos en aquella isla lejana de Molokai.

El Excelsior - ¡oju! en calle Cristo, y el Duque en el Molinillo, el Avenida, el Capital y el Cayri – adonde no entré nunca- en calle Mármoles, y el Royal en Armengual de la Mota…El Lope de Vega en Pedregalejo. El Andalucía, el Astoria y el Alameda, los últimos que llegaron...

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